Andrea Collins regresa a su país despues de 5 años estudiando fuera, al llegar su madre la Jefa de Interpol en Londres, le pide ayuda para atrapar a los ignotos en un caso sumamente importante.
Ella acepta sin pensarlo, pero nunca se espero conocer...
Andrea Collins arribaba al aeropuerto de Londres, habia pasado mas de 20 mimutos esperando sus maletas, soltó un suspiro, estaba cansada, estresada por el largo viaje, lo único que quería era comer algo decente y dormir una larga siesta, tenía muchas cosas por hacer pero lo único que pensaba era en dormir.
Andrea era una joven de cabello castaño, ojos verdes de 19 años, Se mudó a Massachusetts para poder cursar la carrera de medicina en Harvad y ahora después de 5 años vuelve a su país con su familia.
-Vaya sigues igual de enana, pensé que en estos 7 meses sin verte crecerias un poco.- Dijo una conocida voz detrás de ella.
Andrea frunció el ceño y dio la vuelta. -Las mujeres dejamos de crecer a los 16 o 17 años, tonto. Mido 1.64 una estatura normal, que tu seas pie grande no significa que todos tengamos que tener tu misma estatura.-
Ambos sonrieron y se abrazaron con toda la felicidad del mundo.
-Te extrañe mucho, ¿dónde está mamá? Según ella vendría contigo a recogerme- Dijo confusa y algo desilusionada la castaña.
Él la miró con una ligera sonrisa de lado. -Veníamos para acá cuando recibió una llamada sobre un caso, dijo que lo siente realmente quería venir por ti, ya tenia un letrero preparado y todo.-
Su madre Rosaline Dixon es una Agente Federal, más específicamente la Jefa de la Interpol de Londres, ella estaba orgullosa de su madre, de todo lo que había logrado, el echo de que arriesgue su vida por enfrentar a tanto loco psicópata para salvar la vida de los demás era algo digno de admirar y la castaña lo entendía, pero no puedo evitar sentirse triste en ese momento.
-Bueno supongo que solo seremos tu y yo esta noche Tom, así que llévame a comer algo por favor estoy muriendo de hambre, sabes que odio la comida de los aviones y carga esto es muy pesado.- Dijo Andrea dándole las maletas a su hermano.
-Claro su majestad, ¿algo más que desee la Princesa?- Dijo sarcástico.
La castaña lo miro con una sonrisa, vaya que extrañaba esto, después años viviendo lejos de su madre,de su hermano y el echo que solo los miraba unos cuantos días al año, apenas bajar del avión y escuchar estas tonterías era música para sus oídos.
Tomas Collins y Andrea Collins eran inseparables desde niños, siempre hacian todo juntos, travesuras,juegos e incluso Tomas siempre fue el conejillo de indias voluntario para los experimentos que realizaba su hermana.
Él mayor que ella por 4 años siempre fue un hermano amoroso y sobreprotector, todo eso se volvió más con la muerte de su padre, Tobias Collins era un famoso Neurocirujano que lamentablemente falleció hace 7 años debido a un accidente vehicular, regresaba a casa después de un largo turno nocturno se quedó dormido al volante y su auto se estrelló contra un poste lamentablemente perdió la vida instantáneamente debido al fuerte golpe. Desde ese entonces Tomas siempre se hizo cargo de ella y su madre.
-Sólo eso por el momento esclavo, así que apresúrate que tengo que comer o moriré de inanición.- Dijo mirando sus uñas y haciendo un seña de que se diera prisa.
Tomas la miró y no pudo evitar soltar una sonora carcajada. -Exagerada como siempre.- Dijo abrazando por los hombros a la castaña y saliendo del aeropuerto.
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