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T/N
Dos semanas habían pasado desde que empecé a trabajar en la empresa, el ambiente era bueno o al menos la mayoría del tiempo lo era y en tan solo dos semanas pude darme cuenta de cuantas mujeres estaban dando suspiros al aire por el señor Yang Jungwon, cosa que me parecía raro ¿era tan atractivo?
Claro, destacaba mucho su belleza, no era tan alto pero tampoco tan bajo, su cabello color negro, su cuerpo que parecía ser ejercitado con mucha deligencia y de las pocas veces que lo había visto sonreír tenía unos hoyuelos de infarto, creo que sí sonriera más sin dudas tendría muchas más personas tras de él, sin embargo, él no era mi tipo.

Estas dos semanas también me sirvieron para darme cuenta de que él realmente toma muy en serio la opinión de sus trabajadores, trata de ver el punto medio e intenta organizarlo según lo necesario, eso lo hace ver como un hombre calculador y desicivo pero también como un hombre compresivo y abierto a ideas. Aprendí mucho sobre las presentaciones y como su semblante neutral hacía temblar a casi todos los jefes de cada departamento, si lo pensaba bien no cualquier hombre podría hacer eso, sin embargo, a él le salía tan natural.

– ¿Sin café esta noche? –lo mire con una sonrisa fingida.

– Sin café esta noche –le respondí con calma.

Con tan solo dos semanas sus juegos de provocación no habían tenido fin, sabía lo que quería hacer, pero le tomaría mucho tiempo romper la barrera que mi hermano me hizo construir, porque a diferencia de él, Heeseung si era un dolor de cabeza y uno muy doloroso.

*A Heeseung le dieron escalofríos

– Señorita Lee –quite la mirada de los papeles que estábamos revisando–. ¿Le molestaría si revisamos esto en mi casa?

– No hay problema, usted puede llevarse una parte y yo la otra, así... –él ladeó la cabeza– ¿Perdón, qué?

– JA JA JA –era la primera vez que lo escuchaba reír con tanto entusiasmo a tal punto de soltar unas lagrimas–. Le estoy diciendo que iremos a mi casa a terminar esto, no pienso dejar que usted se lleve papeles tan importantes ¿qué pasaría si los pierde?

– ¿Pe-Perdelos? –cuenta hasta diez, cuenta ovejas, cuenta cualquier cosa sin explotar.

– Usted se pierde mucho, no sería raro que perdiera estos papeles –puse la montaña de papeles sobre el escritorio y vi una sonrisa plasmada en sus labios.

– Iré por mis cosas para revisar estos documentos en su casa, señor –hice énfasis en la última palabra.

– Señorita Lee –lo mire seria–, usted es quien más ha aguantado en esto –es porque solo llevo dos semanas, no espere mucho de mi pensé con cansancio–. Gracias por ayudarme –quede atónita ante esas palabras y también ante esa mirada.

Agradecimiento puro y genuino, no había una gota de maldad o juego en ello ¿realmente estaba agradecido? Yo era quien estaba agradecida por la oportunidad, gracias a esto esperaba poder pagar más rápido la deuda y con ellos liberarnos de a poco, sin duda, era yo quien debía decir gracias.

– Señor Jungwon, sus juegos para probar mi paciencia no son nada comparados a los de mi hermano, es a él a quien debe agradecerle –hice una reverencia.

– Tendre que hacerlo entonces –volvió a sonreír.

Creo que podría acostumbrarme a verlo sonreír de ese modo.

...

Luego de la primera vez no habia vuelto a poner un pie en esa casa, quizá por el hecho de que me causaba nauseas cada que recordaba su inmensidad y me preguntaba cuándo podríamos vivir en un lugar así, Jungwon me miró con cautela al ver que no entraba por completo a su casa. El silencio invadió en cuanto la puerta fue cerrada ¿no era temeroso? Vivir en una inmensa casa, con un inmenso silencio no era algo que yo podría llamar vida, no veía indicios del pequeño Jungsik ni de la señora Yang, tampoco del otro chico que parecía asesinarme con la mirada.

Una Nueva InfluenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora