La máscara de tu falso amor

33.- Mi nueva Jefa

-¿Sabías que tienes una nueva jefa?

Me quedé petrificada con la noticia. El ingeniero Eduardo sabía mas cosas que yo, definitivamente.

-No sabía

-Que raro que no te haya contactado, ella ya está una semana trabajando en Lima. Se llama Camila

Por jerarquía, Mi nueva jefa está por encima de Nataly, entonces ella reemplazará a Pedro. Que pasa si no le caigo. No me ha querido hablar desde que llegó. Quizás no quiere tener una practicante.

Nataly: Hola Nina, pásame el declaración del mes pasado porfavor.

Nina: Hola Nathy, no te preocupes. Te lo paso.

Nathy: Gracias Nina

Nina: Nathy, me enteré que tenemos una nueva jefa.

-Nathy: verdad, olvide contarte, ella se incorporó a la empresa hace una semana, ahora estamos viendo una supervisión de la autoridad y no hemos tenido tiempo. Mas tarde programo una reunión para coordinar.

Nina: Ntp

Quizás se olvidaron de contarme. 

Me gustaría aprender mucho de ella. 

Al día siguiente...

No hubo reunión, me dijeron que estaban ocupados en Lima con otros trámites que dejó Pedro pendientes.

Ojalá le caiga bien.

Semanas después...

Llevo días que no se nada de Alberto. Puede ser que no quiera verme o puede ser que solo esté ocupado. Su silencio me hace sentir insegura de sus sentimientos hacia mí. Es como si no fuese especial para él. No me importaría si fuese otra persona pero yo, tengo un cariño muy grande por él. No puedo explicarlo con una causa que lo justifique. Es como si ya lo hubiera conocido antes. El magnetismo y su mirada me son tan familiares que no siento necesidad de impresionarlo, solo ser yo misma.

-Nina, ¿sabes donde está mi cuaderno de guías de remisión?-preguntó Nathaly.

-La verdad no lo he visto...

Nathy vino a mi sede por su inspección semestral del año. Felizmente está conmigo para enseñarme in poco más y ampliar mis conocimientos.

-Ya está, lo encontré . Estaba en la carpeta de muestras. Por favor guárdalo en otra carpeta.

-Sí.

Como es viernes, hoy toca salir temprano. Nathy me invitó a almorzar con ella hasta que llegue su avión de regreso a Lima. Nos fue muy bien. Comimos un rico adobo.

-Cuéntame Nina, como vas en la oficina.-Preguntó Nathy

-Bien, los chicos son muy buenos y pacientes conmigo.

-Nadie te ha molestado?

-No, bueno, si pero no era enserio, solo bromitas.

-Que bueno que te lleves bien con ellos. Avísame cualquier cosa, yo te apoyaré si te molestan.

-Cuando era mas joven, sufrí de acoso por parte de mi jefe. En un mundo donde trabajas con hombres siempre hay una posibilidad que te suceda. A veces ven a una chica se le insinúan y luego quieren sobrepasarse.

-No para nada, los chicos son muy buenos conmigo y me respetan.

Me hubiera gustado tenerle más confianza para contarle que me gusta alguien de allí. Que estoy saliendo con Alberto y hay algo especial entre nosotros, pero siento que no es el momento. Alberto no me ha escrito desde hace 3 semanas desde nuestra última cita.

Nathy tomó su avión rumbo a Lima y yo regreso a casa un poco triste porque no sé de Alberto. No se que hacer, si le escribo, quizás lo interrumpo o quizás está trabajando. Me gustaría decirle que lo extraño y no entiendo porqué me trata así, como si no le importara. No comprendo porque es así de distante conmigo si cuando salimos es más alegre.

Nuevamente mi corazón encantado por impulso le vuelve a escribir, solo para saber que esta bien y que me pueda pedir que nos veamos de nuevo.

-Hola.

Esta vez no está en línea. Creo que mi mensaje no le ha llegado, porque no veo el doble check de whatsapp.

Cuando estoy en casa, recibo su respuesta.

-Hola Nina, que tal...

-Bien y tú

-Estoy yendo a pagar unas cosas al banco.

-Oh, disculpa, si quieres te escribo otro día.

-Ntp, no tengo problema.

-Y estás mejor de salud?

-Sí, estoy bien

No entendía porque era tan frío conmigo. No tratas así a la persona que te gusta.

-Que bueno.

-Que vas a hacer este fin de semana

Su pregunta me tomó por sorpresa pero me hizo muy feliz.

-Nada por?

-¿Quieres salir?

-Claro, porque no. ¿Dónde nos encontraríamos?

Una vez más sentí que las mariposas revolotearon en mi estómago de felicidad.