Cuando el sol irrumpe en sus grandes ventanales, los ojos perezosos del castaño se abren por la irrupción, siempre ha sido malo en despertarse, pero sabe que no debe faltar mucho para tener que marcharse a su gran empresa, así que gira los ojos para mirar el reloj, y en efecto, solo quince minutos antes de que suene la alarma.
Se despereza en la cama, mirando a su otro lado donde duerme el cachorrito, relamiéndose al ver ese cuerpo bien trabajado y lleno de músculos pidiendo a gritos ser mordisqueados, sonriendo con malicia al ver que tiene quince hermosos minutos.
Se sube encima del menor, restregándose contra su miembro, porque una de las cláusulas del contrato es que los pijamas dentro de la cama están prohibidos, besuqueando con delicadeza su cuello, sonriendo de lado cuando el cuerpo se remueve debajo de él y agarra su cintura, bajando con lentitud hasta agarrar esos dos perfectos globos que tiene de trasero.
- Primma donna.... Buenos días – Sonríe somnoliento el pelirosa.
- Hola cachorrito – Ronronea bajando sus besos por el torso – Hoy me he levantado generoso, solo te pediré que gimas en alto para mí.
Las mejillas respingonas del mayor son liberadas y los besos dejando un riego de saliva por cada uno de sus abdominales marcados, hasta que el semi erecto miembro del pelirosa, rodeándolo de una de sus grandes manos para bombearlo mientras deja lamidas por los alrededores.
Los grandes ojos curiosos del menor miran con atención como dos de los dedos largos y perfectos de ese hombre son introducidos en su boca, chupeteándolos con burla, para luego dirigirlos divertido a su entrada.
La intromisión en su agujero le hace arquear la espalda, y Taehyung sonríe en alto antes de tragar todo lo que puede con su boca, sobre estimulando al bonito cachorrito debajo de él, lamiendo y dilatando con lentitud, solo es su primer desayuno del día y tiene que disfrutarlo.
Otra cosa que está prohibida para ellos es tocarle sin su permiso.
Jungkook se agarra a las sabanas de abajo, en los meses que lleva ahí ha conseguido controlar las ganas de estampar a su hyung contra su pene, dejándose llevar por las sensaciones que tiene cuando está con él.
Grita, en alto y jodidamente erótico, es otra cosa a la que ha conseguido perderle la vergüenza, cuando su glande da contra la garganta del castaño que casi sufre arcadas por voluntad propia, le encanta estar ahogándose con una buena polla en la boca, es una de sus sensaciones favoritas.
Se sale levemente del miembro del menor que le mira con ojos llorosos, sabiendo perfectamente lo que le va a pedir.
- El condón, cariño – Se relame, quitándose la saliva de su boca.
Estira su mano hacia la mesita de noche donde están los condones, cogiendo uno y pasándoselo al mayor, que abandona su entrada para colocarse el condón, acariciando esos muslos fornidos antes de abrirlos al máximo, posicionándose entre ellos.
Sonríe ladino antes de atacar la boca del menor e introducirse dentro, recogiendo el exquisito gemido salido de sus labios.
Una mano se afianza en su cadera y la otra en el miembro desatendido del pelirosa y comienza una salvaje danza de embestidas y movimientos rítmicos que deshacen a Jungkook debajo de él.
- A-Ah... Hyung ~ Mmgh ~ - Gime en su boca, invitando a Taehyung a embestir más rápido.
Esa falta de respeto no va a pasar desapercibida por el castaño, pero de momento seguirá follándolo con violencia.
Gira sus ojos al reloj, faltan dos minutos para que suene su alarma, así que abandona los labios del menor y baja a su cuello, mordiendo, lamiendo y chupando para dejar una notoria marca, que acompaña a todas las demás, descargándose con brutalidad y masturbándole con prisa.
- Vente para mí, precioso – Canturrea dejando una estocada seca y certera en su punto dulce.
Jungkook arque aún más la espalda y con el brutal mordisco que es dejado en su clavícula se corre, manchándolos a los dos con su esencia, siendo embestido un poco más por Taehyung hasta que se corre, segundos antes de que suene su alarma.
Se sale de él, quitándose el condón y anudándolo para tirarlo al suelo, bajándose de la cama, mirando al menor con los ojos oscurecidos, la mandíbula tensa y un aura aterradora para él.
- Ya llevas dos faltas, a la tercera, te echo cachorrito – Comenta con frialdad – No soy tu hyung, soy tu puto jefe.
- L-Lo siento – Pucherea, levantándose también.
- Vamos a la ducha, quiero que laves mi cuerpo hermoso con todo el mimo que se merece – Anda con elegancia hasta el cuarto de baño, seguido de un Jungkook apenado y aun algo excitado.
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La jornada se le hace especialmente pesada a todos los que están en la empresa, saben que su jefe enfadado es aterrador, más de lo que normalmente lo es, mirando mal a Jungkook porque saben a la perfección que es su culpa, aunque la expresión parece relajarse cuando su mejor amigo lo llama al móvil.
- Jinnie hyung ~ - Dice divertido, dando vueltas en su silla del despacho - ¿Qué ocurre?
- ¿Quieres venir esta noche a casa a conocer al primo de Jiminie? – Pregunta con voz dulce.
- ¿Por qué querría conocer a un aburrido profesor de piano? – Bufa sin entender.
- Es muy lindo, de los que te gustan a ti – Ronronea al otro lado.
- Tengo a Kookie, que, aunque sea algo desobediente está buenísimo – Lo mira con el ceño fruncido mientras el menor se observa las manos – Aun así, me parece bien, mejor venid vosotros a mi casa, es más grande.
- Vale, estaremos allí a las 21 p.m. – Responde el mayor.
- ¿Cómo se llama el primo de Jiminie? – Pregunta con curiosidad.
- Min Yoongi – Dice triunfante – Te cuelgo cariño, luego nos vemos.
"Al menos su nombre no es aburrido" Piensa después de despegar el teléfono de su oreja, quedándose extrañamente pensativo.
Y con una curiosidad inexplicable por conocer a ese muchacho.
