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Narrador

Un peliblanco tarareaba una canción suavemente, estaba cocinando el desayuno. La letra de la canción, como su tono, era dulce y tranquila.

El agradable canto llamo la atención del demonio recién levantándose, el cual sostuvo la mirada en el chico unos segundos.

-Buenos dias -saludo el que cocinaba.

Un intento de hablar fue lo que intentó hacer el contrario, pero su garganta estaba muy seca, por lo que recibió un vaso de agua pocos segundos después.

-dios... ¿que paso anoche? -pregunto el demonio.

El de ojos azabache sonrió inocente.

-nada importante, tomaste de más y quisiste pasar la noche conmigo .-sonrie delicadamente.

El contrario siente un calor en sus mejillas, pero sonrie macabramente poco después.

-mierda... bueno, no me quejo -dijo con la voz rasposa-, después de todo, eres una perra muy linda.

El chico soltó una risita al escucharlo.

-no seas tan tonto, Mammon -murmuro con un pequeño sonrojo-, sabes que todo lo que hago tiene un precio.

El más alto soltó una risa, asintiendo poco después.

-estas aprendiendo bien, lastima que los demás quieran matarme por eso -murmuro, sentándose en la mesa que habia en la cocina.

-bueno, digamos que desde pongo precios más razonables a mis "trabajitos", no están tan contentos -dijo con simpleza.

El menor tomo un plato y coloco el desayuno, entregándole el plato al demonio.

-si no estuvieras con el idiota de la radio, me gustaría tenerte aquí -dijo, comiendo con placer.

-¿para tenerme encerrado manteniendo tu casa?, no gracias, puedes contratar servidumbre en vez de tener todo esto tan echo mierda -dijo con una sonrisa dulce, sentándose frente a el-, pero agradezco el "halago", igualmente puedo cocinar para ti de vez en cuando, no es que me disguste hacer feliz a mis amigos.

Una sonrisa se impregnó en el contrario.

-suena bien... y dime, ¿que vas a querer por tus servicios?.

Una sonrisa algo más afilada se curvo en sus labios.

-todo a su tiempo, mi querido fiestero; no puedo confirmarte nada, el tiempo pasa tan lento últimamente; puedo cobrarte dentro de unos meses, semanas, días, quien sabe.

El demonio bufo, mientras seguía comiendo.

-¿sabes?, esos tratos normalmente los firmo, por qué tengo muchos. Creeme, cuando quieren reclamarte algo, lo harán en tu peor momento, solo para que te hundas mucho mas... pero tú serías incapaz, por lo que te permitire el tiempo ilimitado -dijo, guiñándole el ojo.

El menor sonríente, asintió con entusiasmo.

-ey, Bee hará una fiesta en su círculo esta noche, dijo que estaría cool que fueras -ofrecio alegre.

Mammon bufó.

-esa idiota está intentando que lleve mi reserva del alcohol de nuevo, como no pudo robarla la última vez...

-dijo que no podía perder nada intentandolo .-río suavemente.

-dile que iré, aun si me deja tan seco como la última vez, por lo menos me divertire a lo grande .-sonrio-, ¿llevarás a tu perrito de bolso?.

El menor borro su mirada alegre, pero mantuvo sonrisa, haciéndole notar al demonio que la había cagado un poco.

  -no le disgustó mucho la última vez que fue a una fiesta de Bee.... pero se llama Loona, y no es mi perro de bolso -dijo aún en su tono dulce, pero sonaba más forzado.

Trago en seco, desviando la mirada, sintiendo el aire volverse algo intenso.

-puaj, cuando te pones asi, es muy dificil respirar -murmuro-, está bien, lo siento... no me meteré en eso después de escuchar como dejaste a Luci.

-solo se le rompió una costilla, no fue nada grave.

El de atuendo de toques verdes soltó una carcajada.

-tal vez no te des cuenta, pero tienes bastante fuerza. Maldito hijo de perra, aun recuerdo cuando le tiraste esa piedra a ese demonio que te coqueteó en una de mis fiestas... ¡le atravesaste la puta cabeza! -exclamo divertido.

El menor de sonrojo un poco.

-cuando hablan de mi cuerpo tan deliberadamente, una piedra es lo menos de lo que deberían preocuparse, igualmente, digamos que tuvo suerte -dijo con  una sonrisa más seria.

-ni lo digas.

El mayor termino su desayuno poco después.

-bien, es agradable tenerte aquí, pero te pediré que te vayas a la mierda, tengo que hacer muchas cosas de líder de este círculo de mierda... por cierto, ¿que tú no controlas Ira? -pregunto intrigado.

-lo hago, pero dejé a cargo por el momento a unos amigos...

-¿ese conejo raro con sombrero y el tipo con cabello en la cara? -pregunto, y al recibir un asentimiento, levanto las manos en forma de burla-, no me meteré en eso.

-como si te preocupara algo así.

-y tienes razón.

Los dos se levantaron de la mesa, retirándose por la puerta poco después.

El peliblanco camino hacia la salida, viendo su teléfono, buscando si tenía algún mensaje.

Se alarmó levemente al ver una llamada perdida y un mensaje repentino de Asmodeo, hablando algo de que habían secuestrado a Fizzaroli... le envío un rapido "yo me encargo", para después abrir un portal.

Apareció en un lugar extraño del circulo de Mammon, agradecía estar en ese anillo, si no, su magia tardaría más.

Aun si fue lo más rápido que pudo, solo llego para encontrarse con el fuego de una explosión... se preocupo al inicio, pero al ver a lo lejos a Fizzaroli, sonrio aliviado, pero esa sonrisa creció más al ver como se abrazaba a Blitzø, mientras sonreia. Desde su perspectiva, pudo ver cómo los ojos del imp jefe se inundaban de lágrimas, correspondiendo el abrazo, mientras una sonrisa se prendia en su cara.

-si viniste... -murmuro con orgullo.

Camino hacia ellos, mientras que con su magia, apagaba el fuego. Los dos imps notaron su presencia rápidamente, y al ver que el fuego se extinguía, se aliviaron.

-¡TN! -exclamo sonriente Fizzaroli.

No pudo evitar extender sus brazos en su dirección, a lo que este salto desde esa gran altura, llegando a el y enrrollando sus piernas en su cintura, a la vez que usaba sus brazos para rodearlos a ambos.

-¡Fizz!, me preocupaste -dijo alegre, correspondiendo el abrazo como pudo.

Con su magia, ayudo al otro imp a bajar, haciendolo levitar.

-blitzø... -murmuro con calidez en su tono.

Con su mano, y bajo la mirada de Fizzaroli, acaricio la cabeza del imp jefe.

-bien echo, sabia que podías.

El imp jefe sonrió con un lindo brillo en sus ojos, el echo de por fin haber echo algo bien por su pasado y traumas, y inclusive ser felicitado y apoyado por eso, le alegraba de muchas maneras.

-ya sabía que tenías que estar metido, estabas actúando extraño cuando estábamos hablando la última vez -murmuro el mitad animatronic.

-solo fue un empujoncito... bien, te llevaré con Asmodeo, está preocupado... Blitzø, ¿te abro un portal a tu casa? -pregunto amable.

-si, gracias -murmuro, limpiando sus ojos por las anteriores lágrimas que tuvo por su arregló con el payaso.

-bien... nos vemos otro día.

Abrió dos portales, por los cuales pasaron respectivamente, separándose.

carne de cálidad  (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora