❝ DANGEROUS AFFECTION ❞
our connection is unnatural.
the first book of affection saga, presents:
the love story of chiara and sam.
━ 𝐂hiara llega a Forks donde
encuentra a su pareja, don-
de tod...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
▃▃▃▃
Semanas más tarde, el frío comenzaba a llegar y las cosas entre las manadas se habían tranquilizado un poco. Por lo que fue que Chiara decidió visitar a Reeves y su manada. La híbrida se adentró al bosque junto con Jacob y los gemelos, mientras Brianna estaba en clases y Sam junto con los chicos en alguna parte del bosque, lejos del campamento de los visitantes. Chiara y Jacob siguieron el aroma que emitían los nuevos y pronto llegaron a un campamento que era constituido básicamente por aproximadamente diez tiendas.
Chiara observó a varios jovencitos, parecían mayores de once años o eso supuso la híbrida. Los observó con una sonrisa mientras ellos corrían entre los árboles, con sus abrigos y gorros coloridos cuidándolos del frío y de la ligera nevada que había en ese día, mientras se perseguían unos a otros, riendo con fuerza. Y el débil balbuceo de Damien la hizo reaccionar; su pequeño hijo movía sus manitas cubiertas en dirección a los niños de aquella manada y cuando uno de ellos tropezó, la carcajada del mayor de los gemelos no se hizo esperar.
Los niños la notaron gracias a su hijo y ellos se acercaron a los residentes de Forks con sonrisas enormes, que a Chiara le brindaron una enorme calidez.
—¡Por todas las lunas, eres tú! —exclamó un niño rubio de ojos azules, idénticos a los de Reeves, pensó Chiara— Mi hermano nos ha contado de ti. ¿Verdad, chicos?
El montón de niños y niñas asintieron de acuerdo. Todos parecían tener la misma edad, y ahora que ella podía verlos mejor, notó que todos tenían aproximadamente entre quince y dieciséis años, siendo el joven rubio, el más joven. La miraban con admiración, como si de algún famoso se tratase. Y la italiana no pudo hacer más que mirarlos con ternura.
—¿Ah si? —pregunta, el muchacho de doce años asintió— ¿Cómo te llamas?
—Soy Oliver, pero todos me dicen Ollie.
—Bueno, Ollie, yo soy Chiara y ellos son mis hijos, Damien y Eliza. —presentó y Oliver se acercó a Damien para mover su manita en forma de saludo y luego a Eliza, pero Jacob la alejó del niño— Ah y ese muchacho molesto es Jacob.
—¿Está molesto porque me acerqué? —el niño bajo la cabeza apenado, la mayor negó rápidamente.
—Es cosa de improntas y lobos, algún día lo entenderás, estoy segura. —le dijo.
—¿Improntas? ¿Qué es eso? —Chiara frunció el ceño ante la pregunta del niño.
—¡Oliver, el almuerzo está listo! —un hombre que Chiara reconoció al instante se hizo presente— ¿Ollie? ¿Qué estás... Oh, wow, hola, Chiara.
