Cap 34: ¿quién eres?

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Ayumi observaba los ojos rojos paralizada. Trataba de gritar, moverse o correr, pero le era imposible. Creyó que no podría ser peor hasta que la sospechosa criatura avanzó hasta ella. Pero para su sorpresa, no era ningún monstruo o fantasma... si no una pequeña y linda serpiente de cuerpo negro y ojos rojos, del tamaño de un balón de fútbol.

 si no una pequeña y linda serpiente de cuerpo negro y ojos rojos, del tamaño de un balón de fútbol

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Ayumi: ¿e-eres un invitado del baile?...

La serpiente se quedó quieta observándola. Parecía que no iba a responder hasta que abrió la boca y de ella salió una voz seseante.

Serpiente: ¿no me reconocccesss?.

Ayumi: ¿re-reconocerte?...

Serpiente: ¿no te acuerdassss de mí?

Ayumi: ¿eh? Pu-pues... no... ¿nos vimos antes?...

La serpiente parecía decepcionada y Ayumi no sabía si así correría peligro o estaba segura.

Serpiente: veo que olvidassstesss, en essse cassso la verdad.

Ayumi: ¿qué verdad? ¿a qué te refieres?.

Serpiente: no... Aquí no... Lo ssssiento... Sssi lassss cosssasss quedaron asssí... tendré que ussssar la fuerza.

Ayumi: [retroceder aterrorizada] ¿la fuerza?... ¿qué vas a hacerme?...

Serpiente: nada. Tranquila. Que ussse la fuerza, no quiere decccir, que la empleé para hacccerte daño... sssolo quiero llevarte a un sssitio dónde pueda hacccerte recordar todo másss tranquilamente.

Ayumi: si voy contigo... para escuchar lo que tengas que decir... ¿Cuándo acabes puedo volver aquí?

Serpiente: je... dudo mucho que quierasss volver una vez que sssepas la verdad...

Ayumi: eso es ridículo. Digas lo que digas yo siempre querré volver aquí.

Serpiente: essso ya lo veremos. Te daré una última oportunidad para recordar.

Ante el asombro de Ayumi una niebla negra lo envolvió. Y una vez disipada, la linda serpiente había desaparecido. En su lugar se encontraba un chico vestido con una túnica y una capucha cubriéndole el rostro.

 En su lugar se encontraba un chico vestido con una túnica y una capucha cubriéndole el rostro

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