"Pequeños detalles"

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Almond sintió una corriente pasar por todo su cuerpo a un segundo, lo que hizo abrir los parpados con gran pesadez y molestia del profundo sueño que tuvo, después de esa noche...

El rayo solar mañanero irritaba al hombre, gruñendo. Levantó su brazo izquierdo para tapar el sol pero al estirarlo bruscamente, una punzada en su hombro estancó sus movimientos, doloroso.

Se quejó en voz baja, presionando con cuidado su herida, acariciando el vendaje dándole un cosquilleo desagradable a la lesión.

"Qué fue lo que pasó..." dijo totalmente distorsionado de su realidad.

No traía encima alguna camisa, por lo que le dió a ver sus moretones y hasta cicatrices de batallas pasadas.

"Me duele demasiado..." Ciertas partes de cuerpo ardían.

Intentó levantarse de la cama con cuidado, limitando mover algunas extremidades. Se sentó en la cama botando el pesar en jadeos descansando bajo el sol, como un minino.

La manija de la puerta giraba con lentitud para no meter bulla pero a Almond no le importó quien sean que era.
Una mujer morena y de cabello blanco entró de puntillas, se llevó la sorpresa de ver al hombre despierto...

–Ah... detective... finalmente despertó– su voz dulce y feliz disgustó a Almond.

–... ¿Qué hace aquí, profesora Latte?– no miró a la mujer sin ninguna necesidad, su amargura era obvia para ella.

La sonrisa de Latte intentó permanecer para seguir con su agradable aura natural, pero decayó lentamente por la inútil presión de Almond. Cerró la puerta rápido y silencioso, tal vez para no llamar la atención de alguien más.

–Almond...– susurró, llamándole la atención.
–Entiendo que no debo de estar aquí, pero no sabes lo que te pasó hace unos días, no podía dejarte solo.

–¿Unos días? ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

–Casi una semana... ¿No recuerdas lo que te pasó?– Latte se acercaba a la cama para sentarse al lado de Almond, pero éste presentó un gesto de limitación. No la dejó acercarse.

–No recuerdo nada...– la miró con dolor. Irritación.
–Y sabes que yo tengo un hermano. Él puede hacerse cargo de mi.

Latte expresó una cara de tristeza, miraba el suelo con timidez y pena. Todo lo que evitaba ser para algunos lo era para Almond...

–Bueno, veo que no tienes humor para hablar hoy pero te quería decir que alguien está esperando para verte.

–...¿Alguien?– expresó difusión en su rostro que en su tono de voz.

–Me dijo que era una compañera de tu trabajo, parecía conocerte por lo desesperada que estaba para verte, ¿puedes recibirla?– Latte se inclinó hacia Almond con una sonrisa carismática de ella, muy irresistible para hombres débiles por las mujeres.

Almond no estuvo muy de acuerdo, no sabia quien podría ser.

–De acuerdo, si tan desesperada está...– resopla con algo de molestia.

Latte recuperó su energía y salió de la habitación con cuidado. A los segundos después, una joven chica con la cabizbaja se adentró al cuarto de Almond, un comportamiento tímido pero tierno. Traía entre sus brazos la chaqueta marrón de Almond, extrañándole un poco, era su compañera de trabajo, (T/N).

Ella al verlo, sus mejillas se calentaron de alegría al ver a su jefe bien y algo estable, tomó aire con brusquedad y sonrió a más no poder.

–Detective...– dijo (T/N) con un canto.

🌹; Acompañante policíaca  [Almond Cookie x lector]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora