Capitulo 24: El incidente I

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10:00 P.M. 3 horas antes del incidenteAeropuerto internacional de Duluth


Anand Misra era un hombre singular, un perro verde en la jauría que era Estados Unidos. En el pasado había sido un asceta, había viajado en busca de su camino espiritual con lo puesto nada mas. Tiempo más tarde se convirtió en un monje budista, pues perseguía el camino de la rectitud; había dedicado toda su vida a perfeccionar su cuerpo y mente. Había sacrificado una vida de materialismo al dejar los negocios de su familia para encontrarse a si mismo; sin embargo mañana tenía que hacer acto de presencia en un funeral, su padre había fallecido la noche anterior, y por primera vez en mucho tiempo algo perturbaba la mente de Anand. Él quería mucho a su familia, pero el amor no era recíproco. De cualquier manera, le dolía reunirse con ellos bajo estas circunstancias, por supuesto lamentaba que su padre se marchara de este mundo y quería despedirse, esperaba que los demás lo dejasen entrar.Desde aquel asiento ya podía ver el aeropuerto, le había tocado ventana. El avión comercial efectuaba su descenso en aquel preciso instante, la señora sentada a su izquierda despertó dando un respingo y le miró con un ligero atisbo de desprecio. Anand le sonrió con autosuficiencia. Ella le desvió la mirada de inmediato, indignada. Anand la observó de manera breve tratando de comprender que le causaba desagrado en su persona, quizá había sido su ropa holgada o su cabeza rapada que lo hacían distinto a lo que era la moda occidental. La mujer poseía una edad avanzada, su pelo caoba entrecano y una tez llena de arrugas la delataban. No obstante lo que le llamaba la atención era que en las muchas horas de viaje que habían compartido, no le había dirigido la palabra en nada más que dos ocasiones, y había sido para responder vagamente a lo que él le había preguntado con anterioridad. Quizá la gente iba más a lo suyo en este país, o puede ser que careciesen de educación. Descartó aquella hipótesis dado que sabía que generalizar era algo absurdo, pero lo iría comprobando en los días venideros.


- Señores pasajeros, nos encontramos próximos a aterrizar en el aeropuerto internacional de Duluth, por favor abróchense los cinturones, permanezcan sentados hasta próximo aviso- Anunció una voz femenina por megafonía.


El monje budista desvió su mirada en pos de la ventanilla con objeto de observar el aterrizaje y mientras lo hacía se perdió en sus pensamientos.


Tras haber recogido su escaso equipaje se dirigió hacia la salida del aeropuerto donde descubrió un inesperado cartel con su nombre y apellido escritos, lo sostenía un hombre trajeado de pies a cabeza.


- Ústed debe ser Anand, ¿me equivoco?- Preguntó él mientras se aproximaba, Su voz era altiva y tenía un tono conciliador.


- En absoluto, soy yo- Respondió con su serena pero profunda voz.


El hombre le tendió la mano, y el monje se la estrechó.


- Me alegro de conocerlo señor, su padre me ha hablado mucho de usted- Comentó el hombre con tacto y con un tono conciliador.


- El gusto es mío, espero que hayan sido cosas buenas- Anand parecía intrigado, para su sorpresa, su padre había hablado de él.


- Siento su perdida, si le sirve de algo a mi también me ha dolido su partida, era una persona muy querida por todos- Comentó con auténtica tristeza en su voz- Últimamente no paraba de hablar de ti, ya que lo preguntas-.

Y entonces... Los ángeles cayeronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora