❝ DANGEROUS AFFECTION ❞
our connection is unnatural.
the first book of affection saga, presents:
the love story of chiara and sam.
━ 𝐂hiara llega a Forks donde
encuentra a su pareja, don-
de tod...
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▃▃▃▃
"Yo sabía que jugaba con fuego cuando nos conocimos, así que no pude culparte cuando yo me quemé." —Bridgett Devoue—
Sam salió de la habitación de los gemelos con sumo cuidado de no despertarlos luego de que Chiara le llamara para pedirle que los llevase a dormir, pues ella demoraría un poco más en volver a su casa. Y él totalmente gustoso de pasar tiempo con sus hijos aceptó, aunque tardó bastante en que los gemelos pudieran conciliar el sueño sin que Chiara les cantara su canción de cuna, pues eso calmaba a los pequeños trihíbridos que parecían tener casi cinco años y tenían la energía de un tornado.
Sam pensó que Chiara tardaría menos en llegar, por lo que se sentó en el sofá de la sala y encendió el televisor. Y en pocos minutos, el Uley se había quedado dormido, totalmente agotado por la interminable energía de sus hijos.
Chiara llegó a casa pasadas las tres de la mañana, agotada, frustrada y aún más angustiada. Había estado visitando a varios conocidos suyos de Francia, Rumania y Japón que esperaba pudieran ayudarla. Sin embargo, la mayoría le dio la misma respuesta.
—Lo siento. No nos involucraremos.
Decepcionada y con enormes ganas de llorar, entró rápidamente en silencio, cerrando las puertas y ventanas con llave. Una vez que terminó, revisó que sus hijos estuvieran en sus habitaciones y se adentró en su estudio para continuar con las investigaciones que un joven brujo de Salem le había dejado. Pasó varios minutos de pie frente a un mapa del mundo que tenía en una de las paredes, analizando cada uno de los lugares que tenía marcados con una X roja, esperando a que algo llegara a su mente.
Sintió la presencia de Sam a sus espaldas, pero Chiara no se movió en lo absoluto.
—Pensé que llegarías más temprano. —dijo el Uley en un susurro junto a su oído, como si temiera lo que Chiara pudiera decirle. Apartó el cabello de su esposa, dejando su cuello y hombro libre.
—Te dije que llegaría tarde, los japoneses son algo... Sam, para —llamó cuando la cálida mano de Sam acarició la helada piel de su hombro.
—Te ves muy cansada ¿necesitas que ayude con algo? —dijo masajeando ahora sus hombros, haciendo que Chiara suelte un suspiro de alivio, pero apenas ella reaccionó, se separó.
Y Sam la miró con cierto dolor.
—Pensé que tú y yo volveríamos a estar bien. —murmuró él.