Espuma de mar

2. Encuentro

~ Déjame contarte una historia de mar, qué te va a servir de verdad, si una sirena escuchas cantar, está con su voz te podrá hechizar... ~

- No sé porque te gusta escuchar esas cosas Ulquiorra... - me dijo

- Solo me gusta saber que piensan esas criaturas de nosotros Grimillow... es extraño... ¿por qué nos llaman sirenas...? Además, ¿para qué le pondría un hechizo a esas criaturas bípedas...? No tiene sentido... - le respondí

~ Viven entre las olas a penas ocultos por la brisa salada. En reinos preciosos en lo profundo de los mares, entre castillos como nunca podrías tu imaginar. Con Poseídon como su rey soberano en un mundo debajo del mar... ~

- ¿Poseídon? ¿Quién ese tal Poseídon? Yo no lo conozco... aquí el único que vive como... bueno algo similar a un rey es tu papá... El señor Aizen... - comentó Jean

- El mismo no le gusta que lo llamemos rey, porque en realidad no "gobernamos" como piensan los humanos sobre los demás animales... más bien convivimos... aunque supongo que se refieren a cada una de nuestras especies... - le dije

- Supongo que tienes razón... pero olvidemos eso y vamos en busca de una buena pesca... - me dijo

- ¿Ya reuniste a los tiburones? - pregunté

- Claro, ya cercaron a un banco de sardinas... - me dijo

Sin embargo, el clima empezó a cambiar, el cielo se oscureció y el viento azotaba la superficie del mar, creando grandes olas.

- Debemos irnos... - dije a Jaquen

- No podemos regresar sin algo para cenar... - dijo

Se adelantó un poco, para acosar al cardumen. Había varios tiburones qué también rodeaban a los peces, pero solo hasta entonces me di cuenta de una red.

- ¡Grimillow! ¡Chicos! ¡Aléjese...! - exclame

Los tiburones rápidamente nadaron hacia el fondo, pero mi hermano se quedó en medio de los peces.

- ¡Ulquiorra...! ¡Ayúdame hermano...! - exclamó

Antes de que fuera recogida la red, nade tan rápido como pude, con mi garras y una pequeña cuchilla de hueso corte algunas cuerdas para abrir un espacio, así pudiera salir.

- ¡Date prisa! - le dije mientras le extendía la mano

Él tomó mi mano, con eso logré sacarlo. Pero jalaron la red por lo que mi otra muñeca se quedó atorada en las cuerdas. Eso me hizo soltar mi cuchilla.

- ¡Ulquiorra...! - exclamó Jean tratando de agarrarme

Sin embargo solo sentí el dolor de la cuerda mientras era subido rápidamente. Entre varios hombres vaciaron la pesca junto conmigo. Intenté alejarme, no sabía que podían hacerme aquellas criaturas extrañas. La lluvia y el viento golpeaban con fuerza el navío, lo que hacía qué se agitara violentamente de un lado al otro.

- Jamás había visto una sirena... es muy bella... - dijo uno de los hombres

- Pensé qué... no sé... tenían pechos más grandes... - dijo otro

Empezó a molestarme aquella actitud empezando por su confusión de referirse a mí como una hembra. Pero, ¿qué podía esperar de unos tontos ignorantes? Sí incluso entre ellos se insultan con palabras y tonos despectivos.

- Tal vez podríamos venderla... - dijo un pescador

Comencé a arrastrarme para brincar de regresó al agua. Aunque esos sujetos tiraron de la cuerda.