17 - Por la mitad

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Altagracia Sandoval

El silencio en la sala es raro. Estamos las tres de pié, quietas, mirando hacia la nada desde que nos dimos cuenta de lo qué pasó. Mientras pienso en todo, no logro pensar en nada. Siento el viento fresco que adentra por la ventana, pero siento calor. Creo que estoy nerviosa. Con la mente nublada miro hacia Monica y Regina, las dos siguen en shock, como yo, pero cuando se dan cuenta de que las estoy mirando voltean hacia mí, y la expresión de Monica se llena de enfado.

-No Mames – Es lo único que dice

-Monica – Decimos yo y mi hermana al mismo tiempo, regañándola

-Ay, perdón pero, no mames. Tantos días para que León aparezca y resuelve visitarnos al mismo tiempo que José Luiz – Se queja – NO MAMES

-Hija, León no tenía como saberlo – Digo, pero tiene razón

-Lo sé, pero que timing, por dios

-Tiene razón – Dice Regina

-Lo sé – Concuerdo respirando hondo

-Claro que tengo razón – Sigue Monica – el individuo tuvo semanas para aparecer, además de eso, podría aparecer de día, por las tardes, por las noches, pero no, tenía que aparecer justo cuando tu novio decide venir arreglar las cosas y ..

-Oye, oye, un momento – la interrumpo – en primer lugar, no es mi novio

-Ah, detalles – Dice poniendo los ojos en blanco

-En segundo lugar – sigo – que José Luiz haya visto a León salir de aquí no significa nada. ¿Acaso nos vio besándonos, o haciendo algo? No, hasta porque no nos besamos ni hicimos nada, solo hablamos, entonces no tiene el derecho de pensar nada. Lo que debió de haber hecho era entrar y hablar conmigo como los adultos que somos y punto.

-Lo sé hermana, pero piensa por su lado, ponte en sus zapatos por un momento. ¿Crees que no merece que le digas lo que pasó?

-Sí Mamá, no te estamos diciendo que le debes explicaciones, nada más que no cuesta que hables con él. Además, ahora sabes que vino a buscarte.

Me quedo pensando en lo que me dicen y tienen razón. Él vino hasta aquí, me buscó después de todo lo que pasó, dio el primer paso, nada más justo que le deje claro que no quiero nada con León y que sólo vino a pedirme apoyo.

-¿Y qué quieren que haga? – Pregunto perdida - ¿Qué vaya a buscarlo?

-Claro – Dice Monica simples

-No sé – Dudo

-Tú le esperaste para que diera el primer paso, ok, comprensible, pero ahora ya lo dio e infelizmente pasó lo que pasó, entonces buscarlo no va a herirte el orgullo ahora por dios – Dice Monica

-Sí, y aunque no fuera así, el orgullo no vale más que tus sentimientos. ¿O sí? – Completa mi hermana

-Ok.Ok. Tienen razón – me resigno

-Claro que la tenemos – Dice Monica y ruedo los ojos

-Voy a hablar con él, pero primero cenemos todas juntas.

Aceptan contentas y pido a Magda que nos sirva la cena.

Comemos todas juntas en la sala, platicando sobre todo y nada a la vez, pregunto a Regina como está el embarazo y dice que sigue todo bien, la verdad es que con toda la locura que pasó no le di tanta atención como acostumbro hacer, así que siento que la tengo un poco descuidada, pero me tranquiliza saber que todo está bien. Yo sé que Regina se alegra por Monica estar viva y con nosotras, pero yo percibo que le duele todavía lo de Isabela. Creo que preguntarnos a nosotras mismas ¿Porque no mi hija?, es humano y totalmente comprensible, a pesar de nos avergonzarnos por eso. A mí también me sigue doliendo lo de Isabela, era como una hija para mí, pero sé que para Regina es insoportable, lo sé porque lo viví, y es un dolor que no deseas a nadie. Las personas no lo entienden, se olvidan, al fin, no son suyos los problemas, los dolores, pero en nuestra carne sigue el dolor, vivo y latente. Platicamos, comemos, dormimos, pero todo es diferente, no respiras igual con un dolor así, por eso la entiendo, sé que no está aprovechando tanto el embarazo, que en la mayoría de las veces la tristeza supera la alegría. Tener a Monica de regreso fue inexplicable, como si estuviese muerta y me resucitasen, todo lo que me importa es que esté bien, sana y feliz, hoy aprendí que eso es ser mama y me siento en paz así. Lo que más quiero es cuidarla, alivianar sus miedos, sus dolores, que son muchas. Más allá de lo que vivió, la muerte de un amor también te marca para siempre y sé que le duele mucho lo de Saúl, a pesar de no decirme nada. Por eso quiero que viva y ame, amar es lo que le salva a uno y Monica siempre fue tan llena de amor, lo que menos quiero es que la vida la drene, como pensé que me había drenado a mí. Pero la vida me sorprendió, y amé, perdí, volví a amar y ahora amo a mi hija como a nadie, y también está José Luis. ¿Por qué tenía que venir justo cuando estaba León? Me muero de curiosidad por saber que pretendía decirme, si nos íbamos a entender. Ahora por la confusión que se armó, voy a tener que tomar el primer paso, otra vez, cosa que no me gusta hacerlo, pero no tengo otra alternativa, si dejo esto correr naturalmente ahora es capaz de no regresar nunca, y eso es lo último que quiero. Pensando en eso, terminamos la cena y tanto Monica como Regina empiezan a mirarme, les devuelvo la mirada, confundida pero nadie dice nada.

-¿Qué? – Digo respirando hondo

-Estamos esperando - Veo como mi hija se cruza los brazos

-¿esperando que?

-A que tengas el valor de irte de una vez

-Monica – Le regaña mi hermana

-¿Qué? Es la verdad

-Déjala – digo – Tiene razón, estoy postergando esto y ni yo misma sé el porque

-Pero nosotras sabemos, está todo bien hermana, tomate tú tiempo – Mi hermana siempre comprensiva

-No, ¿cómo que tomate tú tiempo? – Mi hija dice y me sorprendo – Si se toma su tiempo, en el final no va a ir, va a pensar y pensar, hasta que va a decirse a sí misma que el que tiene que venir es él, que no importa lo que vio y no sé qué cosa. Tiene que ir ahorita antes que las cosas enfríen y antes que desista.

Me quedo mirándola y me pregunto cómo me conoce tanto, no es que Regina no me conozca, al contrario, me conoce mejor que nadie, pero su personalidad es complaciente, Monica al contrario de ella, es un tratamiento de choque, te desafía a hacer las cosas que cree que necesitas, y en ese caso tiene razón. Si me quedo pensando mucho y dejo para después, voy a convencerme a mí misma que no tengo porque darle explicaciones a Jose Luis, lo que es cierto, que él tenía que haber hablado conmigo, lo que también es cierto, y que voy a ir en contra de mi orgullo si le busco, otra vez es cierto, pero en ese momento lo peor que puedo hacer por mí es ser racional.

-Perdón – Monica dice cuando me quedo en transe mirándola, sorpresa – ¿pero sabes que lo digo porque te quiero verdad? - toma mi mano y la agarro tranquilizándola

-Lo sé, no te preocupes, es justo lo que necesitaba oir – Me levanto y le doy un beso en la mejilla a Monica y a mi hermana, despidiéndome – Gracias, a las dos – Me sonríen, voy por mi bolsa y salgo en camino a la casa de Jose Luis.

Decido ir conduciendo el coche, estoy bien nerviosa, la ansiedad me inquieta y tengo que esforzarme mucho para concentrarme en el tráfico. Por suerte es de noche y las calles están bien vacías, si hubiera el tráfico que hay durante el día no sé qué haría, no iba a aguatar a mí misma hasta llegar. Intento pensar en cómo voy a decir lo que tengo que decir, y percibo que no sé qué voy a decir. Dios, porque las cosas tenían que pasar así. Cuando finalmente llego, estaciono el auto en frente a su casa e veo que la luces están encendidas, así que respiro hondo, preparándome y voy hasta su porta, toco la campana y me abre. Lo veo y olvido todo lo que pensé hasta aquí, mi mente se nubla, no consigo pensar en nada, solo lo observo y en el medio de mi nerviosismo noto que está igual de paralizado y sorprendido. Creo que no esperaba para nada mi visita. Así que aclaro la garganta que de repente se me secó y digo:

-Hola – Es lo único que me sale, espero a que responda pero en mi mente se tarda una eternidad hasta que me contesta

-Hola

Mi mente ahora está a mil, no sé qué decir así que decido empezar por el principio.

-¿Puedo pasar? – Pregunto y veo que se da cuenta que se quedó mudo hasta ahora, mirándome todavía sorprendido

-Claro – Dice y paso, caminamos hasta la sala en un silencio tenso y nos paramos un frente al otro. Me tomo el aire por la milésima vez desde que salí de casa, preparándome para lo que viene, bueno o malo, pero ahora es la hora de hablarnos sinceramente, y espero que salga de aquí entera, porque definitivamente entré por la mitad.

La Doña - el reencuentro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora