¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
PRÓLOGO
Después de perseguir a la maldición por todo el bosque terminó por perderle la pista y ahora se encontraba desorientada; su familia le enseñó el bosque de arriba a bajo, sin embargo, esa zona era desconocida para ella. Siguió caminando con la esperanza de llegar a donde estaba su gente o al final del espeso bosque que cruzaba.
A lo lejos pudo ver una estructura y aunque sabía que no era a donde quería llegar, no le quedaba de otra, sobre todo, por que la noche le estaba pisando los talones. Al estar en la entrada de la casa noto como el polvo se había adueñado del hogar, no había pisadas cerca o alrededor, el césped estaba intacto, ninguna pisada marcada, el suelo cerca de la puerta estaba igual que el resto, sin rastros de que fue abierta durante un largo tiempo y aunque parecía que el lugar se caería a pedazos con solo estar cerca, sentía que podía aguantar hasta el día siguiente; no dilató más y abrió, lista para entrar, pasó...
El lugar por dentro lucia totalmente distinto, limpio, pulcro, sin rastros de tener polvo aún por debajo de los muebles o en las esquinas más difíciles de llegar. Incluso sentía que el lugar brillaba y no por la iluminación. Se encontraba confundida por el drástico cambio y se empezaba a sentir algo insegura de que hubiera alguien, y mientras ella buscaba señales de que otra persona estuviera con ella; el solo esperaba a que su cena se acercara.
Recorrió ya la mayoría de la casa y solo quedaban los cuartos de aquel pasillo; cada vez que se acercaba, una adrenalina inexplicable empezaba a correrle en cada extremidad. Siguió su entrenamiento y tomó las arma que llevaba en su espalda: los herreros de su Clan le hicieron personalmente los Tantoˀque siempre llevaba con ella a la hora de entrar al bosque.
Tenía años de entretenimiento y experiencia, sin embargo, se sentía como la primera vez que se enfrentó a una maldición que estaba por acabar con ella. El temblor de sus manos y piernas entorpecían sus acciones; empezó a hiperventilar y un sudor frío se asomaba en su rostro. Aún con los ojos llorosos, estaba decidida, quería averiguar si había alguien, que era lo que creaba esa reacción en su cuerpo y por más que su mente le gritara que debía irse, correr lo más lejos de ahí y no mirar detrás de ella, callo su instinto e ignoro su naturaleza.
Esa pudo ser la mejor decisión de su vida, sin embargo, el mundo y el destino. No estaban de acuerdo.
Tantoˀ: Es un tipo de daga japonesa, con una hoja de 30 cm que se usaba en la guerra cuerpo a cuerpo para perforar la armadura del contrario. Debido a la agilidad que tenían las guerras samuráis femeninas, estas eran las mayores expertas en el uso del cuchillo japonés.
