Infiltrado en las sombras ➝ Jeff The Killer [Creepypastas]

4. La reina de la noche.

𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒.

Nix se encontraba en su habitación, una pequeña estancia decorada con tonos suaves y cálidos. Las paredes estaban adornadas con fotografías enmarcadas de momentos felices con Claire y otros amigos. Una estantería albergaba libros y algunas figurillas que había coleccionado a lo largo de los años. La luz tenue de una lámpara de mesa arrojaba destellos suaves sobre las cortinas blancas que ondeaban con la brisa nocturna.

Esa noche, mientras Nix reflexionaba sobre el tiempo que Claire pasaría en el hospital, un escalofrío recorrió su espalda cuando vio una figura en la ventana. Jeff, el hombre misterioso de la capucha, estaba de pie afuera, mirándola con ojos fríos.

— No grites —susurró Jeff, con una sonrisa que enviaba un escalofrío por la espalda de Nix. Era como si la pesadilla que había vivido en el callejón se hubiera trasladado a su propia habitación.

Nix, con el corazón latiendo descontroladamente, asintió en silencio, temerosa de hacer cualquier cosa que pudiera poner en peligro a Claire.

— ¿Qué quieres de mí? —murmuró, luchando por mantener la voz firme.

Jeff se adentró en la habitación con una elegancia siniestra. Se detuvo frente a la estantería y examinó las figurillas con indiferencia.

— Quiero enseñarte algo, Nix. Algo que podría resultarte útil en el futuro. Estás destinada a ser parte de esto, quieras o no.

Nix, sintiéndose atrapada en una pesadilla, lo siguió con cautela mientras él se dirigía hacia la ventana. Afuera, la lluvia seguía cayendo, pero ahora era un telón de fondo para algo mucho más oscuro.

— ¿Qué estás tramando? —preguntó Nix, con temor y curiosidad mezclados en su voz.

Jeff se volvió hacia ella, y la tenue luz de la habitación reveló una expresión de satisfacción retorcida en su rostro.

— Voy a enseñarte cómo asustar a tus víctimas, Nix. Cómo hacer que sientan el miedo más profundo, el tipo de miedo que paraliza el corazón. Si quieres proteger a Claire y a ti misma, necesitas aprender esto.

Nix, aún asustada, asintió. Sabía que necesitaba aprender todo lo que pudiera para mantener a salvo a su amiga y a sí misma de individuos como Jeff.

— Pero no voy a hacerlo en esta habitación — tenía una mirada de anticipación—. Vamos afuera, al mundo real.

Reluctante, Nix lo siguió mientras salían de su habitación y se adentraban en la noche lluviosa. Las calles estaban desiertas, excepto por ellos dos. Jeff comenzó a hablar, compartiendo sus conocimientos sobre cómo infundir terror en otros.

Mientras caminaban por las calles empapadas, Nix escuchaba atentamente, pero su mente estaba dividida entre aprender lo que Jeff le enseñaba y preocuparse por Claire en el hospital. La lluvia caía implacablemente, como si el mundo exterior estuviera en sintonía con la oscuridad que la rodeaba.

— Recuerda, Nix, el miedo es un arma poderosa —le dijo Jeff mientras continuaban su extraña lección—. Y tú estás a punto de descubrir cuán poderosa puedes llegar a ser.

Nix sabía que había entrado en un mundo peligroso y desconocido, pero estaba dispuesta a aprender cualquier cosa que la ayudara a proteger a su amiga y a enfrentar la amenaza que representaba Jeff. La noche lluviosa se extendía ante ellos, llena de secretos oscuros y promesas inquietantes.

Jeff continuó su extraña lección bajo la lluvia persistente, como si el clima mismo estuviera tejiendo su oscuro relato. Mientras caminaban por las calles mojadas, habló en voz baja, sus palabras resonando en la mente de Nix como un eco ominoso.

— Nix, tienes un don que aún no has descubierto por completo. Al igual que yo, estás destinada a ser parte de la oscuridad de la noche, a convertirte en alguien que inspire temor en los corazones de los demás. Eres la elegida, y yo seré tu guía en este viaje.

Las palabras de Jeff resonaron en los oídos de Nix como una condena. Ser la Reina de la Noche, inspirar temor en otros, era algo que nunca había deseado. La idea de asociarse con un individuo tan siniestro como aquel hombre la llenaba de temor y desconfianza.

— No quiero ser parte de esto, Jeff. No quiero asustar a la gente. Solo quiero proteger a Claire y vivir una vida tranquila —respondió Nix, su voz temblorosa pero firme.

Jeff sonrió, pero su sonrisa era más aterradora que tranquilizadora.

— No siempre puedes tener lo que quieres, Nix. La noche te ha elegido, y no puedes escapar de tu destino. Pero no te preocupes, estaré a tu lado para enseñarte, para mostrarte cómo usar tu poder de manera efectiva.

Nix se sintió atrapada, como si no tuviera elección en el asunto. La lluvia seguía cayendo implacablemente, empapando sus ropas y su cabello. Se preguntó si alguna vez podría sentirse segura en presencia de Jeff, si alguna vez podría liberarse de esta pesadilla.

Mientras continuaban caminando bajo la lluvia, Nix sintió que el mundo se volvía más oscuro a su alrededor. La promesa de Jeff de ser su guía en este nuevo y aterrador camino era como una sombra que se cernía sobre ella. No se sentía segura con su presencia, pero sabía que tendría que aprender a sobrevivir en este mundo que él le estaba revelando, un mundo donde el miedo era su moneda de cambio y la oscuridad su aliada.

𝗜𝗡𝗙𝗜𝗟𝗧𝗥𝗔𝗗𝗢 𝗘𝗡 𝗟𝗔𝗦 𝗦𝗢𝗠𝗕𝗥𝗔𝗦
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