Secreto Nocturno [TERMINADA]

X

Habían regresado a Hogwarts, Harry aún recordaba lo frío que de había sentido cuando, después de ver cómo Sirius era asesinado tuvo que esperar a que los reporteros dejarán de fotografiarlo. Sintió el agarre de Dumbledore en su hombro pero estaba totalmente disociado entre las luces y preguntas que le lanzaban pero ni siquiera alcanzaba a diferenciar a lo que se referían.

Estaba dentro del vagón junto con sus amigos, preguntándose también porqué había visto a Draco junto con su madre en el pueblo, viéndose tembloroso y asustado, casi como cuando había regresado solo para empacar sus cosas, Draco estaba delante de la puerta de la casa de Gryffindor, sentado como un perro abandonado esperando a su dueño, ansioso se levantó cuando Harry llegó, como si tuviera que tocarle los hombros para saber que no era alucinación el ver qué había llegado intacto y en una sola pieza.

No conversaron, Draco solo lo examinaba, tembloroso y solamente después de saber que realmente estaba allí, le dio una mirada que no supo interpretar, sabía que Draco quería besarlo por la forma en la que miraba sus labios algunas veces pero lo termino por alejar con una mano y el rubio simplemente se fue.

Las vacaciones habían terminado y había estado carcomiendosd la cabeza con la imagen del rubio y su madre que estaban tan sospechosos que su radar de peligros estaba presente en todo momento.

Aprovecho y se metió al vagón de Draco después de que el tren comenzará a andar, con suc apa de invisibilidad escuchó cómo Malfoy se quejaba en voz alta sobre que odiaba estar en Hogwarts, que solamente se quería ir, Parkinson le acariciaba el cuello como apoyo y Zabini le alcanzó el hombro, como si supieran algo que Harry no sabía interpretar, casi parecía como si le estuvieran consolando.

Cuando llegaron a Hogwarts, los amigos del rubio salieron primero y antes de que esté hiciera lo mismo, cerró la puerta y bajo la persiana de la puerta.

—Pensé que no querías verme ni en pintura. —Dijo de una manera seria, Harry percibió una diversión amarga y forzada.

Se quitó su capa, Draco ya sabía que estaba allí y de nada servía seguir oculto.

—¿Qué hacían tu mamá y tu en- —Draco no lo dejo terminar cuando se acercó a pasos rápidos hacia él, de manera inconsciente Harry levantó la varita para apuntarle con ella, era un reflejo de su cuerpo ante el constante peligro siempre. Sintió su corazón añretujarse cuando notó la mirada dolida de Draco al ver la varita en su pecho y Harry la bajo cua dis e dio cuenta de lo que hacía.

Draco le miró de forma dolorosa antes de dar un paso más a Harry.

—¿En verdad me odias? —El tono, la postura, todo de Draco le trasmitía una decadencia inoportuna, notó la mano derecha llena de anillos plateados que se acercaba a su mejilla queriendo tocarla pero, a apenas unos centímetros de ella, habló:

—Sí, en verdad lo hago.

La mano se detuvo y, nuevamente la mirada dolorosa tomó intensidad cuando Draco comenzó a bajar la mano. Dio media vuelta y se marchó del vagón sin decir más, Harry se sintió extraño y su corazón bombeaba con exhaustividad.