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Pasaron dos días.

Mahidevran estuvo tranquila, no pensó en lo que pasó. Hürrem hizo todo lo posible para que no pensara en eso y se pusiera mal.

Süleyman mandó una carta a la capital avisando que llegaría en varios días. Sümbül recibió esa carta y fue directamente a los aposentos de la madre sultana para informárselo; llegó e hizo reverencia.

-Sultana.

-Sümbül... ¿alguna noticia de mi hijo?

-Sí, sultana. Su majestad mandó una carta.

-¿Y qué esperas para leérmela?

Sümbül asintió y abrió la carta.

"Querida madre: 

                               Mando esta carta para informarte que ganamos la guerra contra Italia, todo salió bien. Dentro de poco estaré de nuevo en la capital".

-Eso es todo, sultana.

Hafsa sonrió.

-¡Qué buena noticia!

-Sí, mi sultana. Su majestad ha sumado otra victoria a su lista- dijo con una sonrisa.

-Sí... Sümbül, no le digas nada a Hürrem y a Mahidevran. No quiero que sepan que mi hijo vendrá, quiero que se enteren cuando él ya esté aquí para que reciban su castigo- comentó.

-Está bien, sultana. No les diré nada.

-Confío en ti... ahora puedes irte.

Sümbül asintió y se fue.

Sümbül llegó a los aposentos de Hürrem, entró e hizo reverencia a las dos sultanas.

-Sultana Hürrem, sultana Mahidevran...

-Sümbül... ¿pasó algo- preguntó Hürrem algo seria.

-Debo decirles algo... la sultana me advirtió que no les dijera, pero...

-¿Es algo grave?- preguntó la castaña.

-Bueno...

-¡Habla, Sümbül!- comentó la pelirroja.

-Su majestad llegará dentro de varios días.

Las dos se miraron, Hürrem agarró la mano de la castaña.

-¿Cómo sabes?- preguntó Hürrem.

-Su majestad mandó una carta avisando que ganaron la guerra y que vendrá.

-Hürrem...- dijo la castaña.

-¿Qué hará, sultana?- preguntó él.

Hürrem lo miró y luego miró a Mahidevran.

-La sultana no quiere que nos enteremos porque quiere verlo primero para decirle lo que hicimos y ver si él hará algo con nosotras...- lo miró.

-Pero... Hürrem... ¿qué haremos?- preguntó la castaña.

-Tendremos que esperar. Si él decide hacernos algo o hacer algo en contra de nuestros hijos, nos escaparemos y viviremos felices en otro lugar, alejadas de todo y de todos con nuestros hijos...

Mahidevran apoyó su cabeza en el hombro de la pelirroja.

-Puedes irte, Sümbül. Gracias por decirnos.

-De nada, sultana. Si necesita algo, no dude en llamarme- hizo reverencia para luego irse.

Hürrem hizo que Mahidevran la mirara.

Senin için aşkım sonsuz (Mahür)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora