Cap 21: Caso resuelto.

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Ayumi estaba terminando de peinarse, cuando llamaron a la puerta. Se dirigió a ella, asomó un poco la cabeza y se sorprendió al ver a Virgo con un esmoquin verde esmeralda, implacable y una pequeña margarita en su bolsillo.

Ayumi: [parpadear confundida] virgo… son las 9:55… ¿por qué has venido 5 minutos antes?

Virgo: para asegurarme de que no había ningún contratiempo para salir justo a las 10. ¿estas lista?.

Ayumi: sí. Solo me quedaba ponerme una horquilla.

Virgo: ¿solo eso?.

Ayumi: [asentir] ajá.

Virgo: [mirar su reloj] bien, con eso solo tardarás un minuto. Así que esperaré.

Ayumi: ¿u-un minuto?...

Virgo: si no vas a ponértelo ya, dos.

Ayumi: ¡voy, voy!.

Cerró la puerta. Se colocó la horquilla y dándose un último repaso salió.

Ayumi: ¡ya estoy lista! [Sonreír].

Virgo se le quedó mirando muy sinuosamente su vestido verde de tirantes con un lazo en la cintura, sus tacones del mismo color y el peinado de moño alto con una cinta de brillo. Tras 2 minutos de observación, al fin reaccionó.

Virgo: ¡lo encontré!

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Virgo: ¡lo encontré!.

Se dirigió hasta ella y le desató, con cuidado y tiento, el lazo del vestido, sobresaltándola.

Ayumi: ¡¿qu-qué haces?!.

Virgo: ssshh… no me desconcentres…

Notaba como se inclinaba sobre ella con sus dedos deslizándose por sus caderas, rodeaban su cintura y le volvía a colocar el lazo. En cuanto terminó se incorporó lentamente para separarse, pero casi en el último momento, cuando sus manos ya se estaban despegando de sus caderas, Ayumi dejó escapar un gemido al haberle hecho cosquillas.

Virgo: [poner una sonrisa pícara] ¿no quieres que te suelte, señorita?.

Ayumi pensaba que se moría de la vergüenza, casi le entraron ganas de pegarle un empujón y encerrarse en su cuarto para siempre.

Ayumi: Gra-gracias por ponerme bien el lazo… pero… ¿no nos estamos pasando ya de las 10?... ¿no deberíamos irnos?.

Virgo: sí es por tú disfrute, no tengo problema en llegar tarde. [Guiñarle un ojo] jajajaja, bueno… anda… creo que ya hice suficiente. [Frotarle suavemente la cabeza] Vamos.

Una vez llegado y sentado en el restaurante, virgo lo miraba todo de forma crítica.

Ayumi: ¿no te gusta el restaurante?...

Virgo: hum… es que… me resulta extraño…

Ayumi: ¿extraño? Bueno, sí, es normal. Los invitados, camareros y cocineros son fantasmas.

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