Dos

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Jungkook

Eran como las once de la noche, por un milagro escuche que tocaron el timbre un par de veces, me levante de mi silla y arrastre los pies hasta la puerta, llevaba como cuatro horas en esa habitación, debía estirarme o moriría. Cuando me acerque a mirar por la cámara, solo alcance a mirar la espalda del repartidor, me pareció una hora extraña para recibir un paquete, con cuidado abrí la puerta mirando las bolsas de comida, tenia una nota con la dirección y nombre Esmeralda Di Marco, 64B.

La comida era para mi vecina. Se habrán equivocado, algo estúpido, pues solo éramos dos departamentos en este piso. Debía ser buen vecino y entregarle su comida.

Fui por una camisa limpia, me arregle un poco el cabello y salí sintiendo unos nervios horribles, la boca del estomago se me contrajo, quería regresarme a mi departamento, las manos ya me estaban sudando, era como cuando me le declare a Laura en la primaria, una de las primera chicas en rechazarme.

Pero en cuestión de nada, estaba frente a su puerta, pensé en tocar el timbre dejar la comida e irme, pero antes de que eso pasara ella abrió la puerta, estaba vestida con una camisa de tirantes rosa que se le pegaba al cuerpo un pantaloncillo corto negro y unas medias altas blancas, su cabello estaba atado en un moño desordenado dejándome ver su largo cuello, pude ver el color de sus ojos, eran de un azul muy intenso, trague saliva sin escuchar lo que me decía.

—Perdona si no escuche el timbre, estaba con los auriculares y no note que estabas aquí afuera hasta que me llego la notificación de la aplicación —se me quedo mirando de arriba abajo —¿No vistes muy extraño para ser repartidor de comida? —ladeo la cabeza y se acomodo los lentes —Tampoco tienes cara de Roberto.

No pude evitar sonreír ampliamente, contuve un poco la carcajada, antes de aclararme la garganta.

—Creo que Roberto, dejo esto en mi puerta, tal vez por eso no tengo la ropa adecuada para repartir comida, aunque aun asi lo estoy haciendo.

Sus mejillas tornaron un tono rojizo muy elevado, luego miro el algo detrás de ella, en sus lindos labios se formo una enorme "O"

—Discúlpame, discúlpame —entro como en una especie de pánico moviendo las piernas —es demasiado tarde y te despertaron por error, que Roberto tan despistado, que pena.

—Tranquila —me reí y ella se calmo —parece que te va a dar un ataque —le extendí las bolsas de la comida —estaba despierto, no suelo dormir temprano, asi que no me despertaron.

—En ese caso ¿Ya cenaste? —se balanceo un poco — déjame invitarte algo de comida —mira la bolsa —¿tailandesa? Creo que pedi esta vez, sirve y me presento, creo que no he sido buena vecina.

Odiaba la comida tailandesa, pero ella me gustaba.

—Soy Jungkook Jeon, soy tu vecino y será un placer acompañarte a cenar.

—Esmeralda Di Marco, pasa.

Crush (JJk) Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora