Tachihara
-Hola… - Jouno se me quedó mirando con ojos de padre cuyo hijo ha vuelto de la guerra y se presenta en casa después de meses y meses dándolo por perdido. Los ojos se le encendieron e hizo amago de echárseme encima de la emoción para abrazarme entre sus brazos cuando yo alcé una mano y lo detuve súbitamente. Suspiré. – Lo siento mucho, ¿Bien? Tienen que reconocer que ustedes fueron unos cabrones por no decirme lo de Naomi, igual que yo reconozco que soy un hijo de puta por no dirigirles la palabra en dos meses, pero… ¡Joder, estaba demasiado ocupado revolcándome en mi propia mierda como para recibir más presiones! Sé que no es excusa, pero en fin… lo hecho, hecho está. Ustedes me hicieron daño con lo de Naomi teniéndome engañado durante un año y yo los tengo preocupados a ustedes y no les dirijo la palabra en unos meses. Creo que es equivalente. ¿Me perdonan y yo los perdono a ustedes? – bajé una cuarta la voz con la última frase, esperando una respuesta con los ojos cerrados y mordiéndome el labio.
-Tachihara… - le oí suspirar con resignación. – Te echaba de menos, maldito saco de huesos… - en ese momento sentí un nudo en la garganta y estuve a punto de ponerme a llorar de la alegría. Abrí los ojos y le sonreí, dando el paso para darle un abrazo a mi hermano mayor de no sangre cuando un grito me descolocó.
-¡Jouno! – los dos nos giramos de golpe. Tecchou estaba de brazos cruzados, con un cigarrillo en la boca, mirándonos con el ceño fruncido.
-Tecch…
-Cállate. – me soltó, tajante. Estaba en pijama o eso creo, con pantalones cortos y sudadera gris, descalzo. Jouno también estaba en pijama, eso me hizo sospechar cosas bastante improbables y… sucias... Desde luego, jugar en el otro bando me había dejado trastornado.
-¿Interrumpo algo? – pregunté.
-¡No, claro que no! ¡Pasa, pasa! – Jouno estaba emocionado de tenerme allí, se le notaba y yo también lo estaba, debía reconocerlo. Tecchou… no tanto. - ¡Estábamos viendo una película, hablando de ti, joder, que casualidad! ¡Piratas del Caribe! A ti te gustaba Piratas del Caribe, ¿Verdad? La están pasando por la tele por cable y las pizzas deben estar a punto de llegar… ¡Pasa de una vez! – creo que sentí como se me descolocaban los huesos de la columna con sus fuertes azotes en la espalda.
-¡Jouno! ¿Estás tonto? ¿En qué habíamos quedado? – le gritó Tecchou. Jouno se quedó repentinamente mudo. Pestañeé un poco, incómodo.
-Ah… eso… - el entusiasmo de Jouno se esfumó. – Lo siento, Tachihara, pero no puedes quedarte. – lo miré perplejo. – No me mires así ¡Es cosa de Tecchou! – desvié la mirada a Tecchou, que seguía serio, muy molesto. No pude evitar sentirme herido cuando descubrí que no era bienvenido allí.
-Esta bien… supongo que lo entiendo…
-¿Qué lo entiendes? Yo creo que no. – Mierda. Pues para no quererme allí, tuve la sensación de que me iba a quedar un buen rato hasta que Tecchou terminara de echarme el sermón. Me adentré en el salón-comedor y prácticamente obligado, me senté en una de las sillas que rodeaban la mesa. Tecchou se sentó al otro lado y Jouno se quedó de pie, junto a él. Aquello me puso el vello de punta. Era igual que someterse a un interrogatorio. -Estoy muy enojado contigo, Tachihara. –empezó.
-Ya lo veo, pero ya me he disculpado. Lo que le he dicho a Jouno iba para los dos.
-No me refiero a que hallas estado dos meses sin hablarnos. – entonces tuve auténticas ganas de tirarme por una ventana. Miré a Jouno, que frunció el ceño de repente. Apretó los puños con rabia.
-Por favor, no quiero hablar de él…
-Has tenido dos meses bien largos para reprimirte y aceptarlo ¿No?
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Mío para abandonar.
Fanfic[Segunda temporada de "Tuyo para jugar"] Ryunosuke en Kawasaki vuelve a su vida delictiva, sin darse cuenta de lo mucho que necesitara a Tachihara en su camino. Por otro lado, Tachihara se encuentra sumergido en una profunda soledad. Ya no puede apo...