Con clara diversión suelta el mentón del pelirosa y vuelve a su asiento, disponiéndose a cenar de nuevo, mucho más relajado, degustando la deliciosa comida que les han servido esa noche, ignorando las miradas sobre su persona, que claramente le dan igual.
- No voy a ser tu puta – Consigue decir Yoongi cuando sale del shock – Ya tienes a ese.
- No me digas ese – Escupe Jungkook – Me he quedado sin trabajo por tu culpa.
- Tranquilo Kookie, te tengo aprecio – Sonríe de lado – Te contrataré como modelo en la empresa, seguirás ganando mucho dinero.
- Ah, entonces genial – Se encoge de hombros, para ponerse a cenar de nuevo.
- De verdad, estoy alucinando – Dice Jin ante la situación – Taetae, no puedes ser tan frío.
- Aprendí de la mejor, que es tu madrina, así que ya lo ves – Le responde – Yoonie, siéntate, se te enfría la cena.
- Minnie, dile algo, es tu amigo – Ruega Yoongi yendo a su asiento – Por favor.
- Yo no puedo hacer nada, Taehyungie es así – Dice con un puchero – No te preocupes, él paga muy bien, te desharás de la deuda enseguida.
- No tengo intención de ser el esclavo sexual de nadie – Gruñe apretando los puños – Por muy... - Se muerde el labio, captando la curiosidad de Taehyung.
- ¿Qué ibas a decir, cachorrito? – Ronronea divertido.
- Nada – Bufa para ponerse a cenar.
"Me gusta cuando las cosas salen bien" Piensa con soberbia, sin despegar los ojos del pelirosa hermoso que va a estar para su completa disposición.
Al final de la noche Yoongi entendió que no tenía más opción, que tendría que pagar esa maldita escultura deforme y se relajó un poco cuando Jungkook en un momento de distracción de Taehyung le explicó que básicamente su papel aquí es acompañarlo a su lado y darle mimos, halagos, no siempre está pidiendo follar, de hecho, no suele tener tiempo para emplearlo en el sexo.
Taehyung le dijo a Yoongi que disfrutase de su última noche fuera de esa casa, que mañana tendría cita a primera hora en su despacho para firmar el contrato y ver cada una de las cláusulas.
Con resignación cristiana, se marcha con la pareja, no lleva ni veinticuatro horas en Seúl y ya está en las garras de un imbécil sexy y tirano.
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Pasa con éxito la primera prueba a la que le somete Taehyung, llegando tres minutos antes de la hora a su despacho, siendo recibido por un imponente hombre en un traje azul marino, abierto de piernas, con el cabello hacia atrás y una sonrisa encantadora que te haría tener un orgasmo solo con verla.
Se sienta en la silla en el lado opuesto de la mesa, intentando ignorar la cara de arrogancia absoluta que tiene el mayor.
- Bien, te explicaré cómo va todo esto – Dice incorporándose hacia adelante – Tendrás tus vacaciones, tus días libres y tus bajas por enfermedad, eres mi acompañante, no mi esclavo, como todos os pensáis.
- ¿Todo mi sueldo irá a pagar la deuda? – Pregunta con derrota.
- No, solo el 70%, lo demás es para ti – Explica abriendo el contrato – Te pago 70000$, no está nada mal, en tu vida como profesor de piano jamás habrías ganado tal cantidad de dinero.
Yoongi abre mucho los ojos, viendo cómo tendrá al mes 30000$ para él solito, se podrá comprar un piano nuevo y pagar la casa de sus padres.
- Tengo una serie de normas respecto a nuestra relación – Le pasa el contrato – Por favor, léelas.
El pelirosa lo coge y se dispone a leer, abriendo cada vez más los ojos a cada norma que es leída por ellos.
1. Me llamarás Primma donna, jamás Taehyung, Taetae, Taehyungie o hyung.
2. Tocar mi cuerpo está totalmente prohibido a menos que yo te lo pida.
3. Cada noche se me ha de dar un beso tierno de buenas noches.
4. Los pijamas no son una opción dentro de mi cama.
5. Vivirás, viajarás e irás conmigo a todos los sitios a los que yo vaya.
6. Deberás avisar de tus vacaciones con al menos 15 días de antelación.
7. El sexo es elegido por mí, a cualquier hora y en cualquier sitio.
Las lee varias veces sin poder creerlas, es totalmente cierto lo que dicen las malas lenguas de que este hombre paga por tener novio, pero es muchísimo más alucinante tenerlo delante de sus ojos.
- Firma – Demanda con voz grave – No puedo esperar a comenzar nuestra relación.
- ¿Sabes que es todo fingido no? – Pregunta mientras hace lo pedido.
- Tus orgasmos no lo serán – Sonríe ladino – Ya lo verás.
Yoongi traga duro, abrumado por esa aura imponente y dominante que tiene delante, pensando que es imposible estar excitado a las 8 de la mañana.
- Hay cosas que no las pone el contrato – Explica cogiéndolo y firmándolo él – Como por ejemplo que puedes besarme con libertad o darme mimos.
- ¿Hay alguna razón por la que querría hacer eso? – Arquea una ceja, incrédulo.
- Será conveniente para ti, tenerme contento es algo beneficioso para todos – Dice guardando el contrato – Tenemos un periodo de veinticinco meses para que resuelvas tu deuda, ya solo te queda disfrutar, bebé.
Se muerde el labio, ignorando el hecho de que ese apodo le ha gustado, siguiendo con sus ojos cómo se levanta y llega hasta él, levantándolo de golpe para ajustar sus manos a la cintura del pelirosa.
- Otra cosa que tampoco dice es... - Susurra acercándose a su rostro – que soy versátil, me gusta tanto dar cómo recibir.
- ¿Y eso tengo que saberlo por...? – Ladea la cabeza, dejándose llevar por la respiración en sus labios.
- Porque necesito saber ahora mismo la magia de esos dedos, Yoonie – Sonríe levemente, terminando de acercarse.
Las bocas de ambos chocan con prisa, enfrascándose en un beso que les da una descarga eléctrica a los dos, aferrándose al cuerpo del contrario como si se fuesen a desmayar, introduciendo la lengua el mayor para danzar con la del pelirosa, que encantado le entrega la suya.
El resumen del primer día completo de Yoongi en Seúl es básicamente el ser recogido por su primo, estafado por un rico y arrastrado por él a un mundo de sexo, lujuria y futuro amor intenso.
