Narra Ana:
Había pasado toda la noche recordando nuestra última conversación. Y aún así seguía preguntándome si había pasado de verdad. Si no habría sido uno de los numerosos sueños que me encontraban muchas noches.
Me sentía como si de repente esos sueños tuviesen la posibilidad de hacerse realidad. Madre mía.
Ni siquiera había pensado nunca que podría llegar a esta situación. Que Christian en algún momento dejaría de verme como sólo la hermana de su amigo, como la pequeña del grupo, para pasar a verme como algo más.
Un escalofrío me recorrió de arriba abajo al recordar sus palabras. Llevo días sin sacarte de mi cabeza. No pienso en otra cosa.
La alegría me atravesó de forma inesperada. Pero fue bien recibida.
Salí de mi habitación por la mañana y cuando acudí a la cocina, Alan me miró expectante. Apenas había querido hablar con él el día anterior por lo enfadada que había estado.
En el fondo, sabía que no se lo merecía.
—Buenos días. —dije bajito.
—Buenos días. —respondió.La tensión era palpable cuando se hizo un bol de cereales y se los comió enfrente mía en la mesa de la cocina. El silencio me hizo sentir culpable, y supe que tenía que darme por vencida.
—Alan... —murmuré.
Él levantó la vista de los cereales para mirarme.
—Sabes que lo que hiciste no me gustó en absoluto. Pero sé que no lo hiciste con mala intención. —dije.
—Sólo quería verte feliz otra vez. —respondió.Lo que dijo hizo que mi corazón tropezara consigo mismo.
—Lo sé. Sólo quiero que sepas que ya no estoy enfadada contigo. Que estamos bien.
Sonrió de medio lado.
—Además, era agotador estarlo. —añadí.
Mi hermano se rió antes de levantarse para darme un abrazo.
Yo apreté los brazos a su alrededor desde donde estaba sentada en la mesa.
—Te quiero, enana. —dijo bajito.
—Yo también. —respondí.¿Cómo podría no hacerlo? Cuando él era el único que había estado ahí cuando nadie más lo había estado. Cuando era el único que se había quedado a mi lado cuando me había perdido...
Las horas pasaron y conforme lo iban haciendo yo me fui poniendo más y más nerviosa. La certeza de que algo iba a cambiar esa noche había estado presente en todo momento.Porque Christian y yo íbamos a pasar de ser unos amigos que habían perdido el contacto, a ser... en realidad, no sabía lo que seríamos. Pero estábamos dispuestos a tener una cita y eso tenía que significar algo.
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𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 | 𝐂𝐡𝐫𝐢𝐬𝐭𝐢𝐚𝐧 𝐆𝐫𝐞𝐲
RomanceEl corazón me dio un vuelco cuando mi mente volvió hasta él. Sonreí contra la almohada sin poder evitarlo. Christian, sin darse cuenta, me había hecho sentir la felicidad y la ilusión más feroz que había sentido en mi vida. Seguía teniendo tatuados...