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Este es el primer capítulo de 2, en modo de agradecimiento por las 5k lecturas .

LOS AMO.

Massimo.

No me jodas ¡MATTEO!— Sebastián gritaba enojado por el teléfono al informarle que nuestro adorable hermano es el causante de nuestros recientes problemas.

—Créeme que esto tampoco me agrada— estaba fastidiado

—Joder, pero ¿qué haremos?— me preguntaba

—Por ahora necesito que vengas lo antes posible, Alejandro, Katherine y yo estamos al tanto de todo, pero aún así no la quiero involucrar en el problema personal de Matteo con la familia

Estas que te mueres por ella hermano— ya podía sentir su tonta risa

—No empieces a joderme Sebastián

Ya acéptalo Massimo

Se acabo el tema Sebastián, adiós—

Per...— colgué la llamada.

No tengo para nada claro mis sentimientos por Katherine, pero dudo bastante que sea... amor. Yo nunca he sentido amor por nadie que no sea de mi familia, y no creo sentirlo nunca y mucho menos por una mujer.

Pero es que esa mujer...

No

Salí de mi despacho para evitar ciertos pensamientos sobre cierta mujer, pero cuando pase por su habitación la puerta estaba semi cerrada y ahí la vi. Peinando su largo cabello negro mojado, llevaba un vestido corto de manga larga, el cual le marca muy bien sus pechos.

Seguí mi camino aunque hubiera querido entrar en la habitación y romperle ese vestido.

—Massimo— mis perversidades fueron interrumpidas cuando escuché su voz

—¿Qué necesitas?— trate de no sonar muy frío, pero tampoco muy feliz porque me llamará

—Necesito que me ayudes con el cierre del vestido ¿puedes venir?— me pregunto y yo no sabía que responder— ¿vienes o no?

—Si, generala— bromeó un poco y ella sonrió.

Entramos en su habitación y ella cerró la puerta, y se puso de espalda dejándome ver el cierre de su vestido.

—Súbelo por favor— me acerqué.

Hice su cabello a un lado y empecé acariciar sus hombros tan suaves, ella olía bastante bien como siempre

—Massimo— se escucha nerviosa

—¿Qué sucede?— me acerqué aún más a ella y le hablaba justo al oído— no me digas que estás nerviosa

—Mm, claro que no.

—¿Y por qué los vellos de tu piel estan erizados?— mis manos siguieron el recorrido hasta llegar a su cintura— tu cuerpo reacciona a mi

—Ni en tus pesadillas— intento alejarse de mi, pero inmediatamente la jale de vuelta, esta vez frente a frente

—¿A donde pretendes ir?— no dejaba de mirar sus labios

—Ya que no me subirás el cierre del vestido iré por Antonella— tenía cara de enojada

—Yo puedo subirte y bajarte ese vestido Katherine, no hace falta que llames a Antonella— sus mejillas se pusieron de color carmesí

Tentaciones Peligrosas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora