10 MESES ANTES EN ALGÚN LUGAR...
- El sol, esa estrella que nos proporciona luz y calor, ese brillo al final del túnel, él nos abraza con su luminiscencia, desde que el mundo, es mundo, desde que lo recuerdo, desde hace los más de dos mil años, desde que estoy vivo, no ha dejado de iluminarnos un solo día, o eso creo. ¿Por qué estoy dándoos la chapa con esto?; creo que será mejor que me presente, mi nombre es Hax, ya lo se, es un nombre un poco simple verdad... no necesito un nombre más largo, cuanto más fácil de recordar... mejor. Bueno... al grano, me estoy enrollando... el sol, esa estrella, es la que os ha mantenido con vida durante miles... que diga millones de años, y otras cosas que escapan a vuestro entendimiento pero... a nadie se le ha ocurrido verla como lo que es... es decir... una grandísima bola de llamas. ¿A qué viene esto Hax?, pues veréis, el sol ahí donde lo veis tan mono, tan agradable en su roce con la piel... tiene esta peculiaridad... cada segundo que transcurre, esa naranja ardiente... explota una y otra vez, con la fuerza de un billón de bombas atómicas de cien megatones macho... capici. El sol es la matriz de la vida en la tierra si... pero hay que mantenerlo en vereda, pues cuando este de mal humor, su ira nos destruirá tan rápido, que tendremos siete minutos para despedirnos-.
- Y corta...- El hombre con bata blanca se sentó en frente de Hax- Oye viejo... sabes que siempre disfruto un montón con tus charlas... y si no lo sabías, quiero que lo sepas, pero... eso ya lo habías dicho-.
- ¿Está grabado?-Preguntó Hax con indiferencia.
- Lo está...-Respondió el hombre observándole con presunta impaciencia.
Detuvo su mirada en Hax un momento, lo que sabía de él le contrariaba en exceso; pero parecía completamente normal al ojo humano, salvó por algunas "cosas". Sus ojos eran de un azul intenso, su larga melena, al igual que su poblada barba eran de un blanco impoluto, su cara llena de arrugas dejaba entrever algunos años sobre sus espaldas, pero sin duda muchísimos menos de los que en realidad poseía, desentonando con su pelo excesivamente blanco. A pesar de que aparentaba sesenta y pocos, Hax superaba los dos milenios de edad, y aunque era algo desconcertante para los científicos, no lograban averiguar como era posible. Hax vivía allí, en el lugar conocido como "el plano", nadie lo obligaba a venir, pero cada día aparecía allí, siempre pedía que todo cuanto les decía fuese grabado, en el lugar donde se reunían: "el nexo".
- Zacarías- Dijo Hax refiriéndose a su entrevistador- ¿Por qué me tienes prisionero?-.
- No eres prisionero, vienes todos los días voluntariamente, te lo recuerdo- Respondió mientras una gota de sudor resbalaba por su frente.
- No es cierto, al menos lo primero, pero si que vengo voluntariamente..- Su voz era tranquila y serena, aunque bastante grave.
- ¿Porque vienes entonces?- Preguntó.
- ¡Voila!, esa es una muy buena pregunta sin duda alguna; ¿tanto costaba?, hace muchos años que vengo y es la primera vez que me preguntas eso...-.
- ¿Vas a responder?-.
- Ya tienes la respuesta, dímela, y te responderé a cualquier pregunta con total sinceridad- Hax mesó su barba.
Zacarías miró a alguien detrás, nervioso, se quitó el sudor de la frente y contestó:
- Nosotros... te obligamos, de forma... de forma indirecta- Contestó con precaución.
- Correcto, tienes suerte, hoy estoy de buen humor, no sufrirás ningún percance, pero esto es una cabronada Zac- Hax se levantó
Era visiblemente más alto que Zacarías, y Zac era muy alto de por si, Hax media dos metros y medio, al menos. Se dirigió a la salida de aquella sala de austeras paredes blancas.
- ¿A dónde vas?- Preguntó.
- Como si no lo supieras ya- Respondió.
Zacarías espero a que Hax saliese por la puerta y después solicitó volver...
¿Quién será este ser conocido como Hax?, ¿como es posible qué sea tan mayor?, ¿es un extraterrestre?, ¿o algo completamente diferente?, y si es así ¿por qué lo tienen encerrado?...
ESTÁS LEYENDO
Y entonces... Los ángeles cayeron
Science FictionSinopsis: Todo comienza tras la desafortunada noche en la que llegó el ángel a la vida de una pareja de lo más corriente; Roberto, un escritor en ciernes y Luna una experimentada bióloga, deberán vivir una serie de catástrofes sin precedentes y situ...