Anecdota de una noche en la segunda guerra mundial.

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A los dos días de que subió por aquel elevador decidido a cambiar un sistemas de milenios, subió con el corazón destruido y cada que fingía se le destruía más, no podía más con el dolor que parecía aumenrar.

Así que al tercer día bajo por el elevador y después camino por la calle desolada, era entrada la noche y todo estaba tan silencioso que sus pasos resonaban por todo el lugar, entro cuidadoso y fue a dónde la habitación en la que sabía que el escribano había tomado como propia, se aseguró que Muriel estuviera en el más profundo de los sueños.

Comenzó entonces a revolver toda la librería, había algo que necesitaba con urgencia, al menos necesitaba eso para estar un poco en paz, la prueba de que había sido amigo de Crowley, que Crowley le había querido tanto como para dispararle de frente, aunque se notará que no deseaba hacerlo, que estuvo dispuesto a ser acusado con el mismo infierno con tal de estar esa noche con él.

Después del segundo mueble casi destrozado por la búsqueda, donde todos los libros estaban acomodados por la primera letra con la que empezaba el párrafo; sintió el deseo de golpear a Gabriel, un ejemplar mal acomodado se le fue directo a la cabeza, dejándole una pequeña herida en la frente, era un ejemplar de pasta dura y de este cayó la foto que había quedado entre las páginas de uno de los libros de Austen, orgullo y prejuicio más específicamente.

La tomo y con un milagro, regreso todos los ejemplares que dejó tirados a su lugar, no al que él hubiese designado, pero si al lugar donde estaban antes de empezar su búsqueda.

Suspiro de manera profunda, mirando aquella foto, parecía recién tomado, pero había pasado muchos años desde que lo fue y aún podía sentir todo lo que aquella noche sintió.

Miedo, amor, deseo, excitación (sexual y no), felicidad y triunfo. Fue una noche con el mismo tiempo de duración que todas las noches anteriores y posteriores, pero fue esa la noche más larga que había vivido, la que más había vivido.

Hacer un acto de magia como aquel, justo después de casi morir, la búsqueda de un truco para complacer a un pequeño público y así ayudar un poco a su amigo, su mejor amigo.

Ahora lo podía decir plenamente, su mejor amigo.

El casi volver a morir al perder la capacidad de hacer milagros, la euforia de lograr realizar algo peligroso, la alegría y la preocupación por ser descubierto como amigo del que debía ser su enemigo, tuvo que poner entonces en práctica la magia humana que había aprendido.

Fue esa noche que sintió el amor plenamente, cuando lo supo pero tuvo tanto miedo que no se atrevió a admitirlo para si mismo. Ya amaba a Crowley desde antes, cada acción del otro lo hacía amarlo más, pero el peligro del que le había salvado lo hacía verlo más claramente.

Se llevó la foto contra el pecho, amando profundamente, pero aumentando el dolor por lo que hizo e hizo el otro, ahora tenía que buscar la solución para volver a estar a su lado.

Presagios Históricos (Fictober 2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora