El día en que Jeongyeon sacaría su libro a la luz por fin llegó. Nayeon no había podido conciliar el sueño pensando en aquella proposición que la escritora le hizo un día antes. Solo esperaba tomar la mejor decisión.
—Mira eso unnie, pusieron figuras de cartón de Yoo como si fuera una celebridad —susurró Tzuyu en voz baja para que solo ellas dos pudieran escuchar—. ¿A caso vuela?
—Es una celebridad en el mundo literario —respondió Nayeon soltando una pequeña risita—. Te hace volar con sus palabras.
—¿Qué? —la taiwanesa se cruzó de brazos—. ¿Al final decidiste perdonarla?
—Yo... aún no lo sé.
—Nayeon unnie escúchame, sé que esto va a parecerte extraño viniendo de mí pero creo que si Jeongyeon fue capaz de pagarle a tu padre miles de dólares para presentar su libro aquí, las cosas van en serio contigo. Además esa carta tan cursi que te escribió, si lo que dice es verdad, entonces no la dejes ir.
—¿Por qué me dices eso? —preguntó Nayeon haciendo un puchero con los labios—. Creí que ella no te agradaba.
—Y sigue sin agradarme del todo, pero yo nunca te había visto tan feliz e ilusionada por alguien que ni siquiera conocías del todo. Creo que su amor se merece una oportunidad y si la otra mujer por su cuenta te buscó para decirte que no la dejes ir pues... aunque me cueste aceptarlo, eso habla de que Yoo no es una mala persona —contestó Tzuyu haciendo un ligero mohín—. Puede funcionar o no, pero al menos no tendrás la incertidumbre de algo que pudo ser y no fué. Así que piénsalo bien unnie.
Nayeon asintió meditando en silencio. Suspiró cerrando los ojos en busca de la mejor respuesta. Ya no quedaba mucho tiempo, el evento estaba por comenzar.
Jeongyeon estaba más guapa que nunca, tan bonita que le parecía irreal. Sus ojos se cruzaron por un momento y ella le sonrió de la manera más hermosa que pudiera existir. Ese acto hizo a su corazón palpitar.
Los flashes de las cámaras se hicieron presentes ante su llegada, del mismo modo en que sus fans gritaron más fuerte que nunca.
—Yoo Jeongyeon, háblanos de tu nuevo libro y del por qué elegiste ese nombre tan peculiar, ¿qué significa Koi no yokan para ti? —preguntó una reportera.
—Es una expresión japonesa, Koi no yokan significa "premonición de amor". Se emplea para referirse a la certeza de que vas a enamorarte irremediablemente de una persona a la que acabas de conocer —respondió Jeongyeon con el micrófono en mano.
—¿Te inspiraste en alguien para escribir ese libro?
—Al principio no —confesó la escritora—. Pero después cambié drásticamente el giro de la historia. Viví en carne propia la expresión de Koi no yokan, por eso este libro es muy especial para mí.
—Eso nos da a entender que tienes pareja, ¿es así?
—Normalmente no respondo cosas relacionadas con mi vida privada, pero solo por esta ocasión haré una excepción. No tengo pareja oficial en este momento, sin embargo sí estoy enamorada, de una mujer —todos parecieron sorprenderse, incluso entre las lectoras comenzaron a murmurarse—. Y esa mujer se encuentra aquí escuchándome. Por eso quisiera aprovechar para dedicarle unas palabras de agradecimiento, porque sin ella no hubiese sido posible sacar este libro a la luz. Koi no yokan describe nuestra historia de amor.
—Unnie, creo que habla de ti —susurró Tzuyu dándole un ligero codazo a Nayeon.
—Amo su capacidad para recordarme las cosas buenas que tengo, su capacidad de ignorar el desastre que puedo llegar a ser, su manera de devolverme la vida cuando el mundo se desmorona y las ganas se me hacen escasas. Ya me hacía falta un amor como el suyo, uno que me complementara, que viera belleza en mis ruinas, un amor que me tomara de la mano y que no me soltara nunca. Ella es la persona más bonita que he conocido y no solo me refiero a su físico, hablo de la magia que transmite y esa facilidad que tiene para hacerme feliz. Cambiaría diez inviernos por una sola de sus primaveras, una década de sus infiernos por unos minutos de su cielo, cambiaría lo que fuera por un momento a su lado, le vendería mi alma al diablo y aceptaría todas sus condiciones. A ella le haría las promesas que a nadie le hice por temor a no cumplirlas. Es imposible no rendirse ante su sonrisa, ante su mirada, ante la calidez de su voz, ante la sencillez de su alma y ante la belleza de su corazón. Sí hay algo que quiero darle es la seguridad de estar con alguien que la admira, que no solo sueña con un futuro a su lado, sino que trabaja por el, si hay algo que quiero darle es este amor del que ni siquiera sabía que podía dar. Finalmente después de pasarme la vida corriendo, alguien me atrapó. Sus ojos se encontraron con los míos y al instante se convirtieron en mis favoritos —en algún momento de su discurso, los ojos de Jeongyeon buscaron los de Nayeon para mirarla intensamente—. Encontré unos ojos de los cuales no quiero irme jamás, porque aunque sus ojos no fueran azules encontré mi cielo en ellos. Sus ojos... ¿Cómo no amarlos? Si en ellos puedo ver el mundo de un color distinto. Nunca me había visto tan completa en la mirada de alguien. Al final comprendí que no es que tuviera mala suerte en el amor, la vida me estaba haciendo esperarla.
Nayeon no supo en qué momento comenzó a llorar, lloró tanto sin poder evitarlo que salió corriendo de la biblioteca. Jeongyeon al verla partir quiso ir detrás de ella, pero Jihyo le recordó que estaba en medio de una conferencia y que aún le faltaban cientos de libros por firmar.
Al final no tuvo más opción que quedarse a seguir respondiendo preguntas, algunas más incómodas que otras debido a que había revelado a todos su sexualidad. Después de eso se tardó horas firmando los libros de sus lectores, ya no veía la hora de terminar.
—El evento ha sido todo un éxito —mencionó Jihyo dando pequeñas palmadas en la espalda de la escritora—. Tu libro se ha vendido como pan caliente. Recuperarás todo el dinero que malgastaste por querer presentar tu libro aquí de un día para otro.
—El dinero es lo que menos me importa.
—¿De verdad? Entonces deberías darme un aumento, a mí el dinero si me importa y mucho.
—¿Qué hora es? —preguntó Jeongyeon con impaciencia.
—Diez para las cinco —respondió Jihyo mirando su celular—. Que rápido pasó el día.
—Me voy —avisó la escritora tomando todas sus cosas—. Se me hace tarde.
—¿A dónde vas?
—A ser feliz —murmuró agitando su mano a modo de despedida.
Jeongyeon fue directo a su furgoneta, abordó y esperó ahí hasta que diera la hora acordada. Su corazón latía más fuerte que nunca, quería dejar de mirar el reloj cada cinco segundos, pero no podía con la angustia. El temor se estaba apoderando de ella cuando pasaron quince minutos más, ¿qué pasa si decide no venir?, ahora que por fin había encontrado el verdadero amor no lo quería dejar ir.
Cuando el reloj marcó las cinco con treinta, sus lágrimas comenzaron a salir. Todo estaba más que claro, ya tenía una respuesta. Cuando su vista se nubló completamente, escuchó un par de golpes en la ventanilla.
—¿Nayeon? —la escritora frotó sus ojos creyendo que todo era parte de su imaginación. Se bajó rápidamente de su camioneta y la observó de los pies a la cabeza—. Creí que no vendrías...
—Le conté a la vida sobre nosotras y me dijo que aún nos quedaba una última oportunidad —murmuró con los brazos abiertos. Jeongyeon indudablemente se aferró a ella estrechándola en sus brazos—. Esta vez traje mi equipaje conmigo, por eso demoré un poco.
—Entre más te conozco, más virtudes te encuentro, entre más te beso... —Jeongyeon capturó sus labios—. Más me convenzo de que mis labios fueron hechos para los tuyos y entre más escucho tu risa, más deseo tenerla el resto de mi vida. Te amo, Nayeon y lo digo en serio.
Es difícil encontrar en una persona todo lo que buscas, yo por ejemplo, sin buscar nada de ti terminé encontrando todas esas cosas que ni siquiera sabía que me hacían falta.—Y yo te amo a ti, mucho —murmuró Nayeon besando su frente—. ¿Nos vamos?
—Sí, nos vamos —Jeongyeon la guío hasta el asiento del copiloto y cuando ella abordó, entrelazó sus manos—. No sé realmente cuál es tu magia, pero a través de tu sonrisa puedo ver el universo.
—Me voy a sonrojar —expresó Nayeon cubriendo sus mejillas.
Jeongyeon sonrió ligeramente antes de poner la camioneta en marcha, les esperaba un largo camino por recorrer. La cabaña en el bosque esperaba con ansias su regreso.
Nayeon aprovechó para sacar su cuaderno y bolígrafo para escribir una nueva frase.
"Me enamoré de sus miedos, porque de su sonrisa cualquiera podía hacerlo y yo no le iba a querer como cualquiera.
Me enamoré de sus heridas, porque cada vez que las rozaba y todavía le escocían me acercaba a ella un poco más.
Me enamoré de sus cicatrices porque eran el mapa del pasado escrito en su piel y ahí tenía marcada la hoja de ruta para quererla como ella necesitaba.
Me enamoré, simplemente me enamoré y cuando uno se enamora lo hace desde dentro, de corazón a piel."Nayeon cerró su cuaderno y luego suspiró mirando a la escritora con una enorme sonrisa.
Así fue como comenzó esta maravillosa y mágica historia de amor que le demostró que la realidad puede ser más asombrosa que la fantasía.
FIN
Gracias a todos por seguirme hasta el final de esta historia, espero haya sido de su agrado y la hayan disfrutado tanto como yo al escribirla<3.
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Koi no yokan (恋の予感) • 2yeon •
Fanfiction"Se acababan de conocer, pero sus ojos se miraban como si ya se quisieran". Yoo Jeongyeon es una popular escritora que debido a su aura misteriosa se ha vuelto bastante popular. Im Nayeon, su más grande fan. Leí muchos libros de amor, pero ahora qu...