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—¡Sorpresa! —gritó Nayeon entrando a la habitación, sosteniendo una bandeja con las manos—. Hoy estamos de fiesta.

Jeongyeon abrió los ojos con pereza, quería seguir durmiendo, estaba desvelada por quedarse a escribir hasta altas horas de la madrugada. Nayeon colocó la bandeja sobre una pequeña mesita de madera y luego se lanzó encima del cuerpo de la escritora sobre la cama.

—N-nayeon...

—¿Por qué decidiste pasar tu cumpleaños aquí en el bosque? —preguntó la mayor abrazando fuertemente a la contraria con todas sus fuerzas—. Si yo no estuviera aquí, ¿lo habrías pasado sola?

Jeongyeon no supo que decir, tan solo permaneció en silencio hasta que Nayeon se quitó de encima.

—¿Cómo supiste que hoy... es mi cumpleaños?

—Soy tu fan, ¿lo recuerdas? Sé todo sobre ti, o al menos lo poco que ha compartido tu representante en las redes sociales —respondió Nayeon colocando fósforos en un pequeño pastel—. Bien, te debo las velas, pero lo más importante es que si había ingredientes para preparar un pastel. Lo hice de chocolate, espero que te guste.

Jeongyeon sintió como las lágrimas descendían lentamente sobre sus mejillas. Hace tiempo que la escritora dejó de festejar su cumpleaños, para ella se trataba de una fecha normal como todos los días, pero ahí estaba Im Nayeon, horneando un pastel para ella y colocando fósforos a falta de velas. Le parecía increíble que Nayeon fuese tan buena y no pudo evitar sentirse mal por mostrarle la peor versión de ella.

—Pide un deseo —murmuró Nayeon acercando el pequeño pastel.

La escritora asintió soplando los fósforos y luego cerró los ojos rápidamente. Ya había pedido su deseo.

Si hay más vidas después de esta, espero tener la suerte de coincidir contigo en cada una de ellas.

—Gracias...

—Nada que agradecer, en realidad me siento muy dichosa de poder pasar tu cumpleaños contigo —dijo Nayeon mostrando su característica sonrisa de oreja a oreja—. En este momento no tengo un regalo, pero después te daré uno, lo prometo. Aunque aún hay algo más... —la mayor sacó un pequeño ramo de flores que había escondido por detrás—. Yo misma las corté, están frescas y huelen muy bien, ¿Te gustan?

—Sí, me gustan... —Jeongyeon sonrió enternecida—. Es el mejor regalo que alguien me ha dado en mi vida.

—¿Qué haremos ahora? —preguntó Nayeon emocionada—. Podemos ir a caminar al bosque, nadar en aquella laguna de agua azul o también esperar a que anochezca para mirar las estrellas.

—Haremos todo eso.

—¿De verdad? —preguntó Nayeon con impresión, pues no pensaba que la escritora accediera—. Me encanta la idea, ¿puedo darme una ducha rápida en tu baño y tomar algo de ropa prestada?

—Claro, toma lo que quieras, te esperaré hasta que estés lista —avisó Jeongyeon removiéndose cómodamente sobre la cama.

—No tardaré —Nayeon corrió rápidamente hasta el baño y luego se encerró ahí.

La escritora suspiró lentamente con la vista fija en algún punto de la habitación. Luego aprovechó para tomar su laptop y escribir.

Parecía un desliz, pero me enamoré... Me enamoré, de quien no imaginaba, de quien no pensaba y de quien no estaba buscando. Desde ese momento aprendí que el amor no se elige, es el quien nos elige a nosotros.

Jeongyeon miró a lo lejos un pequeño sobre blanco tirado en el suelo, justo donde Nayeon se encontraba segundos antes. La curiosidad la hizo ir hasta el. El sobre parecía ser una carta para ella, pues tenía su nombre escrito con un par de corazones a los costados.

Después de debatirse por varios minutos si debería leerlo o no, al final, su curiosidad fue mucho mayor y comenzó a leer...

"Conocer a Jeongyeon fue sin duda la mejor cosa que me pudo pasar. La amé tanto en mis sueños que.. la vida como gesto de amor me permitió coincidir con ella.
He guardado lo mejor de mí para ella. Sí decide quererme, le prometeré dos cosas; la primera es quererla más y la segunda es hacer que nunca se arrepienta.

Es un trébol de buena suerte, tenerla a tu lado es un lujo. Creo que ella todavía no ha notado lo hermosa que es, y es que a veces usa sus defectos como una excusa para sentirse menos e insegura, sí, ella que parece una verdadera obra de arte, aún permite que un espejo mida su belleza, pero ojalá algún día se convenza de que su grandeza y perfección está en el brillo de su alma y en la nobleza de su corazón. Es tan bonita que dan ganas de contemplarla; tan enamorada de su soledad que solo quiero abrazarla...
Llora a escondidas y ríe a carcajadas, esconde sus complejos detrás de su mirada; es capaz de echarse el mundo a su espalda y seguir como si nada. Ella siempre es alegre aunque desconfiada, sigue creyendo en el amor y en cuentos de hadas, le encanta la música y bailar por la noche hasta que salga el sol, tras la madrugada.

Solo espero que en este mundo de estaciones, en el final de mi camino sin retorno, ella sea mi destino.
Cuando quiera escapar del mundo y no tenga a dónde ir, espero que venga al mío... La estaré esperando con los brazos abiertos, tengo un lugar especial, reservado y listo para ella; una disculpa si está en desorden, es que está en remodelación, pero con ella dentro de el, se ve y se siente mucho mejor.

Te quiero, Yoo Jeongyeon, lo hago sinceramente y con todo mi corazón.

Atte: Im Nayeon."

—Yoo... ¿qué estás haciendo? —preguntó la mayor paralizada en la puerta al darse cuenta de que la escritora había leído su carta—. Esa es mi carta...

—Tú... ¿de verdad sientes todo eso por mí?

—Eso y más, pero sé que tú no me quieres a mí y lo entiendo, yo solo me conformo con pasar estos momentos a tu lado que para mí serán inolvidables. No te pido nada a cambio, nada más que tu compañía.

Jeongyeon la estrechó en sus brazos con ardor, procurando controlar la intensidad de su abrazo pero sujetándola con la suficiente fuerza como para que no pudiera escaparse de ella si quisiera. 

Pero Nayeon lejos de escapar, le echó los brazos al cuello y se apretó contra ella con la misma intensidad, como si la escritora fuera la única fuerza estable del universo.

—Tenme paciencia, estoy aprendiendo cómo cuidarte, cómo quererte, cómo hacerte feliz... Tenme paciencia, nunca había tenido un amor tan valioso como el tuyo.

Nayeon sonrió sintiendo una felicidad enorme dentro de su pecho. Tenía que ir en busca de su cuaderno para escribir una nueva frase.

"Sí un día me preguntan por qué lo intenté tantas veces contigo diré que lo hice porque estaba segura de que eras el amor de mi vida".

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Koi no yokan (恋の予感) • 2yeon • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora