Secreto Nocturno [TERMINADA]

XI

Harry no había podido dormir bien en los dos noches después de lo que había pasado, Snape no le permitía entrar a la enfermería a ver a Draco y siempre estaba rondando fuera de ella para impedirle el paso, se sentía tan culpable que le carcomía cada centímetro de su cuerpo. Sus amigos sabían lo que ocurría ya que la mañana después de que casi asesinara a Malfoy, no se guardo nada dentro apenas los vio esperando por él fuera del pasillo para ir a desayunar, con el pánico a fondo, solo le dedicaron una mirada angustiada, más por el hecho de ver a Harry tan afectado que por el mismo Slytherin, no supieron qué decirle más que un "Se mejorará, Harry, no te preocupes." Y una sonrisa apretada, dudosos de que esas palabras sean verdad después de haber escuchado el relato de cómo había terminado el chico segundos antes de que Snape clausurará la enfermería, no solo a Potter le negaba la entrada, sino a todos los estudiantes, Madame Pomfrey atendía a los enfermos y lesionados en un cuarto al lado medianamente grande.

Así fue hasta que Luna y Cho llegaron con él durante la cena, acercándose a la mesa donde estaba sentado con Ron y Hermione, ni siquiera las había notado, estaba jugueteando con la cuchara sin intenciones de ingerir bocado alguno.

—Ya deja de estar así. —Escuchó que Cho le decía aquello y levantó la vista para encontrar a las dos Ravenclaw delante. —Es decir, tu no eres así, Harry.

—Lo que quiere decir Cho, Harry: —Continuó Luna con su voz calmada. —Es que te ayudaremos para que puedas entrar a la enfermería, no podemos quedarnos quietas viéndote así.

—¿A qué se refieren...? —Preguntó dudoso y con las cejas fruncidas sin comprender qué podrían hacer ellas para ayudarlo después de las miles de veces que intento escabullirse a ver a Draco.

—Pues... —Luna miró a Cho como si pudiera una confirmación de que realmente lo harían.

La pelinegra sonrió de manera cómplice. —Hicimos una poción que nos llevo toda la madrugada, espero que aprecies nuestro esfuerzo, Harry. —Sacó de su túnica un frasco pequeño de un color amarillento, Hermione abrió los labios sorprendida al saber qué era, sin embargo, Harry frunció más el ceño, no tenía ni idea de qué era, Cho lo notó y comenzó a explicar. —Es una poción de diarrea.

Harry parpadeo consternado y entrecerró los ojos. —¿Cómo? ¿Y eso en qué me ayudara?

—Solo tenemos que hacer que Snape la tomé o que algunas gotas estén cerca de su nariz y hará efecto, se irá de la enfermería y podrás ir con tu pololo. —Luna explicó risueña.

—El cual no nos agrada y creemos que estás mejor sin él. —Aclaró Cho más seria. —Pero preferimos verte mejor, por eso lo haremos.

Harry les sonrió, se levantó de su asiento para darles un abrazo a ambas chicas, agradecido. —¿Y cómo lo haremos?

Las chicas se miraron sonrientes y dijeron al mismo tiempo: —Déjanoslo a nosotras.

Potter siguió a las chicas cuando comenzaron a irse a la enfermería, le dijeron que se ocultara detrás de una columna y así lo hizo, observando que Luna se acercaba caminando al pasillo donde Snape estaba resguardando la puerta como si fuera algún matón para impedir la entrada a su guarida, la rubia llegó caminando normal hasta llegar enfrente de Snape y comenzar a retorcerse de un dolor fingido.