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Estos días las cosas han marchado difíciles ya tengo un mes desde que vine a Italia y todo ha sido trabajo,  noches de desvelo y estar pendiente las 24 horas del día de las bodegas. Siempre tuve entendido que este negocio era bastante cargado, pero la verdad no es que alguna vez llegue a pensar que tendría que vivirlo.

Tengo unas ojeras terribles, son pocos los días que he podido dormir más de 8 horas ahora normalmente duermo mínimo 3, y debo utilizar maquillaje para poder tapar lo negro de mis ojos. A pesar de que hemos avanzado luego del ataque, pues no iba a ser tan fácil recuperarse ¿o si?.

Son las 6:00am de la mañana y acabo de despertar, ni siquiera voy desayunar porque a estas horas no me da absolutamente nada de apetito. Han pasado tantas cosas, entre esas mi increíble, pero mal encuentro con Massimo desde aquella conversación con Alejandro e tratado de alejarme, pero no ha sido muy fácil considerando que estamos bajo el mismo
techo.

Salí de mi habitación porque quería ir a caminar un rato por el jardín antes de empezar mi labor, pero de pronto alguien me tomó del brazo llevándome hasta una habitación cuando tuve tiempo de fijarme estaba entre los brazos de Massimo en su habitación.

—Buenos días— saludo él con esa sonrisa que siempre me mata, y sin dejarme responder me beso.

Yo intenté oponerme, pero vamos, no pude evitarlo y correspondí el beso. Enterré mis uñas en su cabellera negra causando un despeinado, de un momento a otro el me levantó por lo cual puse mis piernas alrededor de su cintura para mayor seguridad. Empezó a caminar hasta la cama en la cual me dejo caer para empezar a repartir besos por toda mi cara y cuerpo.

—Tus labios siempre saben a fresas— me dijo entre besos y yo reí— ¿de que te ríes?— se detuvo indignado.

—Es curioso que digas que mis labios saben a fresas cuando ni he me lavado los dientes— el giro la cara divertido y yo me reía sin control.

—Bueno, creo que puedo soportarlo— se tiro a mi lado de la cama y yo me recosté sobre su pecho

—Me siento agotada— me expresé con el, sabía que nadie me entendería mejor que el

—¿Qué sucede?— me pregunto curioso mientras me abrazaba

—Es que nunca había tenido tantas responsabilidades Massimo, mi padre era quien se encargaba de todo esto y siempre trato de que yo no me viera involucrada en nada, es muy difícil cuando un día de tu vida eres feliz sin sentir ninguna preocupación al tener miles de problemas, preocupaciones y sobre todo una gran responsabilidad en tu espalda— me desahogue mirando al vacío— prácticamente solo llevo 1 mes en esto, no me quiero imaginar tú que llevas casi la mitad de tu vida

—Mi padre siempre me preparo para esto, nunca hubo nada más importante para el que esto, no vivi mi infancia, fui un niño bastante maduro al cual obligaron a ser adulto antes de tiempo— ahora empezó a desahogarse el, y me sentía tonta ante lo que dije. Él pasó cosas peores— mi papá siempre fue un hombre bastante recto, rudo y muy autoritario nunca me permitía hacer cosas al igual que los otros niños, ni siquiera me dejaba jugar mucho con mis hermanos, después de todo yo era el mayor. Alejandro, Sebastián y Matteo iban después de mi. Mientras que Laura es la última.

<< Ellos tendrían oportunidad de prepararse más adelante para liderar en caso de que algo me pasara, pero siempre el que tuvo que aguantar regaños, golpes y entrenamientos forzosos fui yo, mis hermanos no tuvieron que pasar por eso, y la verdad es que eso me alegra, ellos son más felices que yo a pesar de que crecimos juntos no tenemos la misma infancia, la de ellos fue más felices y de colores rosas.

—No sabes cuanto siento escuchar eso Massimo, no sabía que tuviste una infancia tan dura y horrible— esta vez me giré hacia el para mirarlo a la cara, pero tenía una mirada fría, me sentí a horcajadas sobre él y lo abracé— eres un hombre muy fuerte y valiente.

Tentaciones Peligrosas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora