Capítulo 1.

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Park Jimin era un chico de 17 años de edad cuya cosa que quería desde que tenía unos, ¿10 años?, no lo sé, nunca se sabe que quiere ese niño inquieto, era tener un tatuaje en su espalda, cuando le dijo a su madre lo único que le dijo fué: Pobre de tí que te hagas uno sin mi permiso y me vas a conocer Park Jimin. Jimin nunca desobedecía a su madre, al contrario, la quería mucho y respetaba todo lo que ella le dijera, siempre fué un buen niño y nunca busco problemas ni nada, sacaba siempre 100 en todo, tenía reconocimientos de buen promedio, era el chico más deseado por todos y todas, por dios hasta los profesores lo querían aunque había uno que otro que si se llegaba a sobrepasar con Jimin, pero nuestro ángel afortunadamente sabía karate, boxeo y porque no, también ballet.

Faltaban tan solo 5 días para el cumpleaños de Jimin, después de limpiar toda la casa, bañar a Moka (a pesar que terminó todo rasguñado) y lavo la ropa suya y de su madre, por fin tuvo el permiso de hacerse un tatuaje, pero como toda mamá, hubo una condición, puede ser posible solo si era pequeño, Jimin ya tenía en mente que era lo que quería, y eran dos, y no eran nada pequeños, pero al final aceptó sin reproche porque pues, por algo se empieza bien decía su madre. Y como por obra del destino, cuando contactaron al tatuador, dijo que ese mismo día que se le concedió el permiso tenía disponible, y sería el único porque tendría que salir de viaje, la madre de Jimin le jaló la mejilla mientras aceptaba la cita a regañadientes y una vez acordada la hora, se alistaron y fueron.

Tienes una suerte tremenda como tú, ¿acaso hiciste algún embrujo?.- La madre de Jimin conducía directo a ver como su hijo iba a llorar por decidir una parte dolorosa de su cuerpo, y lo iba a disfrutar.

— Tengo la mejor suerte al ser hijo único y ser el mejor.- Jimin sonreía mientras veía a su madre y recibió una caricia en su pelo y después un pequeño zape, ¿la razón?, porque después de terminar de ser tatuado olvidaría lo que es el dolor.

El trayecto estaba tranquilo, madre e hijo conviviendo, riendo y uno que otro jalón de mejillas por parte de la madre. Finalmente llegaron a su destino y el chico más inquieto de toda la vida de su madre bajó antes de que ella apagara el auto y quitara el seguro, por supuesto que la mamá iba a bajar y tirarle con algo si no es porque su teléfono salvó a Jimin de tremendo golpe, tenía razón, ese niño se cargaba con toda la buena suerte del mundo.

¡Buenas tardes!- Fué lo que dijo Jimin una vez ingreso al lugar y un detalle, su pareja es el piso, ¿por qué se preguntarán? Bueno, mala suerte con los pisos supongo.

Buen- Oh, ten cuidado, ¿estás bien?- Habló el más alto, volteando poco después de escuchar tremendo golpe al piso y ver tirado a un Jimin medio muerto, enseguida fué con él para ayudarlo y reviso que todo estuviera bien.

Estoy bien... ¿Dios eres tú? Dios mío no pensé que Dios estuviera tan bueno y tan chichón.- Fué lo primero que dijo una vez que volteo a ver a Yoongi, por supuesto que al mayor le provocó tremendo sonrojo, pero era Park Jimin, a pesar de no toparlo todos caen ante ese pequeño.

Oh, ah, soy el tatuador, no Dios, disculpa si te confundí.- Soltó una leve risa lo que hizo que Jimin se pusiera como tomate y pidiendo que su madre entrara a tirarle con algo salvajemente, al parecer fué la primera mala suerte de Jimin ese día.

¡Santo cielo! Una disculpa! No fué mi intención, por favor no le digas a mi mamá y olvida lo que dije es que fué el golpe y bueno cosas de la vida y así pero ¿me tatuas? Soy Jimin el que hizo la cita bueno en realidad mi madre la hizo yo no la hice pe-

Una mano blanca, venuda y grande silenció la boca de Jimin, ¿qué pensará Jimin de esa mano? Bueno lo único que pensó al verla fue que sería un buen cinturón o collar para su cuerpo.

Está bien, está bien... Ven, vamos a llevarte a la silla donde estarás para poder tatuarte.- En cuanto se levantó ayudo a Jimin a hacerlo y lo llevo a una silla, el pequeño Jimin estaba encantado, pero ese niño se puso en una de sus debilidades, las sillas, y por supuesto, ahí va para abajo otra vez.

Cielos, tienes mala suerte con el suelo.- Soltó Yoongi mientras reía levemente cuando vió a Jimin caer de nuevo y después lo ayudó a sentarse de nuevo.

No suelo tener mala suerte, creo que hoy es la excepción.- Río Jimin apenado y se acomodo en la silla para poder acomodarse mejor y así, no lo volviera a besar el suelo.

Por algo se empieza, ¿no crees?- Yoongi miró a Jimin de reojo mientras acomodaba las cosas para realizar el tatuaje, una vez que terminó de acomodar todo se levanto para ir por la impresión y regresar con ella.

Mientras Yoongi acomodaba sus cosas y preparaba todo la madre de Jimin entró, Yoongi volteó a verla y le sonrió como bienvenida, la madre entendió y señalo a Jimin dando indicación de que venía con él. Los minutos pasaron y ya todo estaba listo para que Jimin sufriera y por supuesto, su madre lo grabara, necesitaba evidencia por su primer tatuaje (mentira).

El estudio estaba inundado por gritos y lloriqueos de Jimin, vamos, solo sería un pequeño 13, aunque pues, ¿por qué detallado Jimin?, su madre si que lo disfrutaba hasta que volvió a recibir una llamada, salió un momento a contestarla justo cuando faltaba una pequeña línea para terminar y oh sorpresa, ¿qué fué ese gemido Jimin?

A-Ah..- Sus ojos permanecían apretados hasta que los abrió de golpe y se dió cuenta de lo que hizo, le gimió a Yoongi, en su cara, cerca, ni siquiera sabía su nombre, ¿un cafecito al menos?

Eh... ¡Terminé!- Yoongi gritó leve estando algo nervioso y se levanto para agarrar un poco de emplayador y cinta para poner en el tatuaje de Jimin y protegerlo de la suciedad, por supuesto claro que Yoongi termino, pero con una erección.

—  Ah, muchas gracias...- Jimin había volteado a otro lado estando con sus mejillas algo rojizas, de verdad estaba apenado ante tal suceso, ¿y quién no? El niño le gimió sin querer a un desconocido que anteriormente se lo estaba sabroseando.

Una vez que Yoongi le puso el emplayador y la cinta le dio instrucciones a Jimin sobre el cuidado los 3 primeros días del tatuaje, la madre de Jimin entró una vez terminada la llamada y miro a ambos con mejillas rojizas, por supuesto Jimin jamás le menciono sobre alguien que le gustara o le llamara la atención, por lo que les tomó una foto sin que se dieran cuenta y la tendría como recuerdo (yo también lo haría señora).

Yoongi terminó de dar explicaciones, la madre pagó y finalmente se fueron a su auto para dirigirse a casa, mientras Jimin sufría la burla de su madre porque sufrió, pero pues, se le advirtió. Yoongi había guardado sus cosas y estaba listo para cerrar debido a que tuvo un leve imprevisto, y claro, en su cabeza quedó Jimin, le llamó la atención ese chico de labios esponjosos y gruesos, cintura perfecta y pequeña, y carita ángelical e inocente (el chamaco ve como dos vatos ficticios se dan duro asi que tan inocente no es), pero bueno, Yoongi sabría que no lo volvería a ver, al menos no por el momento.

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Espero puedan disfrutar del capítulo, les agradecería si pudieran compartirlo y me digan qué tal les pareció, nos vemos en el próximo (ɔ◔‿◔)ɔ ♥

Actualizaré todos los Viernes.

Mi Tatuador Es Un Mafioso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora