🌹; Acompañante policíaca [Almond Cookie x lector]

"Una noche, una historia"

CW: violencia (sangre, golpes, etc), violencia verbal.

Un teléfono vibra dentro de un bolsillo.
Con delicadeza, lo saca y ojea quien le está llamando. Atiende.
–Detective...– respondió con cansancio en su voz.

–(T/N), ¿donde estás? Necesitamos reunirnos– preguntó Almond al otro lado de la llamada.

–Perdona, había ido al baño a... despejarme un poco– habló con dulzura y timidez.

–...es por lo de esta noche ¿No?

(T/N) quedó con la boca media abierta intentando buscar una respuesta adecuada. Entre risas nerviosas respondió.

–Si, podría decirse que sí.

–Mmmh...– Almond pudo comprender el nerviosismo de su compañera, así que no critica. –Bueno, la dejo tranquila pero por favor venga al estacionamiento de arriba, no del subterráneo.

Colgó.

A pesar de que el detective estuvo avivando a la mujer en que no sintiera alteración por lo que podría pasar en la noche, tampoco podía no pensarlo por lo novata que es.

(T/N) miró la hora. "6:30 de la tarde..." pensó agobiada. Salpicó un poco de agua fría en la cara para despertar sus ánimos, debe estar muy concentrada esta noche para no fallar nada, en especial para no decepcionar a su compañero. Tomó su chaqueta que dejó a un lado del lava manos y partió a la salida del establecimiento hasta el estacionamiento.

El cielo ya estaba tornando un tono rosácea y anaranjada, con el próximo frío invernal que llegaba poco a poco atormentando en las calles de la ciudad. Levantó el cuello de su chaqueta para que el viento helado no se entrometiera en su espalda. Caminaba rápido hasta donde Almond la hizo reunir con él.

A lo lejos, se encontraban camionetas de color azul marino. Almond se encontraba ahí, hablando con algunos policías, quizás de qué, pero (T/N) mantuvo distancia para no molestar. De todos modos llamó la atención de todos, en especial su compañero.

–Discúlpenme– Almond levantó la mano para retener la conversación. (T/N) lo vio acercarse a ella, bajó la mirada e hizo lo mismo solo que con un paso más lento.

Se pararon al frente de uno

–Vine tan rápido como pude– Su voz seguía un tanto tímida.

–Está bien, (T/N). Puedo entender tus molestias– la mirada caída de Almond le hizo transmitir certeza, lo que recuperó su vista alegre y bella como mujer.
–Venga conmigo, les presentaré a sus compañeros quienes estarán con usted dentro del museo– hizo señas con su mano para que se le acercara y siguiera.

...

Almond y (T/N) eran la cabeza del desfile carril policial. Al punto de llegar, (T/N) miraba perdidamente en el arma que Almond le prestó para ella. Sus delicadas y lindas manos no se veían muy bien con un objeto tan brusco como ese. Inhalo y exhalo lento, lo tomó y acomodó en la funda sobaquera para tenerla bien escondida y protegida.

El auto se detuvo bruscamente, Almond salió primero abriendo el cofre del auto, (T/N) fue más lenta. Vio las camionetas pasar de largo, quizás alejarse del lugar para no dar sospechas a cualquiera quien venga al museo. (T/N) finalmente salió del auto hasta donde estaba Almond. Él escarbaba y observaba los objetos que tenía en el maletero, sacó dos armas y las acomodó en su sobaquera.

–(T/N), se me olvidaba por completo...– se estiró hasta la tapa del maletero y la cerró rápido para sacar dentro de su chaqueta un diminuto objeto.
–Esto es un auricular que nos mantendrá en contacto– se lo entrega en sus manos.
–Colócate eso para avisarme cualquier sospecha que veas– pausó...
–O por si no te sientes segura. Recuerda que te estaré vigilando por las cámaras, así que ánimo– golpeó suavemente el hombro de la mujer.