Capitulo 28: Charla al amanecer

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En algún lugar de Minnesota
Estados unidos de américa
En la actualidad
Roberto, Luna y Azile



Había amanecido y el sol se comenzaba a filtrar tímidamente a través de las esponjosas nubes blancas, la brisa fresca de la mañana trasportaba el aroma de la ya extinta llama de la fogata. Un cuervo enorme y negro como la noche le observaba desde la rama de un árbol cercano. Cogió la mano de Luna y la apretó suavemente, saber que seguía a su lado tras todo lo acontecido le reconfortaba, decidió dejarla dormir un rato más y fue en busca del ángel.



Este se hallaba meditando en una roca cercana. Su figura era como siempre imponente, de no ser por sus enormes alas de plateado color, habría aparentado ser un humano más, sin embargo era un hombre muy fuerte, con una definida musculatura, enorme estatura y ojos color miel, no dejaba de ser una criatura sorprendente y hermosa.



Ese era su aspecto, pero lo más interesante de él yacía en su interior y en todas aquellas capacidades que había demostrado que podía realizar. Cosas sorprendentes como leer la mente... o conocimientos tales como lo que sabía de las peligrosas criaturas que atacaban en la noche...



- Buenos días Roberto- Transmitió mediante telepatía.



- Me has oído llegar Azile, no quería interrumpirte, parecías concentrado- Se disculpó denotando su sinceridad.



- No interrumpes tranquilo- Azile se puso en pie y bajo de la roca- Despierta a tu esposa, tenemos que continuar- La señaló- De paso sabremos como está, lo de ayer fue demasiado para ella-.



Roberto se acercó a su mujer y con delicadeza la despertó.



- Buenos días mi amor, ¿Cómo estás hoy?- Preguntó mirándola a los ojos con una expresión cargada de afecto.



- Buenos días chicos, mejor... es curioso, mientras dormía soñé que todo volvía a ser como antes...- Luna bostezó y se desperezó- Pero bueno... lo importante es que estamos vivos y de una pieza... ¿soy la única que tiene un hambre atroz?-.



Ambos rieron y Luna los siguió. Sacaron unos suministros de la mochila de Rober y todos comieron de unas latas de conservas.



- No sabía que necesitases comer Azile- Dijo una mucho más animada Luna.



Azile y Roberto se rieron.



- No suelo comer demasiado, pero es bueno para mí- Respondió sincero.



- ¿Y no brillas de algún color al comer?- Bromeaba ella- ¿Naranja quizás?-.



Su marido se reía sorprendido de las ideas de Luna.



- No, pero como apenas necesito comer, hacerlo me da mucha vitalidad, me activa- Respondió ante una interesada bióloga.



- ¿Cómo la cafeína para nosotros, o como si te tomases una bebida energética?- Preguntó Roberto.



Azile asintió.



- ¿A qué te refieres con qué apenas necesitas comer?- Inquirió ella.



Roberto le miró interesado.



- Justo eso, la mayoría del tiempo los ángeles nos alimentamos a través de la respiración, transformamos el éter del ambiente en el alimento de nuestras células- Ambos se hallaban muy sorprendidos e interesados en lo que contaba Azile- Es un talento que desarrollamos a través de la meditación y que con el paso del tiempo, implementamos de manera permanente en el resto de nuestros actos-.



- Los ángeles sois unos seres fascinantes- Comentó Luna impresionada.



- Increíble, te alimentas del aire, eso es envidiable, no necesitas hacer sufrir a otro ser vivo para tu sustento- Roberto lo dijo con admiración.



- No es un talento exclusivo de nuestra raza- Azile llamó la atención de Roberto, que estaba recogiendo algunos víveres de vuelta a su mochila.



- ¿Qué quieres decir?- Preguntó este.



- La respiración del éter, es una facultad que los seres humanos podéis llegar a lograr- Luna y Roberto se miraron dubitativos, el ángel parecía sincero.



- Si eso es posible, con la de miles de millones de seres humanos que han poblado y pueblan la tierra, ¿cómo es qué nunca había oído hablar de algo parecido?- Preguntó Luna escéptica.



- La gente en estos tiempos rara vez busca en el interior, pero ha habido otros en el pasado y posiblemente ahora que son capaces de despertar sus poderes ocultos- Respondió el ángel mientras sacudía un poco sus alas.



- ¡Flipo!, tiene que pasar algo super drástico para que me entere de estas cosas- Luna se levantó y comenzó a calentar.


- Espera... dices poderes ocultos, no poder oculto, ¿es qué hay más cosas que los humanos podemos lograr que no nos has contado?- Roberto parecía muy emocionado.



- Todos aquellos poderes ocultos que la humanidad lleva dormidos en su interior, requieren mucho esfuerzo y una mente muy despierta; ¿es qué quieres optar a ellos Roberto Expósito?- El ángel lo miró a los ojos con verdadero interés.



Roberto tragó saliva y asintió portando una mirada decidida.



- Te ayudaré en la medida de lo posible, ahora es importante que nos marchemos, es probable que nos sigan el paso, tenemos mucho de que hablar, pero el tiempo apremia- Dicho esto Azile pegó un salto y con ayuda de sus alas se elevó por encima de sus cabezas.



Roberto miró a Luna preocupado, ambos siguieron caminando tras Azile cogidos de la mano.



Él ángel voló a su alrededor por un rato, ambos creían que buscaba posibles amenazas y así era, el mundo de ahora no era el de antes, y el peligro acechaba en cada esquina, como dice el dicho: "ángel precavido vale por dos".




Cada vez que hablan con el ángel, Roberto y Luna descubren nuevas e inquietantes cosas, Azile parece querer entrenar a Roberto para que obtenga "capacidades extra", ¿Qué saldrá de todo esto?, pronto llegarán a Littlefork, en un mundo completamente devastado, ¿qué será lo que encuentren allí?, sea como sea, pronto lo descubrirán...

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⏰ Última actualización: Oct 06, 2023 ⏰

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