26.- Un día especial

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Estaba un poco nerviosa. No sabía que llevar puesto o como ir vestida estaba tan emocionada. Me sentía como si fuera a ir a una entrevista de trabajo..

Me vestí con un polo plomo sin mangas, con una casaca negra y un jean plomo y botínes negros. Debo reconocer que me demoré un poco y estaba llegando un poco tarde. Alberto me ayudó cambiando de lugar, a uno más cercano a mi casa. El me esperó hasta que llegó las 6 pm. Hablamos por celular y me dijo que subiera al 3er piso mientras él ingresaba a la cochera. Me imaginé que había llevado su auto. 

Mientras estaba mirando la taquilla, me di cuenta que habían muchas películas que me interesaban. Me emocioné al ver el anuncio de la película de "Pokémon el detective Pikachu" en su estreno, era uno de mis dibujos favoritos de la infancia. Planeaba verlo otro día.  Claro también estaba la de Avengers End Game, solo que ya había comenzado... hace 5 min y alberto no estaba presente.

La espera me hizo sentir cosquillas. No sabía bien a que hora podría ser bueno ver la película...Alberto aun no venía.

Todo iba bien, hasta que escuché un leve susurro detrás de mi oreja diciendo...

-Hola

Un tono de voz que me tomó por sorpresa. Era Alberto. Retroceder fue lo primero que hice. Creo que ambos nos asustamos porque retrocedimos a la vez un paso. Como si fuese mi reflejo.

-Me asustaste, no te escuché venir jajaja-Dije sonriendo.-Hola Alberto

-Hola, también me asusté.-Dijo sorprendido pero usando un tono de voz varonil.- ¿Ya elegiste a que hora veremos la película?

-Todavía no, creo que ya inició hace unos minutos, tendríamos que esperar hasta dentro de dos horas.

-Y....¿puedes quedarte?

-Sería muy tarde para mí...

-Entonces elijamos otra película.-Dijo mirando la pantalla de taquillas.- Te vi mirando la película de pikachu, que tal si vemos esa.

-Si, me gusta Pókemon, esta bien.

La película comenzaba en media hora. Mientras formábamos la cola para pagar la película, yo no sabía que hacer. Nunca antes había salido con un chico al cine. Siempre fui esa clase de chica que era romántica y algo tímida. Siempre soñadora, siempre callada. Era muy difícil que supieran lo que estaba pensando. Claro que antes salí con amigos pero era en grupo, con varias personas. Cada vez que un chico se me acercaba yo huía por temor a enamorarme. No sé si les ha pasado que idealizan tanto a una persona que después nadie cumple con tus expectativas...bueno a mi me pasó. Nadie superaba a Stephano. Cuando estaba en la academia conocí a un chico simpático, inteligente y de buen sentido del humor que me gusto mucho, pero por cosas de la vida nunca lo volví a ver.

A la hora de pagar abrí mi billetera para pagar mi parte. Alberto miró mi acción y me detuvo diciendo:- No te preocupes yo pago. 

Lo sé, el que invita paga, pero en ese entonces no sabía nada de eso. Y no quería que el pensara que soy una interesada o que después pensara que yo le debo algo.

Iba a decir algo más pero vi que quería hablar y le tomé la palabra. 

Todo iba bien hasta que dijo:-Pero si quieres pagar puedes pagar la canchita y la gaseosa...

Tuvimos que esperar unos 40 min. 

Caminamos por el centro comercial mientras esperábamos a que llegara la hora de ir a ver la película. Hablamos un poco de la carrera que había estudiado y de la que él había estudiado.

-Entonces estudiaste en la misma universidad que yo...-Dije sorprendida.

-Sí

-Nunca te ví...

-Yo tampoco...

Nuestra forma de hablar fue un poco rara, yo actuaba un poco nerviosa mientras el parecía relajado, aunque poco interesado, sentía que lo aburría. Estaba por preguntarle cual era su comida favorita cuando vi un puesto de helados. Siempre me han gustado y se me antojó.

-Me encantan los helados.-dije emocionada

-si te gusta, cómpratelos. dijo Alberto, inmediatamente. No fue brusco sino mas tranquilo y relajado cuando lo dijo.

Yo lo miré un poco desencajada, no se lo estaba pidiendo, solo lo dije porque me emocioné que tengan un puesto de helados dentro del mall a esta hora.

-Si, me lo compraré.-Dije sin dudarlo.

Disfruté mucho mi helado, estando acompañada. Era tan inocente que no me daba cuenta.


La máscara de tu falso amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora