11. En el mar

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Ulquiorra usando su magia empujaba más y más la esfera de hielo, llevando a la duquesa hasta los arrecifes. El sol en la lejanía iba convirtiendo la eterna oscuridad en una tenue luz, convirtió el negro del manto y las estrellas en un suave azul. Era tan hermoso que la tinta en la que flotaba se transformó en un transparente espejo que dejaba ver miles de colores y formas entre la arena blanca. Los ojos de la duquesa no podían asimilar tanta belleza, estaba totalmente impactada.

- ¿Es cómo lo imaginabas? - dijo el marino

- Es mucho mejor... es más hermoso... parece que no tiene fin el mar... - comentó la pelirroja

~ Tú sueñas con ir a otros lugares... Más allá de las olas, de las fronteras... ~ empezó a cantar el triton

Su voz de inmediato llamó la atención de su hermano.

- ¿Cómo? No es posible que Ulquiorra ayude a una humana... ¿Por qué gasta su magia por protegerla? Debería dejar que se ahogue... - dijo el ojiceleste

Miraba la escena desconcertado.

~ Sueño con ir a un lugar donde pueda ser libre... Nada más... ~ respondió la doncella

~ Puedes ver que lo desconocido de tu alrededor maravilloso puede ser... ~ siguió el pelinegro

Le gusta ver el asombró en los ojos de Orihime.

~ ¿Qué maravillas hay por descubrir? Ya siento la emoción... ~ entonó la duquesa

Ciffer usó un eco de su voz para atraer delfines, para que se acercaran a la chica, así podía verlos a través del cristal de hielo. Los tiburones empujaban un banco de sardinas para que nadaran alrededor de la escarcha, llenando aún más de ilusión el corazón de la pelirroja.

~ Dentro del mar... ~ hizo el coro el ojiverde

~ La libertad ~ hizo lo propio la doncella al ver como todas las criaturas iban de aquí para haya en el agua

Sin barreras como las fronteras que ella tanto defendía, sin murallas qué detuviera el infinito paisaje, sin preocupaciones más allá del día a día para comer. Por lo que empezó a sollozar.

~ Vives contento, siendo un triton tú eres feliz ~ entonó la mujer

Al de pálida piel le desconcertó la tristeza en los ojos de Inoue. Entonces escuchó las voces de las pequeñas hadas sobre la superficie del agua así que al igual que la dama los metió en esferas de escarcha para hundirlo en el agua, aunque lucían bastante asustados.

~ Trabajas sin parar... ~ cantó Tsubaki

~ Bajo presión para variar ~ siguió Lily

~ Mientras aquí solo nadan sin parar... ~ continuó Shun'O

La melodía de Ulquiorra atrajo a las figuras desconocidas hasta el lugar, al igual que Jaquen se ocultaron. Sus ojos no daban crédito a lo que veían, era un triton con una hembra humana atrapada en hielo. Era justo lo que buscaban.

~ Dentro del mar... ~ entonó Baigon

~ Aquí todos parecen muy felices... ~ cantó Hinagiku

~ Aquí tienen libertad... ~ siguió la chica

Por lo que los espíritus se miraron entre sí. Sentían mucha culpa por lo que Orihime era capaz de hacer por su promesa de salvar su bosque.

~ Allá todo tiene un tono triste... ~ cantó el ojiverde tocando con su mano la capa helada que lo separaba de la dama

La doncella puso su mano para tratar de tomar la de Ciffer.

~ Porque nadie es realmente libre... La vida se decide por los estigmas de nuestra sociedad... Solo es apariencia... nada es verdad... ~ continuó la pelirroja

~ Aquí tienen libertad... ~ hicieron el coro las hadas

~ Nadie nos da obligaciones ni nos manda a luchar sin razones... ~ siguió el pelinegro

~ Sí lo que quieres es explorar, dentro del mar te quedarás... ~ entonó Baigon

- Pero chicos. Yo no soy una sirena y sí lo hago... rompería mi compromiso con el joven Renji... y mi familia a visto por ustedes por generaciones... no puedo simplemente desaparecer y fingir que no pasa nada... tal vez no me guste, sin embargo es lo que me tocó vivir... - comentó la dama

~ Pero sin problemas tú vivirás... ~ cantó Tsubaki

~ Dentro del mar ~ siguió Ayame

~ Libre tu serás ~ continuó todo el grupo de espíritus

El ojiverde respiró hondo.

- Suena muy bonito, pero no por eso puedo hacerlo realidad... no por mucho que se desee algo lo convierte en verdad... - comentó con tristeza el triton

- Lo sé... no es tú culpa... por ahora vamos a disfrutar de estar aquí... - dijo con melancólica sonrisa la dama

~ El mundo está lleno de colores, de ritmos y colores solo debes ir a buscarles... ~ siguió con la melodía el de blanca piel

~ Las aves y sus cantares... las ballenas se les unen desde los mares... ~ continuó con amargura la de ojos grises

~ Mientras exista el amor abra mil canciones... dentro y fuera del mar... ~ le entonó Ciffer

~ Escucha las olas y a los delfines, a sus canciones pon atención... verás a los pájaros al alba agradecer por un nuevo amanecer... ~ respondió la mujer

~ Se unen el mar y la tierra, sin preocupación, solo se disponen a amar sin vacilar... y sin olvidar que todo el mundo es hermoso... ~ cantaron en coro las hadas

Ulquiorra reventó la esfera en una burbuja suave de destellos de hielo y nieve para que la duquesa pudiera ver de cerca a los peces que llenaban de vida y color el fondo. Apenas podía respirar en la burbuja de aire que le había dejado el marino.

~ Dentro del mar... Aquí tienen libertad... ~ entonó Shun'O

~ Peces de colores, anemonas adornan los corales, los cangrejos y morenas se meten entre las grietas... llenando de vida las rocas... ~ continuó el ojiverde

~ ¡Vamos a explorar! El mundo está lleno de maravillas por descubrir... ~ cantó la de ojos grises

~ Mira el arcoiris de los peces y los corales... Dentro del mar... ~ siguió el triton

~ Las focas cantan sobre la roca entre la niebla... Aquí tienen libertad... ~ entonó Tsubaki

~ Aquí puedes explorar, cantar y amar... llenando las olas de risas... puedes quedarte... Dentro del mar... ~ terminó el ojiverde la melodía

Ulquiorra tomó por la cintura a la chica para llevarla a la playa. Los de su especie no cabían de sorpresa por las acciones del convaleciente. Las hadas siguieron a la pareja hasta la arena, se le notaba pensativo al marino.

- Puedes quedarte si quieres en el mar, está es nuestra despedida... - dijo entre lágrimas la duquesa

- Pero Inoue... ¿Realmente vas a casarte con Renji? - dijo Tsubaki

- No se preocupen tanto por mí... no es tan malo... El joven Renji no es mala persona... - dijo la pelirroja

- Pero no lo amas... ¿Serías feliz? - dijo Ayame

- El amor también se puede cultivar... y la felicidad está en los pequeños momentos... así que estaré bien... - dijo la mujer

- Hay una manera de hacer tu sueño realidad... - dijo el caballero

- ¿¡Qué dices!? - dijeron al unísono los espíritus

-------------- Capítulo completo --------------

Espuma de marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora