14. Caída

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- No es la gran cosa. Solo es una herida de una flecha... pero ya viene mi prometido para cubrirme... - dijo apenado la pelirroja

- ¿¡Prometido!? - preguntó el de pálida piel

- Es una forma de decir, para que esto funcione debo arreglar algunos asuntos... y la solución más simple para dejar a alguien mi responsabilidad de cuidar del bosque que le fue encomendado a mi familia... un matrimonio... es la mejor opción... es temporal esto... - dijo dando una explicación la chica

- Le prometiste casarte... aunque eso último es lo que no comprendo del todo... según yo... eso es prometer que serán pareja... para elegir a está haces un extravagante baile de cortejo... Hay quienes se quedan toda la vida solo con una pareja, hay otros que para dar diversidad genética escogen diferentes a lo largo de la vida... - dijo en respuesta el ojiverde

- ¿Tú que piensas joven Ulquiorra? Para mi la temporal seria el joven Renji y usted para toda la vida... - comentó la doncella poniéndose de rodillas extendiendo al triton el cuerno

- ¡Lo conseguiste! Con esto (ato al centro de uno de los collares la pieza) podré hacer el hechizo... En una de esas conchas usando tu sangre como tinta, con esa cuchilla fina deberás escribir sobre mi espalda... sobre mi columna los símbolos que te voy a dar de arriba hacia abajo tal y como aparece en esa hoja qué le di a los espíritus... - dijo el pelinegro

- ¿Dices con cortes? - dijo algo nerviosa la duquesa

- Hmp. Así o con puntos formando las runas... después yo haré lo mismo... - dijo poniendo a la dama un collar

La miró atento Ciffer, se sintió conmovido por verla tan fuerte aun con esa herida, así que se acercó retiró las vendas y empezó a lamer la herida. Eso avergonzó a la pelirroja.

- ¡No, no es necesario! Ya trataron mis lesiones... - dijo sonrojada la chica

- Entre los tritones es normal cuidar de nuestra pareja... además gracias a las encimas en nuestra saliva, nuestra regeneración es más rápida... - dijo el caballero

- Gracias, pero no me contestaste... joven Ulquiorra... - dijo la dama abrazando a su amado

- Es obvio que creo que es por toda la vida... aunque mi papá perdió a mi mamá... y a veces creo que merece volver a tener a quien amar... Pero no puedo decir sobre el corazón de otros... además ya no hay más de mi especie en este mar... Abría que ir más lejos... hacia el Atlántico... - dijo respondiendo al gesto el ojiverde

La mujer solo respiró hondo. Ella no podía entender eso, había tantos humanos que podía caminar por su reino y encontrar al menos una docena de hombres medianamente aceptables. En ese momento Inoue se puso la aguja, está le corto profundo en el dedo y con gran nerviosismo puso la hoja en la espalda del marino para empezar a tatuar. Era muy doloroso, pero el orgullo de Ciffer le impedía quejarse, solo soportaba la cuchilla entrando en su piel. La escena no era agradable para las hadas que miraban en silencio. Cuando terminó la dama le dio la aguja al pelinegro, el resto de su sangre de Orihime la bebió el triton. Lamio su herida, le puso una pequeña venda. Después se desnudo la chica, se avergonzo inmediatamente al mostrar sus senos, se abrazo antes de darle la espalda a su amado para que esté hiciera el tatuaje.

Ulquiorra la admiró, usando sus dedos acarició la espalda de la mujer, lo que le causó un leve escalofrío a la chica. Ese toque era suave, gentil, aunque su piel estaba frío, se sentía esa atracción, la pelirroja solo pasó saliva ante la debilidad de su corazón. Entonces comenzó la parte dolorosa, unas lágrimas cayeron de los ojos de la duquesa, qué apretaba sus manos contra su pecho al igual que sus párpados ante cada piquete. Al final se quitó la cuchilla el de pálida piel, su sangre que aún caía la bebió elegante el de labios negros, ella también tomó su mano y con apenas la punta de su lengua limpió el dedo de su amado.

- Ahora está listo todo para hacer el ritual... recuerda, solo se puede hacer una vez... - dijo el caballero

- Espere joven Ulquiorra. Yo aún no tengo el cuerno de unicornio del mar... y usted está en tierra... ¿No lo convertirá en humano? - dijo preocupada la dama

- Cuando tengas la punta del cuerno de mi hermano... se completa el circuito para que podamos convertirnos, tú en sirena o yo en humano... Hasta que no sé cumpla esa condición no importa que esté yo aquí... pero una vez lo haga solo se puede hacer un intercambio... - dijo el ojiverde

- Eso ya lo discutimos joven Ulquiorra y no voy a cambiar de opinión... Así que sólo debo completar mis pendientes... - dijo firme la mujer

Los espíritus temerosos se posaron en los hombros de Ciffer.

- Así que ahora es nuestro turno... - dijo Tsubaki

- ¿Su turno? - preguntó la chica

Tal como describía su nombre, las hadas se volvieron intangibles, entrando en el cuerpo del triton. Sus pupilas de éste se volvieron doradas, el resto negro, mientras que el resto de su cuerpo parecía brillar en una extraña luz. Por un momento la bruma lo envolvió, nubes de tormenta se formaron, grandes relámpagos se movían por el cielo; incluso desde el mar el grupo de sirenas y Jean con los barcos veían el tornado, sufriendo los azotes del viento.

- ¿Qué es eso? - dijo Bambinetta

- Esa magia es de Ulquiorra... pero nunca lo vi usarla a esa magnitud... - dijo el ojiceleste

En el palacio todos corrían a proteger las ventanas y puertas, en la habitación de Inoue, está no salía de su asombró.

- Querida, ¿estás segura de cambiar tus piernas por una cola? - recalcó el eco de las voces de las hadas y del propio triton

- Sí... - dijo la duquesa

- Entonces te daré dicho poder. Pero recuerda que con el viene una maldición... Ni después de tu muerte dejarás de ser sirena... Sí intentas salir del mar, en su espuma te convertirás... - sentenció el poseído

- Lo sé... pero siempre que pueda cumplir con mi promesa a mis amigos, la herencia de mi familia y ser libre de amar... Estaré bien con mi decisión... - dijo la chica

Ulquiorra levantó su mano al cielo, lo que hizo caer un rayo hacia esté. Con su otra mano tomó la de Orihime, recibiendo ambos la descarga. Después de eso la pelirroja se desmayo, los espíritus también dejaron el cuerpo del triton dejándolo en la orilla. Todos los sirvientes y las dos generales se al armaron al ver el trueno caer en el jardín privado de la duquesa. Los pequeños empezaron a mover a la dama preocupados. Mientras que la pelirroja despertaba sintió mucho dolor y ardor, la chica le costó trabajo levantarse.

- ¿Estás bien? - dijo Ayame

- No muy bien, solo tengo algunas quemaduras leves... - dijo la pelirroja

Desde la puerta empezaron a tocar.

- Señorita Inoue, ¿está bien? - dijo la sirvienta

En el mar los barcos vieron su oportunidad de atacar, por lo que la flota uso flechas y una catapulta para perforar el castillo. Un fuerte sismo sacudió el lugar.

- ¡Estamos bajo ataque! Respondan de inmediato... - ordenó Tier

Orihime se dirigió a su amado, pero no se movía, permanecía apenas sobre el agua boca abajo, por lo que se arrastró hasta él.

- Joven Ulquiorra... - dijo la chica

Pero el triton no respondió.

- Creo que esta bastante mal... Al ser marino le hace más daño la electricidad... - dijo Shun'O

- Tráiganme el ungüento para curar las ampollas y quemaduras... - dijo llorando la mujer

-------------- Capítulo completo --------------

Espuma de marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora