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"Pecado" 🀢
En invierno las noches son solitarias, sombrías y ajetreadas, especialmente en ese bosque, sin embargo, cuando el día oscureció, la nieve caía suavemente sobre los tejados, suelos y árboles cercanos. Mantenía un ritmo lento, casi melancólico. Pero esa paz fue cortada por el quejido de una mujer, la madre, estaba por dar a luz a su mayor pecado. Su secreto mejor guardado.
— ¡Sayuri! — gritó su esposo al verla tambalearse por el dolor — ¿Qué sucede? — cargo a su esposa; podía hacerlo, poseía de una complexión mesomorfa debido a su entrenamiento diario. Recostó en la cama de su habitación a la futura madre y entró en pánico — ¿Qué debería de hacer? ¿Tengo que ir por la curandera? ¡Si! — se contestó a sí mismo — iré por ella, prometo no tardar. No te muevas — dijo Shiro, e inmediatamente se ganó una mirada de desprecio por parte de su esposa <<como si pudiera>> pensaba ella.
— ¡Solo date prisa, carajo! — inmediatamente su esposo salió de la habitación en busca de la curandera, quien tenía su hogar algo alejado de del resto, más esto no fue impedimento para que Shiro estuviera de regreso en pocos segundos con la señora colgando de su mano derecha.
— Siento sacarla de su cómoda cama pero esto es una emergencia. Mi esposa dará a luz — dijo el peli-blanco mientras hacía una reverencia de rodillas y pegaba su frente al suelo. Es un hombre respetado, noble y amable pero sobre todo, exagerado.
— Llámenme Nozomi. Tu, ve por el señor Tetsuo y de paso trae toallas, agua tibia y deja calentando más, será útil a la hora de terminar. También necesito... — dictaba mientras se acercaba a la mujer y revisaba su estómago, y vientre. Había de revisar que el parto no fuera a tener complicaciones. Cuando calló, el hombre salió de la habitación en busca de todo lo dicho — ¿Cuánto tiempo lleva desde que rompió fuente? Dígame si le duele cuando toco — mencionaba para luego hacer presión en ciertas zonas.
— Fue justo antes de que mi esposo saliera, ¿saldrá bien? — pregunto Sayuri, insegura por una respuesta negativa, sin embargo, la señora sonrió en su dirección y tocó su hombro como apoyo.
— Todo estará bien madre. Lo prometo, para eso estoy aquí — al terminar de hablar la puerta fue abierta. Allí estaba Shiro, con todas las cosas sobre él y a su lado Tetsuo: el clérigo — pronto empezaremos; pásame las toallas y encárgate de abrigar a tu esposa. Usted, por favor, haga la ofrenda a la Diosa — pronunció Nozomi.
El parto empezó y la curandera ayudaba a Sayuri con lo físico como: aligerar su dolor, ayudarla a posicionarse y a sacar al bebé. Pero también la ayudaba emocionalmente, le daba palabras de aliento, le transmitía paz y confianza, e hizo callar a su esposo.
Al final, Nozomi, abrigo a la bebe recién nacida y la acercó a sus padres después de asegurase que respiraba. La madre, recostada sobre la cama y apoyada en la cabecera, tomó a su hija y la sostuvo en sus brazos; las lágrimas no tardaron en salir. Su esposo, se arrodilló a un costado de la cama para estar a su altura y acarició con delicadeza a las mujeres más importantes de su vida. No tardo en romper en llanto.
— Es hermosa, parece una flor— dijo la curandera. Los padres no dejaban de llorar y mimar a la pequeña niña que tendría un futuro brillante en el clan.
La bebe que no había llorado y lucia tranquila, tenía un cabello azul grisáceo y ojos con un color verde precioso cerca de la esclerótica, y un azul cielo cerca del iris. Era una mezcla perfecta de sus padres. La madre, poseía una belleza inmensurable; ojos con un verde electrizante, cabello azul claro y una complexión mesomorfa; más alta que el promedio y con gran presencia. Su padre, Shiro, tenía ojos azules, como un manantial y un cabello gris; complexión igual a la de su esposa, alto e imponente.
Pero ¿por qué esa niña se percibe como un pecado? Bueno, la principal razón y que es conocida por los dos clanes, es el embarazo fuera del matrimonio. Para la mayoría de la población esto es mal visto y tiene mayor peso en clanes o comunidades pequeñas. La segunda razón que solo es conocida por la madre, quien cometió tal pecado y aunque no se avergüence, su hija tendría una mala vida e incluso correría peligro.
Esto se desvaneció cuando la vio, parece ser que este secreto no involucraría a su niña o eso era lo que pensaba. Sus características eran iguales a las de ella y su esposo, no había por qué preocuparse ¿verdad? Al menos todavía no. Esta noche fue clave en los eventos que se van a desatarse en el futuro, pero aunque sea, esta noche pueden descansar en Paz.
Todos en el pueblo ya se habían enterado del nacimiento y aún si era de noche, no les detuvo de festejar. Todo el mundo despierto hasta tarde con los padres en una gran cena y ofrenda a la Diosa. Mientras la bebe dormía en su cuna alejada del bullicio.
Nació con el pecho en alto, llena de orgullo y bajo la luna brillante.