T̴e̴r̴c̴e̴r̴o̴

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Si hay una cosa que a Jimin le gusta de su futuro marido es que detrás de ese rostro tallado por los mismos ángeles, se esconde una personalidad aterradora y calculadora que lo arrastra todo a su paso cual huracán cuando tiene algo en mente, y ahora mismo su objetivo es que su mejor amigo siente la cabeza.

Por eso ambos pensaron en el primo del rubio, es un chico tranquilo, relajado y agradable, pero exactamente igual de terco que Taehyung, sin pelos en la lengua y que no tiene problemas en soltar lo que piensa.

Esa es la razón por la que quieren tenderle la trampa al castaño de que se convierta en su nuevo cachorrito, están seguros de que a Kim Taehyung le va a volver loco.

Aunque tienen que luchar con todas sus fuerzas por no mostrar su decepción cuando la cara del director de Gucci no cambia al encontrarse con Yoongi, se mantiene neutro, escaneándolo de arriba abajo, siendo la cara del pelirosa, la misma.

Por desgracia de momento no se pueden leer las mentes, porque lo que encontrarían en la de Taehyung es justo la reacción esperada.

"Maldita sea es jodidamente tierno y hermoso" Piensa casi con rabia, dándose cuenta de que su mejor amigo le conoce demasiado bien.

El cuerpo de Yoongi es menudo, pero se nota que lo mantiene en forma, su brillante piel nívea queda demasiado bien con ese look totalmente negro que lleva puesto, sus cabellos lisos de un suave rosa despeinados solo le dan un toque más que lo sitúa de forma perfecta entre lo caliente y lo delicado.

- Buenas noches – Sonríe el castaño después de unos minutos – Me llamo Kim Taehyung.

- Te conozco – Suelta Yoongi – Encantado de conocerte en persona, Taehyung hyung.

Un leve movimiento de arqueo de ceja es observado por Jin en la cara de su amigo, que sabe que acaba de crisparse por ser llamado por su nombre por alguien con quien no tiene confianza, todos los ciudadanos rasos deben llamarlo Primma donna, no Taehyung, muchísimo menos hyung, le hace sentir viejo.

- Pasad, Kookie nos espera en el salón para comenzar a cenar – Masculla apretando la mandíbula.

Los tres ven como el castaño, demasiado tenso se da la vuelta para guiarlos y en la mente de la pareja se les pasa la idea de advertirle a Yoongi que lo llame por su verdadero nombre, pero eso solo le quitaría gracia al chisme.

Llegan al gran salón donde les espera el menor de todos, viendo el castaño encantado cómo los ojos del pálido se abren de la impresión al ver tal mansión, adorando el delicado rosáceo de sus mejillas, que le hace ver cada vez más tierno, si no fuese por cómo le han educado, habría ido a morderle la cara.

- Sentaos – Les indica con el brazo – Por cierto, Yoongi, él es Kookie, mi cachorrito.

"Ah, él es una de las putitas de las que alardea este imbécil" Piensa mientras le estrecha la mano con una sonrisa falsa.

Porque es una realidad que a Yoongi no le gustan los métodos que tiene el mayor de tratar a la gente, para su opinión ninguna compañía debería comprarse, muchísimo menos la sexual.

Taehyung siente endurecer su entrepierna por momentos, esa sonrisa descaradamente falsa le ha puesto a mil, si no fuese porque tiene a su Kookie, ese muchacho habría sido su cachorrito sin ningún tipo de duda, seguro que detrás de esas mejillas adorables se esconde un lobo alfa en la cama.

Taehyung siente endurecer su entrepierna por momentos, esa sonrisa descaradamente falsa le ha puesto a mil, si no fuese porque tiene a su Kookie, ese muchacho habría sido su cachorrito sin ningún tipo de duda, seguro que detrás de esas mejillas ad...

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El servicio comienza a servir la cena y Yoongi mira a los demás para aprender los protocolos de ellos, ya que él no es de la clase alta, simplemente es un profesor de piano que quiere enseñar a adolescentes hormonados.

También está nervioso porque nadie suelta una sola palabra, además de que siente los ojos depredadores de Taehyung en su cara, no ha dejado de mirarle ni un segundo.

- ¿Cuántos años tienes, Yoongi? – Pregunta casi cantando.

- 25 – Responde levantando los ojos – Los cumplí en marzo.

- Adorable – Sonríe en grande para relamerse el labio inferior después.

Está claramente incómodo, pero no puede evitar centrarse en el creciente bulto de sus pantalones, ese hombre aparte de imbécil, es jodidamente sexy.

- Cuéntame, porqué el piano – Se echa hacia atrás, acariciándose el labio – Debes ser todo un mago con los dedos.

Jimin casi se atraganta, Jin tiene que luchar por no ahogarse con el vino y Jungkook rueda los ojos, su jefe no puede ser más descarado porque no lo intenta.

- Porque mi madre me enseñó, ella también es profesora – Deja sus cubiertos en la mesa – Y sí, tengo manos mágicas.

- Oh, qué lindo, aprendiendo de mamá – Ronronea echándose ahora hacia adelante, con clara curiosidad - ¿Qué tipo de magia haces con ellas?

- Además de tocar el piano, llevar a la gente al cielo sin tener que pagarles para que finjan orgasmos. – Suelta cual bomba atómica.

La cara de crispación de Taehyung los hace ahogar un gemido a los tres, pero Yoongi mantiene su mirada sin ningún tipo de esfuerzo, logrando enfurecer aún más al castaño, que no va a tolerar tal insolencia.

- Lo que estés insinuando puedes decirlo, mocoso – Gruñe, apretando los puños.

- Creo que lo he dejado bastante claro, Primma donna – Dice con burla.

Con un golpe en la mesa, Taehyung se levanta rabioso, jamás nadie le ha hablado de esas formas, no sabe si sentirse más enfadado o excitado por ello.

El pelirosa al ver que el mayor se acerca a él, se levanta de forma instintiva y se echa hacia atrás, con miedo a ser golpeado, de hecho, se aleja tanto que es tarde cuando choca con uno de las esculturas del castaño, que se rompe en tantos pedazos como un corazón cuando le es infiel.

Jin siente que se va a desmayar, de hecho, Jimin tiene que darle aire con la mano y Jungkook espera que ese chico tenga el testamento hecho.

Sin embargo, la sonrisa de victoria en el rostro de Taehyung los desconcierta absolutamente a todos, en especial el aplauso y la risa socarrona que sale de su garganta mientras se acerca del todo al pelirosa.

- Kookie – Dice con suavidad – Estás despedido.

- ¿Por qué? ¿Yo qué he hecho? – Pregunta incrédulo y mirando mal a Yoongi.

- Porque tengo un nuevo cachorrito – Agarra el mentón del chico que lo mira negando con la cabeza – Tiene una deuda de un millón de dólares que saldar.

El alma de Yoongi cae al suelo, donde dirige su mirada para mirar la absurda estatua que le ha jodido la vida, para volver a posarla sobre esos ojos color avellana tan característicos como raros de Taehyung, que se relame una vez más, con claro triunfo.

Porque es una realidad que, para él, un millón más que menos es una pequeñez, pero así tendrá al pelirosa todito para su disfrute.

Primma donna ☆ YoonTaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora