Kageyama había cumplido nueve años recientemente y, cuando Shoyo cumpliera catorce, el pelirrojo se iba a ir.
No entendía muy bien porqué, pero su hermana se tomó el tiempo de explicarlo.
Hinata Shoyo era un Omega, lo sabía, y, en Miyagi, había sobrepoblación de Alfas.
No era particularmente conveniente que un Omega tan joven se quedara en Miyagi, no cuando sus celos eran aún tan fuertes y sus feromonas estaban regadas por todas partes.
-¿A dónde te irás?- Dijo Miwa sentada en el porche de su casa, con Shoyo sentado a su lado.
-A Okinawa. Una tía mía vive allí y me quedaré hasta que mis celos y feromonas se regulen.- Tobio había salido de casa, directo a donde estaban su hermana y su mejor amigo. Se acostó al lado de Shoyo y recostó su cabeza sobre sus muslos delgados, empezó a recibir caricias en su cabeza de parte del mayor.-Eso es... Algo lejos...- Miwa abrazó sus piernas. El pelirrojo estaba bastante tranquilo. Sabía que más pronto que tarde volvería a Miyagi.
-Algo... Pero volveré, tal vez si me marcan regrese antes.- Soltó una risa improvisada.-¿Y si te marco yo?- Preguntó el menor de los tres, que había permanecido callado toda la conversación.
-Tobio, ni siquiera sabemos si eres Alfa. Tal vez seas un Omega igual que Sho.- El azabache saltó en su lugar ante la posibilidad de eso.¡¿Si era un Omega, no podría marcar a Shoyo?!
Los últimos días antes de que Hinata partiera a Okinawa, el pelirrojo jugaba volley con los hermanos azabache.
Miwa no era particularmente buena, pues ese deporte no era su fuerte, pero aparentemente, tanto Shoyo como Tobio estaban disfrutando al máximo sus partidos improvisados.
La chica sonreía, viendo como su mejor amigo era más un hermano para Tobio que ella misma.
Esa tarde, Shoyo llevaba al menor sobre su espalda. Es verdad que Kageyama era casi igual de alto, pero no por eso dejaba de ser un niño que se cansaba luego de pasar toda la tarde jugando.
A la mañana siguiente sería el cumpleaños catorce del pelirrojo. A la mañana siguiente, Hinata Shoyo dejaría Miyagi para irse a Okinawa.
El pequeño azabache se despertó temprano, demasiado temprano, pues planeaba despedirse de Shoyo antes de que se fuera.
Corrió por las calles de Miyagi, sin estar seguro de qué ruta seguir, pues si bien Shoyo iba seguido a su casa, él jamás había pisado la casa de los Hinata. Miwa tal vez sí, pero tal vez no. No podía estar seguro.
Cuando estaba al borde de la rendición, se encontró al dichoso pelirrojo. Estaba vestido aún en su pijama y regresaba de una tienda de convenecia.
-¿Tobio? ¿Qué haces aquí?- El azabache tenía la cara roja y sudada, de su bolsillo sacó un llavero de una pelota de volley y se la entregó al pelirrojo.
-Feliz cumpleaños, Hinata... San..- El mayor recibió el regalo de Kageyana y sonrió antes de darle un abrazo.
-Gracias, Tobio.- El corazón del menor se saltó un latido.Kageyama vió a Hinata subir a un auto, acompañado de su padre mientras en la entrada de la casa de los Hinata estaban su madre y una niña que no pasaba de los cuatro años.
La mujer estaba sollozando un poco mientras que la pequeña dormitaba en los brazos de su madre.
El auto partió y Tobio supo que nl volvería a ver a Shoyo en mucho tiempo.
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The Brother Complex {Kagehina Omegaverse}
FanfictionTobio era aún un niño cuando experimentó su primer amor. Shoyo era tan hermoso, tan maravilloso. Pero había un problema: ¡Shoyo era cinco años mayor y el mejor amigo de su hermana! ¡¿Como iba un niño de nueve años salir con un chico de 14, que adem...