I Love You //HyeWon//G!P//

31

(Un par de años después)

La verdad es que es tan grato estar de vuelta en nuestra ciudad natal, y aunque hemos pensado en mudarnos múltiples veces aquí, no lo decidimos hasta que las mellizas empezaron a ser adolescente. Hyejoo no podía siempre ejercer su papel como rey y yo tampoco, por más que quisiera. Había que aceptar que ya no podíamos faltar si se nos daba la gana o de la anda al trabajo, éramos personas ocupadas en papeles importantes y cargados.

Al mudarnos Hyejoo tomo como oficina principal la sucursal que había, siendo de igualmente la CEO, ahora bien, yo conseguí trabajo como gerente igualmente de un hotel, solo que ahora era otra cadena y está vez un poco más natural, ya que estaba cerca de los viñedos de uva de la agencia de mi esposa, en casi una montaña.

Desde que el norte y el sur dejo de existir todo era más urbano, más moderno y todos se llevaban bien, la rivalidad entre lados no existía.

Las víboras seguían vivas al igual que el resto de pandillas, no llevaban tratados pero los ataques eran mucho menores. No dejábamos a cualquiera entrar, seguíamos teniendo la norma de que éramos una familia y ahora investigabamos más a fondo el porque se quisieran unir.

Hyejoo:
¿Por qué tendrías que seguir con vida? -puso su pie sobre la cabeza del huesos- dame una razón.

-:
T-tengo hijos.

Hyejoo:
Yo también, y la persona que te llevaste también. Así que no veo porque tener piedad. -preciono más si cabeza-

-:
¡Malditas perras!

Hyejoo:
Wonnie, me harías el favor. -los ví desde donde estaba sentada, me puse de pie y luego ella quitó el pie-

Chaewon:
Que buena decisión fue ponerme tacón de aguja hoy. -presiones su mejilla, ciertamente no eran simples tacones, tenían algo de filo-

-:
¡Duele! -presione con más fuerza- ¡está bien! Está por las vías del tren, ahí lo dejaron.

Hyejoo:
Minjeong y Yujin, vayan a ver. -ambas fueron- maldito desgraciado. Déjenlo en el almacén, que no escapen y cuando las chicas lo traigan y lo van a dejar al bosque.

Quite mi pie de su cabeza, Hyejoo me extendió la mano para podernos ir, tomo su chaqueta y nos dirigimos al carro. Vivíamos en la que era casa de mis padres, ellos nos la regalaron al saber que nos mudariamos ya que querían una casa más pequeña y nosotras ocupabamos una grande.

Nuestra habitación era la de mis padres ya que era la más grande, la que fue mía era de Minjeong, Yujin en la que era de mi hermana y Duwoon en una que era para visitas.

Hyejoo:
Las mellizas son buenas líderes, ¿te has dado cuenta de eso?

Chaewon:
Sí, lo harán bien de grandes, igual a como tú lo has hecho.

Hyejoo:
Te amo.

Chaewon:
Te amo. -detuve el carro- vamos adentro, Duwoon nos tuvo que haber extrañado.

Hyejoo:
Esa pequeña lagartija. -sonrei-

Ambas bajamos del carro, mis suegros nos ayudaban a cuidar de el y a las mellizas cuando había mucho trabajo o algo serio de la pandilla. Las niñas desde que nos juntamos con Hyejoo empezaron a ser parte de la familia, pero, cuando cumplieron los trece fue el momento de integrarlas a cosas bajas ya que tenían derecho, pero, hasta no ser miembros oficiales no podían hacer mucho.

Al abrir la puerta dejamos nuestros zapatos en la puerta al igual las chaquetas, sonreí al ver la foto familiar que teníamos en la mesa donde dejábamos las llaves. Empecé a caminar a la sala, ahí pude ver una cabecita que apenas resaltaba del sillón, sonreí porque en la televisión estaba pasando hora de aventuras, normalmente nos poníamos todos a verla.

Chaewon:
Con que viendo hora de aventuras sin nosotras. -se dile la vuelta-

Duwoon:
¡MAMÁ! -se levanté del sillón y me abrazo las piernas-

Chaewon:
Hola pequeña lagartija, ¿cómo te fue hoy? -lo cargue-

Duwoon:
Bien, con la abuela hicimos galletas de chocolate y otras de arcoiris.

Chaewon:
Las favoritas de tu mamá, ehh. Vamos a decirle lo que hiciste. -asintió y yo empecé a caminar al segundo nivel, Hyejoo se había manchado de sangre la camisa y antes de verlo fue a cambiarse-

Luego de que nos dejó pasar nuestro hijo salto a sus brazos, ella le lleno la cara de besos y el empezó a reír.

Duwoon:
Mami, hice con la abuela de tus galletas favoritas.

Hyejoo:
¿En serio? Muero por probarlas. -le dió un beso en la frente- ¿dónde está la abuela?

Duwoon:
En la cocina.

Chaewon:
Ve con ella, ahorita vamos nosotras a probar tus galletas, lagartija.

Bajo de los brazos de su mamá y casi corriendo salió del cuarto, ambas reímos al verlo, era muy energético y cariñoso, se parecía a mi de pequeña. Me acerque a mi esposa, tenía una sonrisa muy linda en su cara y no me pude resistir a no besarla, lo que me gustaba es que nuestra relación seguía con la misma pasión con la que comenzó.

Tomo mi cintura y antes de que se le ocurrirá aventarme al colchón la pare, deje un beso en su mejilla y luego decidimos a bajar con nuestro pequeño. Yeji estaba dejando las galletas en un plato mientras que Duwoon estaba sentado en la isla con una en la boca, nos saludo a ambas y luego nos dejó probar las delicias que habían probado ambos.

Hyejoo:
Les quedaron muy ricas, creo que me haré adictas a ellas.

Chaewon:
Mejor esto que a otras cosas. -me vio con los ojos entrecerrados antes de hacer una señal de silencio al estar mi suegra presente-

Yeji:
Pero ya no coman más, aún faltan las mellizas.

Chaewon:
No creo que tarden mucho, dejaremos dos para cada una. -Duwoon asintió a la idea- ¿aún no te irás?

Yeji:
Bien, las tendré que dejar ya, saben cómo es Hyubin, no le gusta estar solo en la noche. -puso los ojos en blanco y nosotras reimos-

Despedimos a la mayor de la familia, Hyejoo tomo al pequeño para ir a ver hora de aventuras los tres, dejamos las galletas en la mesa de en medio para cuando aparecieran nuestras niñas. Si bien sabía que no tardaban, anoté, en media hora ya estaban en la casa, ambas saludaron a su hermano y este muy emocionado les dió de sus galletas.

Amaba esto, estar los cinco en la sala viendo más de algo, en familia y unidos. Algo que pensé que solo ocurriría en mis sueños.

Fin...