Izuku y Helena se prepararon para enfrentarse al dragón. Revisaron sus equipos y sus inventarios, y se aseguraron de tener todo lo necesario. Luego, se dirigieron al obelisco azul, donde introdujeron los artefactos que habían recolectado. Al hacerlo, el obelisco se iluminó y se abrió un portal. Izuku y Helena se miraron con determinación y se tomaron de la mano. Juntos, entraron al portal.
El portal los llevó a una zona llamada el arco azul. Era un lugar frío y oscuro, lleno de nieve y hielo. En el centro, había una gran plataforma circular rodeada de pilares. En lo alto, se veía el cielo estrellado y la luna llena.
Izuku y Helena se bajaron de sus pteranodones y los dejaron en un lugar seguro. Luego, se acercaron a la plataforma y activaron el terminal que había en el medio. En la pantalla, apareció un mensaje que decía: “Iniciando la batalla contra el dragón. Prepárense, sujetos.”
De repente, se oyó un rugido ensordecedor que hizo temblar el suelo. Izuku y Helena levantaron la vista y vieron una sombra enorme que se acercaba por el aire. Era el dragón, una criatura roja y negra con escamas, alas y colmillos. El dragón aterrizó en la plataforma con un estruendo y los miró con sus ojos amarillos y malvados.
Izuku y Helena sintieron un escalofrío de miedo, pero también de emoción. Era el momento de demostrar su valor y su habilidad. Se pusieron en posición de combate y sacaron sus armas. Izuku tenía una espada de metal y un escudo de madera. Helena tenía una ballesta con flechas envenenadas.
El dragón abrió la boca y lanzó una llamarada de fuego hacia ellos. Izuku y Helena se agacharon detrás del escudo y evitaron el ataque. Luego, Helena disparó una flecha al dragón, pero este la esquivó con un movimiento rápido.
El dragón volvió a lanzar fuego, pero esta vez Izuku salió corriendo hacia él con su espada en alto. El dragón lo vio venir y le dio un coletazo que lo mandó a volar por los aires. Izuku cayó al suelo con un golpe y soltó su espada.
Helena gritó su nombre y corrió a ayudarlo. El dragón aprovechó la distracción para lanzarse sobre ellos con sus garras. Helena le disparó otra flecha al dragón, pero esta vez le dio en el ojo. El dragón rugió de dolor y retrocedió.
Izuku se levantó como pudo y recuperó su espada. Vio que Helena estaba bien y le sonrió con agradecimiento. Luego, los dos se pusieron de nuevo en posición de combate.
La batalla continuó así durante varios minutos. El dragón les lanzaba fuego, garras y colmillos, pero ellos lo esquivaban, bloqueaban o contraatacaban con sus armas. Poco a poco, el dragón fue perdiendo fuerza y velocidad por las heridas que le habían causado.
Finalmente, Izuku vio una oportunidad y saltó sobre el dragón con su espada en alto. Le clavó la hoja en el cuello con todas sus fuerzas, haciendo que el dragón soltara un último rugido antes de caer muerto.
Izuku saltó del cuerpo del dragón y corrió hacia Helena. Ella lo abrazó con fuerza y le besó en los labios con pasión. Los dos se miraron a los ojos con amor y orgullo.
Lo habían logrado. Habían derrotado al primer jefe del ARK: el dragón.
En ese momento, el terminal que había en el centro de la plataforma se iluminó y emitió un sonido. Izuku y Helena se acercaron a ver lo que decía.
En la pantalla, apareció un mensaje que decía: “Felicidades, sujetos. Han superado la prueba del arco azul. Como recompensa, recibirán el implante del dragón, que les permitirá acceder al arco rojo. Además, recibirán un regalo especial: una armadura de dragón, hecha con las escamas del dragón que han vencido. Esta armadura les dará protección y resistencia contra el fuego y el frío. Esperamos que la disfruten. Hasta la próxima prueba, sujetos.”
Izuku y Helena se sorprendieron al leer el mensaje. No esperaban recibir una recompensa tan generosa. Miraron el implante y la armadura que habían obtenido, y se los pusieron con curiosidad.
El implante era una pequeña esfera que se insertaba en el dispositivo de brazo. Al hacerlo, se activaba una función que mostraba un mapa del ARK y la ubicación del arco rojo. El arco rojo era otro portal que conducía a otra zona donde había otro jefe que había que derrotar.
La armadura era un conjunto de piezas que cubrían el cuerpo de Izuku y Helena. Estaba hecha con las escamas del dragón, que eran duras y brillantes. La armadura tenía un diseño elegante y atractivo, y se ajustaba perfectamente a sus medidas.
Izuku y Helena se miraron con admiración y complacencia. Se veían muy bien con la armadura de dragón. Se sentían más fuertes y seguros de sí mismos.
Izuku le dijo a Helena que estaba muy orgulloso de ella, y que había sido una gran compañera de batalla. Helena le dijo a Izuku que ella también estaba muy orgullosa de él, y que había sido un gran héroe. Los dos se abrazaron y se besaron de nuevo.
Luego, decidieron descansar un rato antes de volver al ARK. Se acostaron en la plataforma, bajo el cielo estrellado y la luna llena. Se acurrucaron el uno al otro, sintiendo el calor de sus cuerpos.
Izuku le dijo a Helena que la quería, y que no quería perderla nunca. Helena le dijo a Izuku que ella también lo quería, y que no quería dejarlo nunca. Los dos se quedaron dormidos en los brazos del otro.
Esta es la historia de Izuku Midoriya y Helena Walker, los supervivientes del ARK.
