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#Peli Negro#
<<Espero a que me obedezca. Aunque siempre me ha consentido... no sé si esta vez lo haga, probablemente algo saque de la situación si llega hacerme caso. Gojō sabía que algo pasaría, probablemente no de esta manera pero no por cualquier cosa me lo pido. Los de arriba se estaban moviendo>>.
Se levantó de la cama y se vistió, falda, medias, botas altas, una camiseta y su chaqueta. Se arregló un poco y se hizo una coleta alta, sin embargo, se notaba la falta de detalles. Aunque su cabello largo la hacia ver sofisticada por los movimientos que realizaba. Salió de su habitación y en las gradas vio a Megumi, estaba ausente de lo real. Tocó su hombro.
— Hola, ¿Quieres acompañarme? Pensaba comer algo — en todos sus años viva jamás había tenido que "consolar" a alguien así que lo mejor que se le ocurrió fue distraerlo, esperaba no sonar desinteresada por la muerte de Yūji. Apretó un poco su agarre para hacerle entender que no lo decía por ser una idiota, si no para ayudarlo. Sin embargo una figuras se acercaban. Era su compañera.
— Esta vez pasó, Kendall, prometo compensarlo — ella asintió y se fue después de darle una sonrisa. Recordó que algo tenía que comprobar primero, acercándose al lugar escuchó una voces. La puerta estaba abierta.
— Así que este es el recipiente de Sukuna, ¿eh?. Puedo diseccionarlo ¿verdad? — hablaba una mujer.
—Procura hacer buen uso de él — Satoru contestó de acuerdo.
— Lo haré. ¿Por quién me tomas? — Kendall pensaba entrar, sentía a su padre aún ahí, sin embargo, esperó hasta el momento indicado. Antes de que despertara.
Escuchaba las voces y cuando sintió al peli rosa, entró. Satoru estaba sentado a un costado de la habitación con él señor que ayer manejaba el auto y del otro extremo estaba la mujer lista para diseccionar el cuerpo de su padre o al menos el que mantenía por ahora.
— Quisiera despedirme — habló al ver como prestaban atención de ella. El peli rosa se levantó — aunque supongo que no será necesario — y con ese comentario todos volvieron su vista hacia el antes muerto y ahora vivo alumno de nuevo ingreso.
—¡Oh! ¡Lo tengo todo al aire! — fueron sus primeras palabras y aún así no se tapó. Ijichi estaba impresionado e incluso asustado, Kendall se alegró de haber recordado el nombre, mientras, Satoru sonreía de oreja a oreja. La mujer... la mujer estaba decepcionada, probablemente por no poder seguir lo planeado. Kendall se acercó a Yūji.
— Supongo que esto es culpa de Sukuna — tocó su pecho, donde se supone y hasta hace unos segundo, tenía abierto. La mujer le pasó ropa y Satoru se posicionó a su lado.
