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"Peldaños" 🀢
— Carajo... — dijo al abrir los ojos para volver a cerrarlos y poner su mano arriba de ellos. Estaba recordando que seguía ahí, igual que varios años atrás. Rodeando su meta para esperar el momento perfecto, odiaba el tiempo, los años, los recuerdos y las experiencias. Si solo pudiera mandar todo al carajo y contraatacar, si se atreviera. Si solo los sentimientos no la amarrarán a su apreciado padre, ella estaría ocupando su trono. <<Reina de las maldiciones>>. Rió por aquel pensamiento.
Siempre será solo la princesa, la heredera, la hija de... esa era su condena por más que tratara, siempre la detenían, algo con lo que aún no puede luchar y salir victoriosa. Ella, su conciencia.
— Ire a embriagarme — se paró dispuesta a cambiarse con un buen vestido que hiciera resaltar cada parte de ella pero unos golpes en su puerta interrumpieron su momento de inspiración
— ¿Kendall? Debemos ir por nuestra compañera, Gojō dice que será tu día libre después de esto — decía la voz del peli-Rosa del otro lado de la puerta.
Agarro su vestido, se alistó junto unas zapatillas altas y arriba se colocó la chaqueta de la escuela. Tomo lo esencial y salió. Llegó a la entrada de la preparatoria y ambos chicos la esperaban para partir.
Ya fuera de la estación de Harajuku esperaban recargados en un barandal a que su nueva compañera saliera, mientras, hablaban. Kendall estaba recargada en el pecho del peli-Rosa que la abrazaba por los hombros, no le importaba tenerla cerca, algo en él le gritaba que debía darle prioridad. No solo él estaba pendiente de ella, otros cuatro pares de ojos miraban cuidadosamente cada uno de sus pasos.
— ¡Ya llegue! — dijo Satoru acercándose — tu uniforme llegó a tiempo.
— Si, me queda perfecto pero no es idéntico al de Fushiguro. Este tiene capucha — dijo antes de quitar un brazo de los que envuelve a la chica y tomar la tela señalada.
— Es por que puedes solicitar todo tipo de cambios — pronuncio mientras se acercaba más.
— Pero yo no pedí nada... — volvió a colocar su brazo donde estaba.
— El que solicitó los cambios fui yo — sonreía y quitaba las manos de los bolsillos de su chaqueta.
— No está mal — dijo unos segundos después.
— Ten cuidado, el profesor Gojō tiende a hacer las cosas así, por cierto, ¿Por qué nos reunimos en Harajuku? — interrumpió Megumi.
— Es cierto, yo hago eso — tomó la mano de Kendall obligando al otro a soltarla y aún con su mano en la de ella, la giró — ¿no es así, Kendall? — dijo señalando la nueva "falda" que portaba.
