Cicatrices en Marley

Capítulo 5 | Batalla

Porco Galliard

Llegamos a las trincheras del fuerte Slava a la madrugada. La situación no era buena, habíamos perdido varios soldados y no habíamos logrado avanzar nada.

Una vez que todos estuvimos en posiciones, el General le ordenó a Bianca que haga su parte.

Ella terminó de equiparse con sus cuchillas y Lanzas Relámpago y desapareció de nuestra vista.
La oscuridad de la noche, sumado a su uniforme negro, sin duda la ayudaban a camuflarse. Por eso ella eligió atacar en la noche. Muy inteligente.

No sé en qué dirección se fue, ni por dónde llegó a los muros del fuerte.
Pero nos dimos cuenta de que ella estaba en acción porque dejaron de oírse disparos de esa parte, y porque de repente se vieron tres explosiones. Debieron ser las Lanzas que mencionó ella, si que eran potentes.

Cuando al fin la localice, mi piel se erizó.

Su nivel es mucho más alto que el de cualquiera de nosotros.
Una auténtica máquina para matar.
No duda en asesinar ni por un segundo.

Cortaba gargantas con mucha facilidad, apuñalaba a cualquiera que se interponga en su camino y usaba los cuerpos de los enemigos como escudo.
Sus movimientos eran extraordinarios, sin duda los Ackerman son un clan de guerreros formidables.

Lo único que me preocupaba era que la lastimaran, después de todo, los enemigos tienen armas y son todos contra ella sola.
Desde donde me encontraba no podía distinguirlo.

Una vez que aniquiló un sector del fuerte, el que había mencionado en la reunión con Magath, ella saltó del muro y se dirigió a la trinchera.

Solo se oían gritos de terror y disparos, también hubo una explosión.
Vi que varios soldados intentaban escapar, pero ella los detenía con los ganchos de su equipo de maniobras.

— Ese demonio... es más valioso que todo mi ejército. — dijo enojado el General Magath.

— No te olvides que soy un ejército de un solo hombre. —
Ella no mentía cuando dijo eso.

Ya estaba amaneciendo. Los rayos de luz comenzaron a inundar todo el terreno.
Y con la luz del día se podía ver la masacre que dejó ella a su paso.
Mucha sangre y partes de cuerpo humano esparcidas por el suelo...

En ese momento se vieron los dirigibles de dónde caerían los titanes puros de Zeke, Zeke y Reiner.

También podía ver acercarse el tren blindado.

Perdí de vista a Bianca, pero para mi sorpresa, apareció a nuestras espaldas, en nuestra trinchera, con Falco herido en sus brazos.

— ¡Falco! ¿Estás bien? — Colt estaba a punto de llorar al ver a su hermanito herido. — Gracias por traerlo, Bianca. —

— No hay problema. — dijo ella sonriendo. Colt atendió las heridas de Falco que por suerte no eran muy graves.

Cuando vi a Bianca, casi me muero. Se la notaba muy agitada, le costaba respirar e incluso tosía sangre.
Estaba cubierta de sangre, tanto de ella como de ella como de los enemigos, y muy herida. Había recibido varios disparos en todo el cuerpo, sus heridas sangraban y emanaban mucho vapor. ¿Cómo puede estar de pie en ese estado?

Después de eso, arrojó al suelo las cuchillas que usó, que ya estaban gastadas y preparó otras nuevas, rellenó sus tanques de gas y también dejó listas sus últimas Lanzas Relámpago en sus muñecas.

¿Quiere regresar a luchar? ¿Así?

En ese mismo momento, Gabi pedía permiso para salir de la trinchera y acabar ella sola con el tren.