46. buone vacanze.

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capítulo cuarenta y seis
FELICES FIESTAS

capítulo cuarenta y seisFELICES FIESTAS

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La época navideña no era la favorita de Chiara, no cuando meses antes de su primera navidad con su Adriano, el pequeño había muerto. Y en realidad siempre le había resultado la temporada más caótica del año, pues sabía que nunca faltaba un loco que tratara de arruinar la Navidad para alguien.

Y ese año en particular, cuando la nieve se había endurecido y con ello, el miedo de Chiara y Sam se hacía más grande al igual que sus pequeños hijos, los gemelos parecían tener ocho o nueve años ya. Damien había comenzado a presentar signos que indicaban su gen lobo, aunque Chiara no sabía si se trataba de licántropo o metamorfo y rezaba porque fuera este último y no un signo de licantropía. Porque la híbrida no quería que sus bebés sufrieran lo que ella cada día de luna llena.

-¡Mamá, tu hijo hace trampa! -Sam rio al escuchar la queja de Brianna sobre Damien mientras ambos jugaban Monopoly con Seth, pero Chiara no hizo caso.

-No es verdad, mamá, Bree miente. -insistió Damien defendiéndose, mirando a su mamá sentada frente a la chimenea mientras revisaba algunas cosas.

-Damien, por favor. -dijo Chiara con una pequeña sonrisa- Te enseñé el truco del dinero para usarlo con tu padre o los chicos, no con tus hermanas.

Brianna la miró ofendida, pero Damien se rio frente a su hermana mayor, burlándose un poco de ella. A pesar de eso, Chiara sonrió ante la escena, prometiéndole a Brianna que se lo enseñaría después.

-Jueguen bien, niños. -habló Sam acercándose a su impronta con dos tazas de chocolate caliente- Belleza...

Chiara levantó la vista por un momento, topándose con aquellos ojos oscuros que tanto amaba. Sonrió levemente y Sam supo lo angustiada que estaba. Ella permitió que se sentara a su lado y tan solo segundos después, Eliza llegó a su lado también, sentándose en las piernas de su padre. La pequeña le sonrió con dulzura, mirando a Sam con sus ojitos llenos de ilusión. Amaba a su padre y él los amaba a ellos también, no dejaría que nadie les hiciera daño.

La híbrida Lombardi, sin embargo, no podía dejar de preocuparse. Había algo en el aire que no le permitía tranquilizarse, como un presentimiento de que algo oscuro sucedía desde hace días, aunque ya no estaba muy segura de que solo se tratara de los Volturi.

Sentía que todo el mundo estaba esperando a que su pequeño universo, su pequeña familia, se desmoronara de un momento a otro.

Le aterraba la sola idea de perder a uno de sus hijos, no quería perder a nadie más. No quería vivir de nuevo lo mismo que con Adriano.

Sam notó su mirada fija en el fuego de la chimenea y su silencio prolongado le dio la respuesta que en el fondo ya sabía, pero esperaba que Chiara confiara en él y le dijera lo que le ocurría.

oi, 𝔡𝔞𝔫𝔤𝔢𝔯𝔬𝔲𝔰 𝔞𝔣𝔣𝔢𝔠𝔱𝔦𝔬𝔫 ; sam uley ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora