Suicidio (Itanaru)

Cap. 17

Estoy en un funeral. Vestido de negro
Observó como un chico entierra con
Lágrimas en los ojos y gritos
Desgarradores el recuerdo de alguien que
Alguna vez fue el motivo de las sonrisas
Más radiantes de este. Los gritos se
Intensificaban cada vez más mientras el
Chico se golpeaba el pecho sin compasión.
Culpándose. "¿Por qué me abandonaste? ¿Acaso no fui lo suficiente? ¿Por qué no pude salvarte?" ese chico no fue lo único que murió ese día.

Las personas abandonaron el lugar y
volvieron a sus casas donde los esperaban
Sus familias y amigos con risas en sus
Rostros y miles de memorias por las cuales
Seguían adelante, pero ¿y el chico? ¿Qué
recuerdos le queda a un alma que ha
Perdido un corazón por el cual amar y
Una memoria por la cual llorar. Estoy en un
Funeral, donde yace enterrado tu recuerdo.
Y el chico, es mi fantasma llorando por un
Cuento que no fue terminado.

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Las lágrimas no cesaban, veía un cuerpo dormido y pálido dentro de una caja, todos lloraban por la despedida de dos almas. Almas que fueron para mi, mi familia y, el amor de mi vida.

Cada mañana todos los días al verlo, siempre le decía que lo amaba, el nunca me lo decía. Pero cuando me dijo que me amaba podría decirse que fue un mal momento para hacerlo. Él en mis brazos mientras su vida terminaba, fue desgarrador para mí.

Me despedí de ellos, con lágrimas en los ojos les decía gracias por todo lo que me dieron, todo lo que me ofrecieron. Y que me formaran parte de su familia.

Su pequeña hermana me tomaba la mano, no quería soltarla. Ella creía que su papi y su hermanito dormían, que desgarrador será para ella enterarse en un futuro que su padre y su hermano están muertos.

Maldito el día. Maldita la gente. Maldito sea el dinero. Maldigo a todos aquellos que destrozaron las almas de personas inocentes, personas que no merecen sentir este dolor.