🔸Character Six🔸

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▪️Un alma por un deseo▪️

Joey Drew Studios, New York
15 de Noviembre de 1946.

El sonido de sus tacones chocando con la madera apagaba el silencio que rondaba los pasillos del estudio, su respiración era acelerada y su corazón no paraba de latir a mil por hora con un solo pensamiento en mente.

Huir.

Había logrado salir de la oficina del Drew luego de lanzarle el diario en el rostro cuando él se distrajo, luego de eso se dispuso a correr por los pasillos de administración y termino sin saber dónde o en qué parte del estudio estaba.

El sonido de algo arrastrarse le hizo estremecerse, sabía que era él con esa maldita hacha.

Se detuvo antes de cruzar una esquina cuando escucho un leve zumbido hacia ella, se dio la vuelta por reflejo y soltó un gritó ahogado cuando su manga había quedado pegada a la pared por la misma arma.

Se desesperó, forcejeó con todas sus fuerzas para rasgar su vestimenta. Tenía que escapar, no podía parar, no quería parar.

Termino lastimándose el brazo con el filo del hacha y parte de su vestuario se rompió, entonces volvió a emprender su huida.

Sostenía su brazo en un vago intento de retener la sangre que comenzaba a escurrir, los quejidos salían de sus labios pero la adrenalina le impedía dejar de correr.

—¡Joey, Joey! ¡Espera!

Exclamó aterrorizada sin parar de correr, entonces cruzó por otro pasillo, uno lleno de charcos de tinta y tubos especiales en el techo. Posiblemente el demonio de tinta estuvo por esa área.

Al no ver por dónde pisaba su tobillo se dobló, provocando en consecuencia que su cuerpo cayera y se estampara contra el frío y duro suelo de madera. Se quejó de dolor, sus heridas ardían con fuerza ante el contacto de la tinta con su piel expuesta.

Podía sentir la tinta mezclarse con su sangre, era una sensación asquerosa y horrorosa.

Los pasos se escucharon cada vez más cerca, Cristina retrocedió en el suelo hasta que su espalda topó con la pared.

Apretaba su brazo manchado con la tinta para evitar que siguiera chorreando el líquido vital, aunque era algo inútil sus intentos.

Estaba tan asustada que ni siquiera podía pensar en otra cosas que no fuera resguardarse, temía por lo que el Drew pudiera hacerle ahora estando indefensa y lastimada.

Fue entonces que lo vio, Joey estaba parado a unos pasos frente a ella, una de sus manos tenía la misma hacha que lanzó para detenerla.

Rogers podía apreciar una mirada neutral con un destello indescifrable en sus orbes oscuros, ella solo pudo verlo horrorizada.

—Esa ha sido una caída dura... Pero ya no tienes a donde correr.

Su tono fue demasiado tranquilo, balanceaba un poco el arma en su mano de un lado a otro como si solo se tratara de un juguete. Las lágrimas saladas descendieron por las mejillas de la peliceniza, eliminando todo rastro del poco maquillaje que solía ponerse.

Lo escucho suspirar, Joey se agachó hasta quedar a la misma altura de una temerosa ojimiel.

Por inercia la Rogers se pegó lo más que pudo a la pared a sus espaldas, como si buscará tomar distancia con aquel hombre que consideraba su mejor amigo. Su cuerpo temblaba por cada acción que lo veía realizar, tenía miedo, mucho miedo.

𝕋𝕙𝕖 𝕆𝕝𝕕 𝕊𝕠𝕟𝕘 |BATIM|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora