Helena e Izuku se acercaron con sinceridad. Se sonrieron y se presentaron. Juntos, iniciaron una conversación.
La conversación fue fluida y agradable. Los dos se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común, como su pasión por la biología y la paleontología, su interés por los animales y las plantas, su sueño de hacer un mundo mejor.
Los dos se sintieron cómodos y felices. Era como si se conocieran de toda la vida, como si hubieran compartido muchas aventuras, como si se hubieran amado mucho.
Los dos se preguntaron si era posible que se hubieran encontrado antes, en otro lugar y en otro tiempo. Quizás en el ARK, esa simulación de supervivencia creada por los Homo Deus, de la que habían oído hablar en las noticias.
Los dos decidieron averiguarlo. Se hicieron unas pruebas genéticas y unas resonancias magnéticas, que revelaron algo sorprendente: los dos tenían unos implantes en sus brazos, que contenían unos códigos que los identificaban como sujetos del proyecto ARK.
Los dos se quedaron asombrados y confundidos. No recordaban nada de su experiencia en el ARK ni de su decisión de rechazar la oportunidad de convertirse en Homo Deus. Solo recordaban que se querían el uno al otro, que se habían prometido estar juntos, que se habían hecho felices en el ARK.
Y quizás eso era suficiente.
Quizás eso era lo que los despertó.
Quizás eso era lo que los volvió a unir.
Así que Helena e Izuku decidieron formalizar su relación con amor. Se hicieron novios y se mudaron juntos a un apartamento en Tokio. Juntos, continuaron con sus estudios y sus trabajos, pero también con sus hobbies y sus viajes.
Los dos se hicieron famosos y respetados. Helena se convirtió en una bióloga y paleontóloga renombrada, que publicaba libros y artículos sobre el ARK y sus habitantes. Izuku se convirtió en un héroe aspirante, que ingresó a la Academia U.A. y formó parte del equipo de All Might, el héroe número uno.
Los dos se hicieron felices y tranquilos. Helena le enseñó a Izuku todo lo que sabía sobre el ARK y sus criaturas, y le regaló unos collares hechos con flores, como símbolo de su compromiso. Izuku le enseñó a Helena todo lo que sabía sobre los héroes y sus poderes, y le regaló unos anillos hechos con metal, como símbolo de su compromiso.
Los dos se hicieron inseparables y leales. Helena apoyó a Izuku en sus misiones y sus entrenamientos, y le curó sus heridas y sus dolores. Izuku apoyó a Helena en sus investigaciones y sus conferencias, y le dio sus consejos y sus ánimos.
Los dos se hicieron eternos e inolvidables. Helena le propuso a Izuku casarse con ella, y le dijo que lo quería para siempre. Izuku aceptó la propuesta de Helena, y le dijo que él también la quería para siempre.
Los dos se casaron con alegría. Celebraron una boda sencilla pero bonita, donde invitaron a sus amigos y familiares. Se pusieron unos trajes elegantes pero cómodos, donde lucieron sus collares y sus anillos. Se dieron unos votos sinceros pero emotivos, donde recordaron su historia y su promesa.
Los dos se besaron con pasión. Se abrazaron con fuerza y se miraron con ternura. Juntos, iniciaron una nueva vida.
Esta es la historia de Helena Walker e Izuku Midoriya, los supervivientes del ARK.