Narración de la primera derrota contra el gran enemigo.

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El creador de estrellas suspiro, aún seguía abrumado, lo que tenía en mente ahora era la imagen vivida de cómo aquel ángel que le había ayudado a terminar su creación, al verse rodeado se había despojado del Halo de su cabeza.

El halo tenía un brillo sorprendentemente cegador, no había nada que se pudiera ver después de ese brillo y los traidores como unos tontos se habían acercado a ver aquella luz, una luz que les inundaba de nostalgia, ¿es que acaso todos habían olvidado lo que eso podía hacer? apenas llevaban unos días en batalla y parecía que nadie recordaba su ahora antigua condición.

¿Dios les había despojado de sus dones en la batalla?

¿Podría ser acaso que les abandono antes siquiera de caer?

Huyó de aquella escena que lucía tan aterradora, mientras las preguntas se incrementan en su mente, además él sabía que en poco tiempo caería también, pero no estaba dispuesto a luchar, sólo quería respuestas, eso fue lo único que basto para ser catalogado dentro del grupo de ángeles rebeldes, fue alejándose tanto como podía de las luchas que estaban desarrollandose en ese momento  Se aproximó a uno de los arcángeles, buscando dialogar ya que no quería ser parte de una lucha que le parecía absurda, aferrando sus manos temblorosas a los brazos de este.

El arcángel lo miro como quién mira algo repugnante, le escucho sin realmente hacerlo, se deshizo del agarre y dió un paso adelante arrojándolo con fuerza, una caída de lo más absurda, fue terrible y humillante, duró quizá un día entero cayendo, perdió la conciencia un par de veces; tenían que llegar a lo más profundo del mundo recién creado, después vino algo peor.

El pozo de azufre en el que se hundió no era tan profundo, sólo su condición sobrenatural le permitió sobrevivir a todo el calor y al golpe contra el piso, pero podía sentir como sus alas se volvían pesadas, su piel se ensuciaba, el dolor le hizo desear tener una condición mortal, se arrastró ayudado por otros hasta salir de ahí y se fue arrastrando aún más hasta alejarse lo más que su cuerpo pudo, observando todo y guardando todo aquello en su mente. El horror de la guerra, algo que jamás podría olvidar.

Miro a uno de los ahora llamados traidores, este temblaba, su piel se había casi congelado en la caída y a diferencia de la mayoría de sus aliados, no cayó en el gran pozo de azufre caliente en la que fueron abrazados como bienvenida en el Inframundo, su piel era casi azul, pero no moriría, solo estaba en la completa agonía. El castigo de su traición apenas empezaba y así sería para todos ellos por la eternidad.

La batalla seguía desarrollandose en el cielo, el ejército de traidores estaba siendo derrotado, eran muy pocos los que se mantenían en pie de lucha, en su mayoría de altos rangos, vieron caer entonces un par más y escucharon los gritos desgarradores de ambos, que ahora luchaban por salir de aquel pozo.

Al salir ayudados por el resto, quedaban inmóviles por unos momentos, aturdidos por todo lo que acababan de vivir, se contaban los unos a los otros como las bajas del cielo eran nulas, no había sentido alguno que siendo entrenados de igual manera no pudieran derrotar a los cielos.

El traidor que había creado las estrellas miraba hacía arriba, lo único además de los cuerpos cayendo que podía ver, era las luces de los halos siendo usados como armas para destruir, se tocó la cabeza y no sintió el propio.

Bajo la mirada pues no quería seguir mirando aquel espectáculo tan terrible, además los ojos le comenzaban a picar y no se atrevía a pasar las manos por estos, aún tenía azufre en ellas.

Suspiro de nuevo quedándose quieto, esperando a que Lucifer cayera, al caer él, esa lucha terminaría y empezaría el verdadero castigo, además comenzaba a ver algo borroso, tal vez solo era el cansancio y el dolor agonizante de la guerra.

Se desplomó sin poder tolerar más el dolor, su deseo más claro antes de caer inconsciente fue que todo aquello fuera una pesadilla, pero en el fondo sabía la verdad.

Esto era parte del plan inefable.

Cómo odiaba esa palabra.

Presagios Históricos (Fictober 2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora