10.-Viaje Relámpago Inesperado

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Ayer amanecí con un mensaje de mi jefe bien temprano que decía.

-"Nina, ¿tienes disponibilidad para viajar mañana?"

-¿qué?

Estaba como en shock, y no por que me pidió viajar sino porque me pedía viajar temprano por la mañana, de madrugada. El motivo era para promocionar un proyecto de carretera que la empresa quería construir en ese pueblito.

Cuando llegué a la oficina, me entregaron al fin mi chaleco, mi casco, mi camisa y mi casaca con el logo de la empresa. Menos los zapatos de seguridad. Pensé que yo no iba a recibir, estaba un mes trabajando sin epp. 

Hoy amanecí viajando a otra región, casualmente donde trabaja José, quizás logre verlo, aunque no creo.

Me encontré con mi jefe en esa región alta, el tampoco trabajaba allí, tuvo que tomar un avión para llegar. Lo vi un poco mareado por los efectos de la altura.

-Nina como te fue, ¿estas bien?

-Sí, la altura no me afectó mucho.

-Que bueno, a nosotros si nos afectó mucho, nos duele la cabeza. Te presento al señor Gómez, también trabaja en la empresa y viajará con nosotros. 

-Buen día señor Gómez.

Era muy alto, muy elegante y olía rico. Su cabello parecía que brillaba. Y sus pestañas estaban rizadas y largas

-No me digas señor que no soy tan viejo, solo dime Tadeo.-dijo sonriendo

Me costaba dirigirme por nombres con personas con cargos tan importantes pero traté no incomodarlo.

-Disculpe

-Vas a aprender muchas cosas, me alegro que Pedro tenga un apoyo de nuevo.

-Gracias.

El señor Tadeo parecía atento y se notaba la amistad que tenía con Pedro. También noté lo bien que se expresaba a la hora de hablar, mientras conversaba con mi jefe, Tadeo tenía una buena forma de expresarse. Tenía tanto que aprender.

Por la tarde llegamos al hotel para descansar, estaba emocionada. Mi cuarto tenía una cama muy bonita y amplia, pero el baño no tenía cortina, ese fue el único detalle que no me gustó mucho. 

Cuando estaba por dormir, me escribió mi amigo José para pedirme un favor, pero le comenté que estaba de viaje.

José: Asu, tu te fuiste y yo regresé jejeje

Yo: Sí, fue repentino y muy rápido.

José: Entonces no estas en la ciudad. Lástima...

Yo: Y como te va con tu hijita... ¿sabes algo de ella? - Era mejor cambiar de tema antes que me invite de nuevo a salir.

José: No todavía, no la puedo ubicar...

Yo: Pero de que vive la mamá de tu hijita, creo que me contaste que no trabajaba.

José: Yo le deposito a su cuenta para que no le falte nada a mi hija, pero ella no me ha llamado.

Yo: Pues está raro, se que no debo preguntar porque es algo que está entre Uds. dos pero, podrían volver por la niña, siento que a ella le afecta que Uds. estén peleados.

José: Mira...

Me envió las fotos de su hija, pude ver que sonreía mientras se chupaba su dedito.

Yo: ¿Es tu hija?

José: Si, es mi hija, lo que más quiero.

Yo: Se nota que la quieres, por eso creo que deberías tratar de reconciliarte con la mamá de tu hijita, por su bien.

José: No, siempre la busqué yo primero. No quiero hacerlo esta vez. A esa nunca le perdonaré que me haya separado de lo que más quiero. Esa mujer no merece nada, siempre fue una interesada.

Yo: Como puedes hablar así de la mamá de tu hija, si su problema no fue una infidelidad, creo que podrían conciliar.

José: No fue eso pero ahora puedo ver que no le importa mi hija. 

Yo: No entiendo, si es la mamá, que madre no quiere a su hija.

José: Nina, yo le daba casi todo mi sueldo, ¿sabes que hacía con el dinero que le daba?

silencio

Yo: no...

José: Se gastaba el dinero en comprarse ropa mientras mi hija estaba traposa. ¿Te imaginas como estará ahora que no estoy?

Yo: Pero pueden hablarlo, quizás se llegan a entender.

José: No Nina, ya no.

Se notaba que estaba dolido y triste porque ya casi pasan un dos meses que no ve a su pequeña. Siento mucha pena por él. La incertidumbre de no saber de su hijita. Si estará bien o como estará.

A veces tiendo a involucrarme mucho con los problemas de mis amistades, siento su sufrimiento y duele. Me dio ganas de llorar por esa pequeña y por el pobre de mi amigo que la está pasando mal.

Mi viaje no fue como yo esperaba, mi jefe se enfermó y no pudo acompañarnos a Cusco. Solo viajamos, Santiago, el conductor de la camioneta y el señor Tadeo Gómez. Mi jefe me había pedido que yo hable con ciertas comunidades para convencerlos de hacer un proyecto que beneficiaría a su comunidad pero El señor Gómez me pidió que por esta vez solo mire para aprender. El se encargaría de todo.





La máscara de tu falso amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora