El Camino

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                                Capítulo 9

Luego de cumplir exitosamente su peligrosa misión y encontrar la legendaria Espada de Luz, arma sagrada perdida desde tiempos inmemoriales, en las heladas profundidades de las imponentes Montañas Gélidas del lejano norte, Alston y Ferald emprendieron viaje de regreso muchísimos kilómetros hacia el sur, atravesando inhóspitos parajes, con la mítica espada siempre cuidadosamente envuelta y atada al costado del caballo de Alston.

Su objetivo ahora era reunir y organizar bajo una sola y gran alianza a todas las diversas facciones de los pueblos libres que aún quedaban con vida tras el implacable azote de la plaga de muerte desatada por el malvado Rey Lich Varashes: elfos, enanos, humanos y pequeños clanes secundarios. Todos aquellos que aún tuvieran la determinación de plantar cara al mal definitivo.

La épica batalla final contra los colosales ejércitos del temible Rey Varashes y sus casi infinitas hordas de monstruosas criaturas no-muertas se acercaba a pasos agigantados; ambos elfos podían sentir ese llamado del destino latiendo casi de forma física dentro de sus espíritus ahora que la última esperanza real contra la interminable oscuridad que amenazaba al mundo había sido finalmente hallada tras una búsqueda incansable.  

Pero forjar esa crucial e indispensable alianza entre pueblos y razas que desde tiempos inmemoriales habían combatido encarnizadamente entre sí por disputas territoriales y raciales, desconfiando profundamente los unos de los otros, no sería tarea sencilla en absoluto. Unirlos a todos constituiría un verdadero desafío diplomático.

Por ello, Ferald y Alston tenían en mente como parte medular del estratégico plan acudir primero al remoto pero legendario Consejo de los Viejos, poderosos elfos de portentosos conocimientos arcanos y sagrada sabiduría ancestral milenaria, para solicitar formalmente su sabio arbitraje, sus consejos, y su indispensable bendición mágica sobre la alianza, de modo tal que todos los pueblos la validaran como totalmente legítima y sagrada.

Así, luego de partir de las heladas montañas, los dos elfos cabalgaron incansablemente durante largas y extenuantes jornadas que se sucedieron por varias semanas sin pausa, cruzando verdeantes valles profundos, atravesando densos bosques primigenios poblados de magia, vadeando caudalosos ríos y lagos de aguas cristalinas, siempre manteniendo la luminosa Espada de Luz oculta del resto del mundo, envuelta con cuidado en una especial tela élfica que amortiguaba su tenue resplandor.

Sabían muy bien que debían evitar a toda costa que el fulgor de la legendaria arma sagrada fuera visible en la distancia para no atraer la indeseada atención de espías, sabuesos rastreadores y toda suerte de viles criaturas sirvientes de los poderes oscuros que pudieran inferir su ubicación e intenciones, y así informar anticipadamente de sus planes al malévolo Rey Lich, otorgándole una ventaja estratégica injusta y quizás incluso fatal.

Una fría mañana, mientras cruzaban con cautela un poco profundo vado de aguas bravas sobre el caudaloso Río Serpenteante, casi llegando finalmente a los sagrados bosques del sur, los dos elfos fueron tomados completamente por sorpresa, de forma inesperada, y repentinamente rodeados por todas direcciones por una numerosa patrulla conformada únicamente por elfos montados a caballo que les cerró rápidamente el paso wblandiendo armas punzantes y les apuntaron directo al corazón con sus perfectamente tensados arcos élficos.

El imponente líder de la patrulla, que portaba una brillante armadura que parecía estar hecha de hojas y ramas entrelazadas, y blandía una afilada espada larga con empuñadura de cuero, se adelantó unos pasos mirando recelosamente a la pareja de viajeros, con actitud claramente beligerante.

—¡Alto ahí! Están cruzando sin autorización por una zona sagrada restringida perteneciente únicamente al pueblo elfico. Identifíquense de inmediato o no responderemos por sus vidas, intrusos —exclamó el elfo con voz grave y profunda como un trueno resonando en las montañas.

La Espada del Rescate (LGBTQ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora