CAP 16

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WEDS

Me concentro en el acero frío
alrededor de mis muñecas, lo
molesto que se sienten. Me impide
pensar en otra cosa. Si pienso
demasiado más allá de las esposas,
voy a perder el control. De nuevo.
Un policía grita mi nombre y yo me
levanto y camino hacia los barrotes.

-Han pagado la fianza- dice
mientras me mira de arriba abajo.
No puedo decidir si está amenazado
por mi tamaño o si se impresionó
que haya una celebridad en su
cárcel. De cualquier manera, él me manejó de manera diferente
a todos los demás delincuentes
que ingresaron. También tengo mi
propia celda, así que estoy tratando
de estar agradecida por pequeños
milagros. Me llevan a la recepción
y escriben los documentos de
descarga. Me devuelven mi
billetera, llaves y teléfono celular.

-¿Puedes sacarme esto de encima?-
Pregunto, levantando mis muñecas,
pero el chico no tiene prisa. Enciendo el teléfono con una mano
mientras él saca las llaves, veo que
tengo sesenta llamadas perdidas y el doble en mensajes perdidos.

-Mierda- murmuro mientras trato
de escribir un mensaje de texto con
una mano. Nunca he sido buena en
eso, pero esto no lo está haciendo
más fácil.

-Eres libre, puedes irte- dice el policía, soltando las esposas y
señalando hacia la puerta de salida.
Casi tropiezo con mis pies en un
apuro para salir a buscar una señal.
Ni siquiera me importa si las calles
están llenas de cámaras. Tengo que
hablar con ella.

-Cañón- llama Divina desde el otro
lado de la habitación, levantando
una mano para llamar mi atención.
El lugar está lleno esta noche, pero
ella hace un gesto para ir hacia un
lado y salir por la puerta de atrás.
La sigo y cuando se pone a mi lado
me abraza. No me doy cuenta de
que lo necesito hasta ahora y la
abrazo.

-¿Cómo está ella?- Pregunto,
retrocediendo e intentando que
mi teléfono funcione. Veo una
barra iluminada, y luego muere de
inmediato.-Mierda.-

-Ella está bien- dice, pero escucho
la vacilación en su voz. -Está
preocupada. ¿Qué diablos pasó?

-Hablemos en el camino- le dije
mientras salíamos. Divina detiene un taxi y nos metemos en la parte de atrás.

-Fue una puta maquinación- le dije,
apretando los puños.

-Por supuesto que sí. Ya sabes,
Enid. Ella es tan inocente-.

-¡Lo sé!- Grito y luego niego con
la cabeza.- Lo siento. Solo quiero
separarlo. Ojalá lo hubiera hecho-.

-¿Por qué te arrestaron?-

-Élla lo maquinó todo. Después de
dejar el restaurante, fui al centro de la ciudad al gimnasio en el
que trabaja. Sabía que estarían
esperando y que no me equivoqué.

Siento cómo la rabia se acumula
de nuevo cuando recuerdo la
expresión petulante de su rostro.

-Élla estaba esperándome. Entré y
ni siquiera la toqué antes de que la
policía nos envolviera. Élla les avisó
que iba a empezar un problema.
Quería que me descalificaran de la
pelea-.

-¿Cómo estaba planeando hacer
eso? Participar en una pelea
no hará que te vean prohibida
-.Levanto la manga de mi camisa y
le muestro la herida en mi brazo.

-Trató de apuñalarme con una jodida aguja-.

-Espera, ¿qué diablos?- Dice Divina con incredulidad.

-Sí, pensó que en el caos me
atraparían con una aguja y me
sacarían drogas en la prueba de
mear-. Negué con la cabeza, todavía
cabreada.- Tengo suerte de que no
haya tenido éxito, la metió en mi
brazo cuando los policías entraron,
pero la sentí antes de que todas
sus groupies me saltaran. Rompí
la aguja antes de que pudiera
inyectarla, por lo que el EMS tuvo
que abrir y sacarla-.

-¿Estás bien?- Pregunta, y niego con
la cabeza.

-Solo necesito verla.- Ni siquiera
puedo decir su nombre sin apretar
mi pecho. Estaba tan dolida cuando
vi las imágenes de ellas juntas,
pero sé que Enid nunca me
traicionaría. El taxi se detiene en
la acera y salgo. Hay furgonetas estacionadas al otro lado de la calle,
pero la nueva seguridad para el
edificio está esperando afuera para
que pueda entrar con seguridad

-Gracias chicos.- Digo mientras los
paso y voy al ascensor. Divina salta
conmigo justo cuando las puertas
están a punto de cerrarse.

-Yoko ha estado con ella. ¿Supongo
que quieres quitarme el día de
mañana?

-Joder, no- le digo y giro los
hombros.- Voy a entrenar para
poder romper cada parte de su
cuerpo que tocó lo que es mío-.

-Ahora estás empezando a sonar
como la chica que amo- dice Divina y me bate las pestañas.

Corta parte de la tensión y el dolor
en mi pecho, se está aliviando cuanto más me acerco a Enid.

-Envíame un mensaje de texto
cuando estés en camino al gimnasio
y estaré lista-.

-Gracias Div.- Cuando llegamos
a mi apartamento, entro y veo a
Enid dormida en el sofá. Yoko
se pone de pie y camina a mi
alrededor y luego oigo que se
cierra la puerta. Estoy agradecida
de que nos hayan dejado en paz,
porque ahora mismo, todo lo que
quiero hacer es estar con Enid.
Me quito la camisa y los zapatos
y luego los pantalones cortos. Me
acerco a ella en mis calzoncillos y
la levanto del sofá. No hace ningún
sonido mientras la llevo a nuestra
habitación. Solo envuelve sus
brazos alrededor de mi cuello y se
acurruca cerca. La acuesto sobre la cama y la acerco a mi pecho para poder abrazarla de cucharita. Me quito las cobijas y cierro los ojos, pero no me voy a dormir. En su lugar, solo agradezco al universo por enviarla a mí y por permitirme ser yo quien la ame. Cuando le doy un beso en el hombro, se vuelve en mis brazos, mirándome con los ojos muy abiertos.

-Weds, oh Dios, ¿estás bien?-. Toca el vendaje de mi brazo.

-Estoy aqui contigo. Todo va a estar
bien.- Sus ojos se llenan de lágrimas
y luego comienza a llorar. La acerco
a mi pecho y trato de calmarla.

-Shh, no llores, Ens- le digo,
frotándola.

-Lo siento mucho, no quise que
sucediera- tiene hipo mientras
intenta tomar aire.

-Sé que no lo hiciste. No es tu culpa.
Por favor, no llores-.

-Pero cuando estabas en el taxi,
dijiste que me amabas. Y pensé que
te referías a que no lo hacías ahora-
susurra y me mira con los ojos
redimidos.

-¿Cómo pudiste pensar eso?- Le dije,
sosteniendo su rostro con ambas
manos.- Lo dije porque una vez que
lo hice, todo cambió. Ahora eres la
parte más vulnerable de mi vida.
Me puede pasar cualquier cosa en
ese anillo y no importará.

-¿Pero tú?- Dijo, metiéndose el pelo
detrás de la oreja y secándose las
lágrimas.

-Eres mi mundo. Y tengo que hacer
todo lo posible para proteger eso-.

-Yo también te amo- dice, y cierro los ojos, dejando que esas palabras
se cuelen.

-Dilo de nuevo- ordeno, y se muerde el labio para ocultar su sonrisa.

-Te amo.-

-Una vez más- le dije, acercándome
para que sus labios estuvieran a un
aliento del mío.

-Te amo.-

-Nunca me cansaré de escuchar eso- digo justo antes de que nuestros labios se conecten.

Hacemos el amnor lento esa noche,
y es lo más íntimo y hermoso que
hemos compartido. No hay más
barreras entre nosotras, y no se deja nada sin decir. Me he enamorado por completo de la mujer de mis sueños.

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